sábado, 25 de junio de 2011

Formación de los Mundos – Formación de los Seres vivientes – Doblamiento de la Tierra, Adán – Diversidad de las Grupos Étnicos – Pluralidad de los Mundos habitados – Consideraciones y Concordancias bíblicas en torno a la Creación.




CREACIÓN
Capítulo III
DE: EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS
Autor: Allan Kardec
Versión castellana: Giuseppe Isgró C.


3. CREACIÓN

Formación de los Mundos – Formación de los Seres vivientes – Doblamiento de la Tierra, Adán – Diversidad de las Grupos Étnicos – Pluralidad de los Mundos habitados – Consideraciones y Concordancias bíblicas en torno a la Creación.

FORMACIÓN DE LOS MUNDOS

El universo abraza todos los mundos que vemos, y aquellos infinitos que no vemos; todos los seres animados e inanimados, todos los astros, que se mueven en el espacio, y todos los fluidos que lo llenan.
1. -El universo ha sido creado, o existe desde toda la eternidad como Dios?
-“Ciertamente no ha podido hacerse por sí mismo; y si existiría desde toda la eternidad como Dios, no podría ser la obra de Dios”-.
La razón nos enseña que el universo no pudo hacerse por sí mismo, y que no pudiendo ser la obra del acaso, debe ser la obra de Dios.
2. -Cómo ha creado Dios el universo?
-“Con su voluntad omnipotente expresada por aquellas sublimes palabras de la Génesis: Dios dijo: Sea hecha la luz, y la luz fue hecha”.
3. -Podemos nosotros conocer el proceso de la formación de los mundos?
-“Todo lo que se puede decir, y que vosotros podéis comprender, es que los mundos se forman por la condensación de la materia diseminada en el espacio”-.

COMENTARIO EXEGÉTICO GIC:

La respuesta a esta pregunta contiene la clave esencial para descifrar el misterio de la creación de los mundos, cuando expresa: -“..los mundos se forman por la condensación de la materia diseminada en el espacio”. La materia es energía condensada. Quienes la condensan son los Espíritus elementales de la naturaleza, al vibrar en determinada frecuencia. Cada uno de los elementos, conocidos y por conocer, está compuesto de Espíritu, alma y cuerpo. El Espíritu del hierro, por ejemplo, vibra a la tasa vibratoria del hierro y lo condensa, y así sucesivamente, ocurre con todos los demás elementos. Luego viene la combinación de los elementos, por ejemplo, dos moléculas de hidrógenos con una de oxígeno, forman el agua. Todas las vertientes y variantes en las respectivas combinaciones y aleaciones, dan diversas formas de materia orgánica e inorgánica. Luego, vienen las diversas especies de los distintos reinos naturales, además del mineral, ya mencionado.
Con una perspectiva universal de la vida, hoy sabemos que nos llega la luz de mundos que existieron hace millones de años, y que, dada la inmensa distancia que les separaba del planeta tierra nos sigue llegando su luz, lo cual indica que dichos mundos se formaron, se desarrollaron y se desintegraron. Al mismo tiempo, existen mundos en formación, descubiertos por la astronomía, lo cual índica que su creación es un proceso constante, y por lo tanto, siendo la tierra un mundo más reciente, cuando se formó ya era un procedimiento desarrollado y puesto en práctica en millones de otros globos. Quién realiza la Creación de los mundos? Dios?
Dios, tal como lo hemos expuesto en anteriores comentarios exegéticos, sin dejar de ser Él, y sin separarse de Él, encarna en el alma universal como un ser individual, en los cuatro reinos naturales, tantas veces como fuere necesario, cada vez que se va a crear un mundo originario. El trabajo de Dios consiste en la emanación a la conciencia individual de tantos seres como fueren necesarios, y en la aplicación de la ley cósmica. Pero, el trabajo de la creación del mundo en particular le corresponde a los Espíritus de los cuatro reinos de la naturaleza bajo la dirección de los maestros de la Creación, que son los Espíritus muy evolucionados. Estos Espíritus avanzados, dada la eternidad pasada, habrán alcanzado niveles tan elevados de conciencia y progreso, que les permite que estén una eternidad por delante de quienes recién empiezan el proceso evolutivo. De acuerdo al nivel de progreso de una determinada familia espiritual, los maestros de la creación diseñan, con antelación, el mundo que habrá de ocupar dicha familia después de que termine el ciclo de vida del que ahora habitan. Será una nueva morada con otros niveles de estudios universales. Efectuado el plan del nuevo mundo, los Espíritus maestros de la creación ordenan a los Espíritus elementales de la naturaleza que condensen la energía cósmica en materia, cada uno de acuerdo con su índole, y luego, de efectuar las respectivas combinaciones y variantes a que hubiese lugar, de acuerdo a las leyes de la física, de la química, de la biología, etcétera. Cada quien, de acuerdo con el arte que domina, presta su concuerdo tanto en la creación del mundo como en su ulterior desarrollo. Allí vemos los diversos diseños en las especies vegetales y animales, para adaptarle a las funciones que les son inherentes. Es un trabajo de equipo, bajo la dirección de los maestros de la creación, y por la ley cósmica, regidos por el Creador universal, quien inspira, en la conciencia de cada quien, el conocimiento necesario y precisado en cada caso, por el lenguaje de los sentimientos de los valores universales, imprimiendo una fuerza de empuje y otra de bloqueo, para coordinar el esfuerzo de todo el conjunto, en un perfecto orden y armonía, regido todo por la ley de afinidad, la de justicia, la de igualdad, la de compensación y la de amor, como síntesis de la ley cósmica.
4. -Serían los cometas, como se cree hoy, un principio de condensación de la materia cósmica, y mundos en vía de formación?
-“Sí; pero guardaos de creer a la absurda influencia que a ellos le atribuye el vulgo, por cuanto no poseen ninguna otra fuera de la que todos los cuerpos celestes tienen sobre ciertos fenómenos físicos”-.
5. -Un mundo ya formado puede desaparecer, y la materia que lo compone expandirse de nuevo en el espacio?
-“Sí; Dios renueva los mundos como renueva los seres vivientes”-.
6. -Podemos, nosotros, conocer la duración de la formación de los mundos, por ejemplo, de la tierra?
-“No, por cuanto es conocida sólo por el Creador, e iluso sería quien pretendiese saberlo, o de conocer el número de siglos de esta formación”-.

COMENTARIO EXEGÉTICO GIC:
Ese conocimiento se extiende a todos los maestros de la creación que participan en la formación de los mundos, a nivel espiritual, a todos quienes de una u otra manera coadyuvan en el proceso hasta determinado grado evolutivo, pero, en forma gradual, en mundos avanzados, a partir de cierto momento, cada integrante debe conocer a priori el tiempo que le tocará vivir en un determinado mundo y los resultados que obtendrá una vez complementado el proceso de vida en el mismo.
FORMACIÓN DE LOS SERES VIVIENTES
7. -Cuándo comenzó a ser poblada la tierra?
-”Al inicio, todo lo envolvía el caos: los elementos eran confusos; pero, poco a poco cada cosa tomó su lugar, y entonces aparecieron los seres vivientes apropiados al estado del globo”-.
8. -De dónde provienen los seres vivientes de la tierra?
-“La tierra contenía los gérmenes, que esperaban el momento oportuno para desenvolverse. Los principios orgánicos se reunieron adecuadamente, tan pronto cesó la fuerza que los tenía segregados, y formaron los gérmenes de todos los seres vivientes. Los gérmenes quedaron en estado latente e inerte, como la crisálida y las semillas de las plantas, hasta el momento favorable al nacimiento de cada especie: entonces los seres de cada especie se conjugaron y se multiplicaron”-.
9. Dónde se encontraban los elementos orgánicos antes de que se formase la tierra?
-“Se encontraban, por decirlo así, en estado de fluido en el espacio, en medio a los Espíritus, o en otros planetas, esperando la creación de la tierra para comenzar una existencia nueva sobre un globo nuevo”-.
-La química nos muestra como las moléculas de los cuerpos orgánicos se unen para formar cristales de constante regularidad, según la especie, hasta encontrarse en las condiciones precisadas. Pero, por poco que falten estas condiciones, no es más posible la unión de los elementos, o por lo menos su disposición regular, que constituye el cristal. Y, por qué no sería lo mismo de los elementos orgánicos? Nosotros conservamos, también por años, algunas semillas de plantas y de animales, que se desarrollan sólo a una determinada temperatura y en un ambiente propicio. Se han visto granos de trigo germinar después de varios siglos. Por lo cual, en estas semillas existe un principio latente de vitalidad, el cual para desenvolverse no espera más que una circunstancia favorable. Ahora, lo que sucede cada día bajo nuestra propia mirada, no pudo, quizá, suceder desde el origen del planeta? Tal formación de los seres vivientes, que salen del caos por la fuerza misma de la naturaleza, -disminuye, quizá, la grandeza de Dios? No, más bien responde mejor a la idea de su potencia, que se ejercita sobre infinitos mundos con leyes internas e inmutables. Esta teoría no resuelve, es verdad, la cuestión del origen de los elementos vitales; pero Dios tiene sus misterios, y ha puesto ciertos límites a nuestras investigaciones.

COMENTARIO EXEGÉTICO DE GIC:

 Es verdad que Dios ha puesto ciertos límites a nuestras investigaciones? De ser cierto, cuáles son? En primer lugar, Dios no ha puesto ningún límite a nuestras investigaciones, de ninguna naturaleza, excepto el de la propia evolución y estados de conciencias, que por propio mérito se van desarrollando en el eterno presente. Ese y solamente ese es el único límite, es decir podemos llegar hasta donde alcanzan nuestras propias fuerzas; empero, éstas son factibles de ser incrementadas por el propio desarrollo evolutivo, en forma gradual y constante, y en la medida en que se va alcanzando una visión más amplia de la realidad que nos circunda, podemos emprender investigaciones y tareas de mayor envergadura. Evidentemente, existe un orden universal que es preciso seguir, siendo imposible saltar determinados grados, pero, lejos de ser un límite, implica una guía del orden que deben seguir nuestros trabajos. La actitud correcta debe ser, siempre, la de rechazar cualquier imposición de límites de quien quiera que sea, por cuanto, si el Creador Universal ha dispuesto que en el eterno presente, siempre encontraremos un más allá de progreso, sin límites algunos, por qué razón deberíamos aceptar ese tipo imposiciones de quienes, en un momento dado, pudiesen tener motivos para inhibir una tendencia natural de los seres en los cuatro reinos naturales, es decir, el avance constante? De encontrar una barrera, es preciso descubrir, también, la manera de superarla, sin importar el tiempo que se pueda requerir ni el esfuerzo o trabajos necesarios a tales efectos. Todo es posible de lograr si tenemos la idea clara de lo que queremos y, paralelamente, se emprende la acción suficiente y sostenida en el tiempo, hasta alcanzar el grado de conocimiento o logro anhelado.
10. Existen, todavía, seres que nacen espontáneamente?
-“Sí, pero el embrión primitivo existía ya en estado latente. Vosotros sois, todos los días, testigos de éste fenómeno. -Los tejidos orgánicos de los seres humanos y de los animales no encierran, quizá, los gérmenes de una multitud de gusanos que esperan para manifestarse la fermentación putrefacta necesaria a su existencia? Es un pequeño mundo que dormita y que se crea.
11. -La especie humana se encontraba ya entre los elementos orgánicos contenidos en globo terrestre?
-“Sí, y emergió a su tiempo, lo cual ha hecho decir que el ser humano había sido formado con el barro de la tierra”-.
12. -Podemos conocer la época de la aparición del ser humano y la de los demás seres vivientes sobre la tierra?
-“No; todos vuestros cálculos son quimeras”-.
13. -Si el embrión de la especie humana se encuentra entre los elementos orgánicos del globo, -por qué no se forman, también ahora, espontáneamente, seres humanos como en su origen?
-“El principio de las cosas se encuentra en los secretos de Dios; todavía se puede suponer que los seres humanos, dispersos que fueron sobre la tierra, hayan absorbido en sí mismos los elementos necesarios a su formación, para transmitirlos según las leyes de la reproducción. Y asimismo puede decirse de las demás especies de seres vivientes”-.
DOBLAMIENTO DE LA TIERRA. ADÁN.
14. La especie humana tuvo principio con un solo ser?
-“No. Aquel que vosotros llamáis Adán, no fue ni el primero ni el único ser que pobló la tierra”-.
15. -En que época vivió Adán?
-“A un día de aquella que le asignáis: alrededor de 4.000 años antes de nuestra era”-.
El hombre, de quien bajo el nombre de Adán se ha conservado la tradición, fue uno de aquellos que en un país sobrevivió a alguno de los grandes cataclismos que en diversas épocas han afectado la superficie del globo, y se ha convertido el prototipo de un grupo étnico que hoy puebla el planeta. Las leyes de la naturaleza no nos permiten creer que los progresos de la humanidad ocurridos mucho antes de nuestra era, hayan podido realizarse en pocos siglos, si el hombre no estuviese sobre la tierra sino desde la época asignada a la existencia de Adán. Algunos, y con mayor razón, consideran a Adán como un mito o alegoría que personifica la primera edad del mundo.
DIVERSIDAD DE LOS GRUPOS ÉTNICOS
16. -De dónde se originan las diferencias físicas y morales que distinguen los variados grupos étnicos sobre la tierra?
-“Del clima, del género de vida y de las costumbres. Igualmente ocurre con dos hijos de la misma madre, los cuales, educados lejos uno del otro y en modo diferente, no se asemejan para nada en el carácter moral”-.
17. -Los seres humanos aparecieron contemporáneamente sobre diversos lugares del globo terráqueo?
-“Sí, y en épocas diversas, de lo cual proviene, también, la variedad de los grupos étnicos. Más tarde, dispersándose debajo de diferentes climas, y mezclándose los grupos étnicos unos con otros, han formado nuevos tipos”-.
-Estas variantes constituyen especies distintas?
-“No, por cuanto todas son de la misma familia: las tantas variedades de un mismo fruto, le impiden, acaso, de pertenecer a la misma especie?”-.
18. Si la especie humana no procede de un solo origen, deben los seres humanos continuar a considerarse como hermanos?
-“Todos los seres humanos son hermanos en Dios, por cuanto están animados por el Espíritu y tienden al mismo fin. Vosotros queréis tomar, siempre, las palabras literalmente”-.
PLURALIDAD DE MUNDOS HABITADOS
19. –Los globos, que se mueven en el espacio, -están todos habitados?
-“Sí, y el ser humano de la tierra está lejos de ser, como cree, el primero en inteligencia, en bondad y en perfección. Nada menos, existen personas que se creen grandes, y piensan que sólo este pequeñísimo globo tiene el privilegio de albergar seres con uso de razón. Orgullo y vanidad! Estiman que Dios ha creado el universo únicamente para ellos”-.
Dios ha poblado los mundos de seres vivientes, los cuales concurren todos al intento final de la Providencia. El creer los seres vivientes limitados al solo punto que habitamos nosotros en el universo, sería poner en duda la sabiduría de Dios, quien no ha hecho nada inútil, y por ende ha debido asignar a los mundos una función más grande que el recrearnos la vista. Por otra parte nada, no en la posición, no en el volumen, no en la constitución física de la tierra, puede razonablemente hacer creer que ella sola tenga el privilegio de ser habitada, a exclusión de miles de mundos similares.
20. -La constitución de los diferentes globos es la misma en todos?
-“No: en cada uno es diferente”-.
21. -Por cuanto la constitución física de los mundos no es idéntica para todos, los seres, que los habitan, tienen una organización diferente?
-“Sin duda, igual que en vuestro escenario los peces viven en el agua y los pájaros en el aire”-.
22. -Los mundos más lejanos del sol, -están, quizás, privados de luz y de calor, por cuanto el gran astro no tiene para ellos sino la apariencia de una estrella?
-“Creéis, vosotros, que no existen otras fuentes de luz y de calor fuera del sol? No contáis para nada la electricidad que en ciertos mundos tiene una función miles de veces más importante que sobre la tierra? Del resto, quién os dice que todos los seres sean de vuestra misma manera y con órganos conformados como los vuestros?”-.
Las condiciones de existencia de los seres que habitan los variados mundos, deben ser apropiados al medio, en el cual son llamados a vivir. Si no hubiésemos jamás visto peces, no podríamos comprender que existan seres capaces de vivir en el agua. Lo mismo ocurre en los otros mundos, los cuales sin duda tienen elementos que nos son ignotos. No vemos, nosotros, sobre la tierra las largas noches de los polos iluminadas por la electricidad de las auroras polares? Cuál es la imposibilidad de que, en algunos mundos, la electricidad sea más abundante que en la tierra, y tenga una acción general cuyos efectos aún nos sean incomprensibles? En consecuencia, aquellos mundos pueden llevar en sí mismos las fuentes de calor y de luz necesarias a sus habitantes.
CONSIDERACIONES Y CONCORDANCIAS BÍBLICAS EN TORNO A LA CREACIÓN
23. -Los pueblos se han formado ideas contradictorias en torno a la creación, según el grado de su instrucción. La razón, con la ayuda de la ciencia, ha reconocido la inverosimilitud de muchas teorías. La que han dado los Espíritus confirma la opinión por largo tiempo aceptada por los seres más ilustrados.
La objeción, que puede hacerse a esta teoría, es que contradice el texto de los libros sagrados; empero, un ponderado examen demuestra como esta contradicción sea más aparente que real, resultando de la interpretación literal de frases que tienen a lo sumo un significado alegórico.
La cuestión sobre el origen de la humanidad, que, según la Biblia, se hace resalir a Adán, como a una única fuente, no es la sola entre las creencias religiosas, a la cual la ciencia nos ha obligado a renunciar. También el movimiento de la tierra pareció en otros tiempos tan contrario al texto bíblico, siendo objeto de grandes persecuciones los doctos que lo afirmaban. Empero, la verdad termina, siempre, por triunfar; la tierra gira a despecho de las excomuniones, y hoy nadie podría poner en duda este movimiento, sin ofender la razón.
Se afirma, también, en la Biblia, que el mundo fue creado en seis días, y se establece la época alrededor de 4.000 años antes de nuestra era. Anteriormente, la tierra no existía: el texto afirma claramente que ella fue creada de la nada; empero, la ciencia positiva, la ciencia de las inexorables deducciones, ha probado lo contrario. La formación del planeta tierra está escrita con caracteres imborrables en el mundo fósil, y está probado que los seis días de la Creación son otros tantos períodos, cada uno de los cuales con la duración de centenares de miles de años. Y esto no es ya un sistema, una doctrina, una opinión aislada; sino un hecho innegable como aquel del movimiento de la tierra, que la teología no puede dejar de admitir. Estos ejemplos son suficientes para demostrar en cuantos errores es fácil caer cuando se toman a la letra las expresiones de un lenguaje con frecuencia figurado. Es preciso, quizá, deducir que la Biblia enseña lo falso? No; más bien las personas se han engañado al interpretarla.
La ciencia, escudriñando en las vísceras de la tierra, ha reconocido el orden en el cual los variados seres vivientes han aparecido sobre su superficie, y este orden concuerda con el indicado en la Génesis, con la sola diferencia de que la obra, en vez de haber salido milagrosamente de las manos de Dios en pocas horas, se cumplió, siempre por efecto de su voluntad, pero según la ley de las fuerzas de la naturaleza, en muchos millones de años. Sería por esto, Dios, menos grande y poderoso? Su obra es menos sublime, por cuanto no tiene el mérito de la instantaneidad? No ciertamente: tendría de la Divinidad una idea muy mezquina quien no reconociese la omnipotencia de Dios en sus leyes eternas que Él ha establecido para gobernar los mundos. La ciencia, lejos de empequeñecer la obra de Dios, nos la muestra debajo de un aspecto más grandioso y más conforme a nuestras nociones de su potencia y de su majestad, por cuanto esta obra se ha cumplido sin derogar las leyes de la naturaleza.
La ciencia, de acuerdo con esto con Moisés, reconoce el ser humano como el último en ser creado en la escala de los seres vivientes: empero Moisés pone el diluvio en el año del mundo 1654, mientras la geología nos enseña que el gran cataclismo fue anterior a la aparición del hombre, por cuanto, hasta hoy, no se ha podido descubrir, en los estratos primitivos, algún vestigio de la presencia ni de él, ni de animales de su misma categoría del lado físico. Esto, empero, no prueba la imposibilidad de la cosa, en cambio varios descubrimientos lo han puesto ya en duda. Es posible, que de un momento a otro se obtenga la certeza material de esta anterioridad de la raza humana y entonces se deberá reconocer, que también sobre esto, como sobre otros puntos, el texto bíblico es figurado. El meollo de la cuestión está en saber si el cataclismo geológico es el mismo del de Noé. Ahora, la duración necesaria a la formación de los estratos fósiles no permite confundirlos, y, encontrar que si hubiesen restos de la existencia del hombre antes de la gran catástrofe, quedará demostrado, o que Adán no fue el primer hombre, o che la creación de él se pierde en la noche de los tiempos. En contra de la evidencia no valen razonamientos, y será necesario aceptar este hecho, al igual que el movimiento de la tierra y los seis períodos de la Creación.
La existencia del hombre antes del diluvio geológico es cosa todavía hipotética; empero hipótesis no es cuanto sigue: Admitiendo que el hombre haya aparecido por primera vez sobre la tierra 4000 años antes de nuestra era, si 1654 años después, toda la raza humana ha sido destruida, excepto una sola familia, resulta que el doblamiento de la tierra no data sino de Noé, vale decir desde hace 2.346 antes de nuestra era. Empero, cuando los hebreos emigraron a Egipto en el siglo XVIII -antes de nuestra era-, encontraron este pueblo muy poblado, y ya antes de su civilización. La historia, por otra parte, demuestra que en aquella época las India y otros países eran igualmente florecientes, al silencio de la cronología de algunos pueblos que remontan a épocas de mucho más remotas. Sería, por lo tanto, necesario que del siglo XXIV al XVII, es decir, en el espacio de 6.000 años, no solamente la posteridad de un solo hombre hubiese poblado las inmensas regiones entonces conocidas, aún admitiendo que las otras no hubiesen existido, sino que en el breve intervalo de tiempo, la humanidad se hubiese elevado de la ignorancia absoluta del estado primitivo al más elevado grado del desarrollo intelectual, lo cual es contrario a todas las leyes de la antropología.

Si se agrega que, a confirmar esta opinión concurre válidamente la diversidad de los grupos étnicos. El clima y las costumbres producen, ciertamente, modificaciones en el carácter físico; pero sabemos hasta donde puede alcanzar la fuerza de estas causas, y el examen fisiológico prueba que en algunos grupos étnicos existen diferencias constitucionales mucho más profundas de las que puede producir el clima. El cruce de los grupos étnicos produce los tipos intermedios, y tiende a cancelar, más que resaltar, los caracteres extremos: crea solamente algunas variedades. Empero, en cada caso, por cuanto fuese posible el cruce de los grupos étnicos, era necesario que existiesen grupos étnicos diferentes, y, -cómo explicar la existencia, si se le da un origen común, especialmente poco antiguo? Cómo admitir que en un dado número de cientos de años algunos descendientes de Noé se hayan transformado al punto de producir, por ejemplo, la raza etiópica? Una tal transformación es tanto inadmisible cuanto la hipótesis de un origen común entre un lobo y un cordero, entre el elefante y la pulga, entre el pájaro y el pez. Es preciso decirlo: nada puede prevalecer en contra de la evidencia de los hechos. Todo, en cambio, se explica, admitiendo la existencia del hombre antes de la época que comúnmente se le asigna, reconociendo la diversidad de los orígenes; aceptando a Adán, que habría existido hace 6.000 años, cual poblador de una región todavía deshabitada; viendo el diluvio de Noé como una catástrofe parcial confundida con el cataclismo geológico; teniendo en cuenta, en fin, la forma alegórica propia del estilo oriental, y que se encuentra en los libros sagrados de todos los pueblos. Está claro, por lo tanto, que es poco prudente el juzgar con ligereza, y así señalar como falsas algunas doctrinas, las cuales, como tantas otras, pueden dar, antes o después, un desmentido solemne a quienes las combaten. Las ideas espirituales, antes que perder, conquistan fuerzas y grandeza caminando paralelamente con la ciencia. Es éste el único medio para no mostrar al escepticismo el lado vulnerable.

lunes, 13 de junio de 2011

Conocimiento del Principio de las Cosas. Espíritu y Materia. Propiedad de la Materia. Espacio universal.




ELEMENTOS GENERALES DEL UNIVERSO
Capítulo II
De EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS
Autor: Allan Kardec
Versión castellana y comentarios exegéticos:
Giuseppe Isgró C.


Conocimiento del Principio de las Cosas. Espíritu y Materia. Propiedad de la Materia. Espacio universal.

CONOCIMIENTO DEL PRINCIPIO DE LAS COSAS                                                                                                               
17.             Puede, el ser humano, conocer el principio de las cosas?
–“No. Dios no permite que se le descubra todo aquí abajo”-.
COMENTARIO EXEGÉTICO: Evidentemente, los seres de los cuatro reinos naturales, jamás podrán agotar la totalidad de la fuente universal que constituye tanto el universo, en sí, como el Supremo Hacedor, como causa primera de todo lo existente.
Es decir, ni aquí abajo, entendido como la dimensión física de la vida, ni en la dimensión espiritual, podrá ninguno de los seres absorber el Todo, relativo al Principio de las cosas.
El Principio de las cosas, lo hemos delineado en sus aspectos generales. Ciertamente, la percepción de que cada Espíritu de los cuatro reinos naturales es una emanación a la conciencia individual, permite descifrar gran número de enigmas en el universo.
Empero, para llegar a absorber la totalidad de lo que, como atributos divinos, valores universales y ley cósmica, posee desarrollados en todas las vertientes y variantes, el Ser Universal, transcurrirá toda la eternidad, y jamás lo agotará, ya que, siempre encontrará un más allá.
Pero, esa es la función de cada ser en los cuatro reinos naturales: cooperar en la expansión de la Creación. En la medida en que cada ser más avanza en la espiral evolutiva, percibe en mayor grado, y en nuevos niveles, conocimientos de cómo realizar facetas más avanzadas de la Gran Obra.
De qué sirve tratar de abarcar el Todo cuando nuestra misión es comprender lo inmediato, para resolver los enigmas que nos ocupan en todos los ámbitos de las ciencias, de las filosofías, de las artes y de la práctica de las virtudes, gradualmente?
Sin embargo, en nuestra realidad inmediata, el conocimiento de nuestra naturaleza humana, y el de los demás seres de los restantes reinos naturales, permite regirnos adecuadamente para resolver, positivamente, lo que es sometido a nuestro análisis.
El conocimiento de nuestros atributos divinos, valores universales, contribuye a compenetrarnos con los parámetros dentro de los cuales precisamos mantener nuestros pensamientos, sentimientos, palabras y acciones.
Iniciando nuestra labor por la senda justa del progreso universal, nos propondremos, en cada etapa, nuevos objetivos de realización espiritual, en un proceso que se denomina: la eterna polarización.
Si el ser humano, o cualquier ser de los cuatro reinos naturales, se planteara, o percibiera un objetivo de conocimiento en grado infinito, por su capacidad potencialmente infinita de conocer, y de realizar, sería capaz de obtener ese conocimiento, aunque en su búsqueda tuviese que trabajar toda la eternidad para lograrlo.
Empero, como el poder potencial que posee es de la misma índole que el del Creador, sería capaz de satisfacer su necesidad en tiempo oportuno, de acuerdo con la ley de causa y efecto.
En teoría, esa capacidad de autosatisfacción de conocimiento sería en forma instantánea a nivel de conciencia perceptiva. Pero, él ignora que tiene esa capacidad de conocer al instante, ya que, en su esencia, posee todo el conocimiento del Ser Universal en sí mismo. Empero, aun percibiendo la realidad, por grados, le faltaría, todavía, la experiencia práctica de ese conocimiento.
El ser humano jamás podrá expresar un conocimiento, o el poder para realizar cualquier objetivo concebido, o la solución o satisfacción de toda necesidad que experimente, si no tiene, antes, la conciencia de esa necesidad. Es lo que se conoce como docta ignorancia y/o el poder de la ignorancia.
Tan pronto adquiera conciencia de cualquier necesidad, instantáneamente manifiesta tanto el conocimiento del qué, del cómo, del cuándo, del dónde, del quién, del cuánto, y del por qué, así como el poder creativo y realizador equivalente, en ese mismo grado de conciencia perceptiva de la necesidad. Esto es, se entiende, a nivel mental, o espiritual. Pero, aún en la dimensión física de la manifestación, precisará el tiempo suficiente para expresar el resultado práctico, efectivo, como experiencia de vida, para que ese conocimiento, o realización, tenga autenticidad y valor, y desarrolle la aptitud inherente, y equivalente, en cada ser, según se trate.
Dada la poco probable posibilidad de que el ser humano, en su estado de potencialidad, adquiera conciencia, en forma instantánea de la totalidad de lo que ignora, en un momento dado, en todos los grados que ignora que desconoce, dejará de expresar tanto el conocimiento como el poder creativo realizador.
En la medida en que, por grados, en la eterna polarización, vaya adquiriendo conciencia de determinadas necesidades y/o ignorancias, expresará, simultáneamente, el respectivo conocimiento y grado de poder creativo realizador.
18.            Penetrará el ser humano, un día, el misterio de las cosas, que ahora le están ocultas?
–“Los ojos se le abren al mismo tiempo que él se purifica; pero, para comprender algunas cosas, necesita facultades que todavía no posee”-.
COMENTARIO EXEGÉTICO: El Espíritu está dotado de un poder potencialmente infinito, expresado en dos vertientes: la primera, de percepción del conocimiento; la segunda, de acción creadora. Cuando en la primera parte de la respuesta se indica: –“Los ojos se le abren al mismo tiempo que él se purifica”, el estado de purificación de la persona, implicaría una depuración de su Espíritu en los asuntos “materiales”, sensibilizando su ser en las cosas elevadas de la vida, por lo que, centrando su atención en las preguntas que inquietan su conciencia, se les abren los ojos de la comprensión intuitiva, o inspirativa, que le permiten percibir la información que precisa, sabiendo lo que quiere saber. Esto implica descentrar la atención del ego, de los sentidos físicos, de la lógica inductiva y deductiva, emancipándose de la conciencia objetiva para acceder a la visión espiritual, a un nivel de conciencia trascendental. La segunda parte de la respuesta, expresa: “pero, para comprender algunas cosas, necesita facultades que todavía no posee”- Preguntamos: “Facultades que todavía no posee”, o, que no posee, todavía, desarrolladas? Recordemos que el Espíritu se encuentra dotado de los mismos atributos divinos del Creador Universal, en estado potencial. Esto quiere decir que posee, exactamente, todas las facultades que les son inherentes al Creador, pero, en estado potencial, que, eternamente habrá que desarrollar. En este desarrollo eterno, irá percibiendo, gradualmente, en la medida en que se purifica, y desarrolla sus atributos divinos, todo el conocimiento del cual perciba su ignorancia, en un momento dado. Es decir, la conciencia de lo que ignora, le irá creando el molde que expresará el respectivo conocimiento que precisa en ese estado evolutivo.
19.            Puede, el ser humano, penetrar algún secreto de la naturaleza por las investigaciones de la ciencia?
–“La ciencia le ha sido dada para que progresase en todas las cosas; pero él no puede sobrepasar los límites establecidos por Dios”-.
Cuanto más el ser humano logra penetrar dentro de estos misterios, tanto más debe ser grande su admiración por la potencia y la sabiduría del Creador. Empero, sea por orgullo, o por ausencia de fortaleza, su misma inteligencia le convierte en presa de la ilusión: él acumula sistemas, y en algún momento le será evidente cuantos errores ha cambiado por verdades y cuantas verdades ha repudiado como errores. Constituyen otras tantas desilusiones para su orgullo.
COMENTARIO EXEGÉTICO: El ser humano ha ido penetrando en los secretos de la naturaleza, gradualmente, sin tomar en cuenta de que nosotros desconocemos la clase de conocimiento que puedan poseer los seres en los demás reinos: animal, vegetal y mineral, que, aún, el ser humano desconozca, por la razón que fuere. Pero, evidentemente, en cada etapa evolutiva, existe un límite que, gradualmente, habrá que ir trascendiendo. Por ejemplo, el método científico utiliza la lógica inductiva y deductiva en su búsqueda del conocimiento. Pero, la percepción por los cinco sentidos físicos y la capacidad de razonamiento tienen sus respectivos límites los cuales son trascendidos por la intuición y la inspiración. Es decir, que la mente humana es capaz de obtener informaciones utilizando facultades espirituales, cuyos límites los constituyen el estado de desarrollo de las mismas, y la pureza de conciencia, que se traduce en la intención de la persona, en determinado grado evolutivo. El ser humano, como lo ha ido demostrando en la historia, ha ido superando todas las barreras que ha encontrado en su búsqueda del conocimiento, y así lo seguirá haciendo en el eterno presente, en forma gradual, sin límites de ninguna naturaleza. No se deben, ni pueden aceptarse, por lo tanto, límites algunos, en el desarrollo de la propia misión existencial, por cuanto nadie conoce los alcances ilimitados de su capacidad. Por cada límite que encuentre en su camino, el ser se preguntará: Qué hay más allá? Cómo puedo llegar allí? Siempre encontrará la manera de hacerlo. Pero, primeramente, en cada caso, debe llegar a ese límite “temporal”, en su eterno camino, no pararse allí y, luego, seguir siempre adelante.
20.           Fuera de las investigaciones de la ciencia, le es permitido al ser humano recibir comunicaciones de orden más elevado en torno a aquello que escapa al examen de sus sentidos?
–“Sí. Dios, cuando lo estima útil, le revela al ser humano lo que la ciencia no puede enseñar”-.
Precisamente por estas comunicaciones el ser humano alcanza, dentro de ciertos límites, el conocimiento de su pasado y de sus futuros destinos-.
COMENTARIO EXEGÉTICO: La respuesta a esta pregunta ratifica la percepción de los anteriores comentarios exegéticos. Recordemos: Las enseñanzas védicas, las de las leyes de Manú, las del Mahabharata, y otras de esa remota antigüedad, cuya profundidad de sabiduría asombran a la humanidad del siglo XXI, y continuarán haciéndolo en el futuro, tomando en cuenta de que fueron elaboradas en una época histórica en la que se supone que vivía una humanidad primitiva, eran conocidas como “las enseñanzas de los oidores a los pies del maestro”. Qué significa esto? Es muy sencillo: fueron enseñanzas impartidas por Espíritus superiores, de otros mundos más avanzados, por medio de un “sensitivo” debidamente facultado a tales efectos, que transmitían un conocimiento que no era originario del planeta tierra. Antes de ese momento, nadie había hablado de determinados temas, en esa forma específica, como la reencarnación, la ley del karma y otros temas inherentes a cada una de las obras en cuestión. De manera que, la misma vida, en forma gradual, y oportunamente, determina que se vayan trascendiendo los límites establecidos para cada etapa evolutiva.
ESPÍRITU Y MATERIA
21.            La materia ha existido ab aeterno como Dios, o bien ha sido creada en algún momento por Él?
-“Esto lo sabe sólo Dios. Vuestra imaginación no puede dejar de demostraros la imposibilidad de que Dios, amor y bondad por esencia, haya podido estar alguna vez inoperante. Por muy lejos que pudierais imaginar el principio de su acción, podríais representároslo un solo momento inactivo?
COMENTARIO EXEGÉTICO: Sabemos, tal como lo expresa la segunda ley de la termodinámica, que ni la vida ni la energía se crean ni se destruyen, por cuanto, simplemente, existen. Ahora bien, -qué es la materia? Podríamos definir a la materia como energía condensada en “X” grado vibratorio, según el elemento, o elementos que la conformen. Si pudiésemos ver cualquier trozo de materia bajo una lupa poderosa, que lo permitiese, nos daríamos cuenta de que la materia no es compacta, “sólida”, en el estricto sentido de la palabra, sino que, en su estructura, existen espacios “vacios”, pero que, realmente, no es mas que energía condensada. Cuando el respectivo ciclo de esa materia termine y pasa por el proceso natural de descomposición, la energía que le conformaba vuelve al depósito universal, para ser, nuevamente, utilizada. Cómo ocurre esto, y quién lo realiza? Todos hemos oído, alguna vez, hablar de los “Espíritus elementales de la naturaleza”. Qué son los Espíritus elementales de la naturaleza? Qué es un Espíritu? Imaginemos el universo dividido en tres substratos. El primero, conformado por Dios, -el Creador Universal-, la fuente cósmica de donde emana todo. Una energía luminosa en movimiento eterno, dotada de inteligencia infinita, con todos los atributos divinos, -valores universales-, en grado infinito de desarrollo, en todas sus vertientes y variantes, sin límites de ninguna naturaleza, que constituyen el soporte de los principios cósmicos y de las leyes universales, cuya síntesis se expresa como ley cósmica. Por supuesto, Dios se encuentra dotado de una conciencia universal de sí y de todo lo que Él es y representa, de su poder creador infinito, y aún así, potencialmente infinito, en infinitos aspectos, variantes y vertientes. Causa suprema del universo ab eterno, es decir, desde la eternidad, en la eternidad presente, para la eternidad. Se ha dicho: causa suprema universal. Todo este todo conforma lo UNO, que es la totalidad de lo que existe, y llegará a existir, en el eterno presente.
 El segundo substrato, conformado por el Alma Universal, que es la Matriz Cósmica, conformada por substancia etérica que llena todo el universo, que podría ser comparado a la “tierra cósmica”, equivalente a la tierra que conocemos, pero, en estado etérico. Representa, al mismo tiempo, a la  Mente Cósmica, equivalente a lo que, en pequeño, es la mente de un ser humano. Otra comparación, necesaria: las semillas que se siembran en la tierra, a nivel de la mente, estarían representadas por las ideas. Ahora bien: en la naturaleza existen cuatro reinos conocidos: el humano, el animal, el vegetal y el minera. Cada uno está conformado por tres entes básicos: el Espíritu, el alma y el cuerpo. Quién crea el Espíritu, fuente de la vida? Se ha dicho ya, que la vida no se crea, porque existe ab eterno, es decir, desde la eternidad. Entonces, cómo emana a la conciencia individual? Cada vez que el Creador Universal precisa a una familia de Espíritus, en cada reino natural, Él, sin dejar de ser Él mismo, y sin separarse de Él mismo, toma posesión, en el Alma Universal, de una célula matriz, a la que dinamiza con vida eterna e inmortal, a partir de ese momento, y siendo Él mismo, sin haberse separado de Él mismo, continúa dotado de sus mismos atributos divinos, -o valores universales, de su conciencia, en la que se expresan los sentimientos de los valores universales, como guía divina de vida, o sentidos cósmicos, pero, arrancando desde un grado cero de percepción. Es decir, emana a la conciencia individual, el mismo Creador Universal, pero en la conciencia de este ser individualizado no quedó registrado todo lo que era el Creador Universal desde la eternidad pasada, lo cual deberá descubrir, ese ser, a partir de entonces, en la eternidad futura, en el eterno presente. Evidentemente, ese nuevo ser tiene una misión y cumple un propósito del Creador, que es el de acrecentar a la Creación. Este proceso de emanación a la conciencia individual, del mismo Creador, ocurre, por igual, con los Espíritus de los cuatros reinos naturales: el humano, el animal, el vegetal y el mineral, salvo de que existan otros reinos que desconozcamos, por ahora, Y es aquí donde entran en escena los Espíritus elementales de la naturaleza, constituidos por los Espíritus emanados a la conciencia en el reino mineral, por ejemplo: los espíritus del hierro, del oro, del estaño, del zinc, del bronce, de la plata, etcétera.
Emanados los Espíritus a la conciencia individual,  en el Alma Universal, -o mente cósmica-, en los cuatros reinos naturales, en las correspondientes células matrices, -equivalentes a espermatozoides etéricos-cósmicos-, en las que el Creador se une, dinamizándoles, esas ubicaciones, dentro del alma universal, van a constituir sus espacios cósmicos, respectivamente, al igual que el espacio que queda en una masa de harina, de la cual, un ama de casa, mediante un molde, extrae una galletita. Permanecerá unido a ese espacio cósmico, en el alma universal, mediante un “hilo de plata” elástico, fluídico, como su hogar. Ya, aquí, tenemos dos de los elementos de la trilogía que le conforman: Espíritu y alma.
El tercer substrato, se encuentra conformado por la materia: Los Espíritus elementales de la naturaleza, equivalentes a cada uno de los elementos minerales conocidos y por conocer, vibran, cada uno, en una determinada frecuencia, de acuerdo a su tipo, y materializan la energía, es decir, la condensan en materia, es decir: hierro, oro, plata, bronce, oxígeno, nitrógeno, carbono, etcétera. Aquí, se sigue cumpliendo el principio de que la constitución de cada ser esta integrada por: Espíritu, alma y cuerpo. Este substrato va a conformar la base y el soporte de los mundos físicos, en el cosmos. Aquí reside el secreto de la creación de los mundos, en el inmenso universo. Cada vez que los maestros de la Creación van a formar un mundo, de acuerdo a los planes y objetivos de la humanidad que le habrá de poblarle, o habitarle, en determinado lapso, los maestros de la creación a cuyo cargo se encuentra la formación de aquel mundo, le dan una orden, a esa inmensa cantidad de Espíritus elementales que van a coadyuvar, para que condensen determinadas masas de materias, tanta como sea necesaria hasta alcanzar el volumen respectivo de acuerdo al tamaño previsto para ese mundo. Aquí residiría, probablemente, también, el secreto de esas enormes velocidades mediante las cuales los mundos giran sobre sus propios ejes y alrededor de su respectivo sol, en un movimiento integral cósmico. Es decir, dado que en su nivel infinitesimal la materia está constituida por Espíritus elementales, en cuya expresión física como átomos de sus respectivos elementos constituyen una energía en movimiento, la unión masiva de todos esos elementos, dotados de energía en movimiento, en su suma total, le otorgan, al respectivo mundo, sus movimientos sobre sus propios ejes, y el de la traslación en torno a su respectivo sol, en base a un determinado punto de equilibrio, por la ley de gravedad. Pero, la unión de los mundos, de los sistemas solares, en sus respectivas galaxias, en conexión con todas las galaxias del universo, todas se desplazan, uniformemente, en armonía, en un viaje perpetuo por el universo, Prácticamente, el sistema de galaxias, en su conjunto, se encuentra en un viaje permanente por el Cosmos. Somos viajeros cósmicos en el espacio, en tiempo presente.
Siendo la ley una e igual para todos, cada especie, para expresar,  en su respectivo reino, lo relativo a su cuerpo físico, sigue un proceso análogo al mineral, con las adaptaciones, y variantes, inherentes a su índole. En síntesis, en este quehacer universal el Creador está realizando un juego consigo mismo. Pero, que juego!
22.           La materia se define, en general, como lo que tiene extensión; lo que puede causar un efecto perceptivo sobre nuestros sentidos; lo que es impenetrable. Son exactas estas definiciones?
-“Según vuestra manera de ver, sí, por cuanto vosotros habláis de lo que conocéis; empero, la materia existe, también, en otros estados que vosotros desconocéis todavía. Ella puede ser, por ejemplo, tan etérea y sutil que deja de hacer el más mínimo efecto sobre vuestros sentidos; empero, ella siempre es materia aunque para vosotros no sería tal cosa”-.
Cuál definición nos daríais vosotros de la materia?
-“La materia es la unión que vincula el espíritu, y al mismo tiempo es el instrumento que le sirve, y sobre el cual ejercita su acción”-.
Esto admitido, puede decirse que la materia es el agente, o el vehículo, con la ayuda del cual y sobre el cual actúa el espíritu.
COMENTARIO EXEGÉTICO: El mundo de la materia no es más que la dimensión física de la expresión de la vida.
Esta manifestación física de la vida, siendo real desde el punto de vista de lo tangible, de lo físico, de lo compacto, no deja de ser más que una apariencia, una ilusión.
Esto es debido a que la materia no es más la condensación de la energía bajo ciertas formas y características.
Formas y características que se plasman de acuerdo con las imágenes expresadas por el respectivo Espíritu elemental de la naturaleza y por la “personalidad” inherente del elemento en sí, del cual se trate, que le imprime determinadas cualidades físico-químicas, con una función específica en el contexto universal.
Al igual que una planta, del entorno que conforma su hábitat, en la tierra, extrae las sustancias que le permitirán desarrollar la vida física que le es inherente. Así como crecer y desarrollarse, mientras culmine su ciclo biológico, lo cual ocurre también en la dimensión energética.
El Espíritu elemental vibra a una determinada frecuencia y condensa la materia equivalente al elemento en cuestión, del que se trate.
Siendo la misma energía universal del que extrae la esencia inherente al tipo de Espíritu elemental del que se trate, empero, las cualidades y características son diferentes, entre sí, según sea un elemento u otro.
Cómo es posible que, siendo la misma energía la fuente de la cual extrae cada Espíritu elemental la esencia con la que manifiesta la materia inherente, tengan las diversas expresiones de la materia, características y cualidades tan diversas entre sí?
Será que en esa aparente uniformidad de la energía cósmica existen, también, una extensa gama de variantes equivalentes a la totalidad de los elementos conocidos y por conocer, en cada planeta del que se trate?
De la misma manera que en la tierra, que a nuestra vista aparece uniforme y como si fuese una sola substancia, pero que contiene tan extensa gama de elementos, ocurrirá que, en la dimensión energética existen, también, variantes en los tipos de energía, que los Espíritus elementales utilizan de acuerdo con su “personalidad”, para condensar la energía de acuerdo al tipo de elemento?
Evidentemente, existe una dimensión espiritual en la que se desenvuelven los Espíritus elementales de la naturaleza, al igual que los de los otros tres reinos naturales. Esta dimensión no es sino la expresión de la Divinidad en tantos seres emanados a la conciencia individual, sin separarse la Divinidad de sí misma, y sin dejar de ser Ella misma.
Existe, también, la dimensión del Alma Universal, que es una especial forma de materia etérica, fluídica, más sutil, quintaesenciada, que sirve de vehículo espiritual a todos los Espíritus que conforman la dimensión espiritual. Es una forma menos densa de materia, pero, es una variante de la materia.
Esa materia que conforma el Alma Universal, que le sirve de vehículo en la dimensión espiritual, y le sirve, al mismo tiempo, de enlace entre el Espíritu y el cuerpo que funge de vehículo en la dimensión física de la vida.
Esa alma individualizada, en cada Espíritu de los cuatro reinos naturales, que no dejan de ser emanaciones individuales, en el Alma Universal, de la misma y única Divinidad, causa suprema de todo lo existente, contiene en sí todas las esencias del universo, en todas sus vertientes y variantes, pero, con una programación específica, según el Espíritu de que se trate.
Es decir, Espíritu de los respectivos cuatro reinos naturales, salvo que existan otros reinos naturales que aún no se conozcan en el planeta tierra.
En todo caso desde la forma física más densa de la materia, a la más sutil y etérica, existe una inmensa variante que podríamos, probablemente, ubicar entre el grado cero y el infinito de densidad, o estado de depuración. Es decir, mientras más elevados sean los estados de conciencias en ese mismo grado se sensibiliza la materia adquiriendo expresiones más depuradas y bellas.
Esta es la razón de que en el ámbito Espírita se habla que el alma o periespíritu es materia quintaesenciada, menos densa que la física, pero materia en fin.
Si existen formas físicas diversas en la materia, es porque, simultáneamente, existe una análoga diversidad de Espíritus elementales capaces de condensar esas variantes en la materia. Tantos Espíritus elementales como elementos existan, conocidos o por conocer.
De igual manera, existen arquitectos cósmicos que diseñan, según el reino natural, las formas equivalentes a la especie vegetal, o elemento mineral, de acuerdo a las características respectivas de cada especie o elemento?
 Esas características especiales de cada especie animal, vegetal o mineral, han sido impresas ya  por la Divinidad en el momento en que emanan, respectivamente, a la conciencia individual?
O, cada Espíritu de los cuatro reinos naturales los va desarrollando, haciendo uso de su respectivo libre albedrío?
Tienen libre albedrío todos los Espíritus de los cuatro reinos naturales?
Por supuesto que sí. No hay duda ninguna de ello. Están dotados de los mismos atributos de la Divinidad, incluyendo la conciencia y el libre albedrío.
La única diferencia podría surgir en que el Espíritu humano utiliza la materia de los otros tres reinos naturales, al igual que el Espíritu de los animales.
El Espíritu vegetal utiliza la materia a partir del reino mineral, y el reino mineral, utiliza la materia a partir de la energía. Cada reino sirve de enlace y soporte del otro.
Es decir: Los Espíritus elementales de la naturaleza, utilizan la energía; los Espíritus del reino vegetal utilizan la energía a partir del reino mineral; los Espíritus de los reinos animal y humano, lo hacen a partir de la energía sintetizada por el reino mineral y vegetal, y, en parte, a partir del mismo reino animal y humano.
Es un proceso de cooperación recíproca e integral.
Toda esta extensa gama de variantes en la condensación de la energía, en materia, empieza en la mente de cada Espíritu. Cuando se dice que “los pensamientos son cosas”, es que las ideas, o ideogramas que contienen o expresan, son capaces de manifestar su equivalente a nivel espiritual, anímico o físico. A nivel espiritual como sentimientos, a nivel anímico, como emociones, y a nivel físico, como sensaciones. Según su índole manifiestan el equivalente físico, por las leyes de causa y efecto, y por la de la polaridad y la de atracción, entre otras.
El respectivo orden que conforman en el contexto universal tiene que ver con la densidad, o estado de depuración, suma existencial, o peso específico de cada ser en los cuatro reinos naturales.
Nos quedaría como ejercicio práctico:
1)       Realizar un estudio de la materia desde la perspectiva de la Física.
2)       Otro, desde la perspectiva de la Química.
3)       Igualmente, un análisis de la materia desde la perspectiva de la Biología.
4)       Realizar, también, un análisis de la materia desde las perspectivas de diversas corrientes de pensamiento, que permita completar el cuadro mental de la realidad de la dimensión física de la vida. 
5)       Realizar un estudio actualizado sobre el éter.
23.           Qué es el Espíritu? (*)
-“El principio inteligente del universo”-.
Cuál es la naturaleza íntima del Espíritu?
-“El Espíritu, no se puede analizar fácilmente en vuestro lenguaje. Él, para vosotros no es nada, por cuanto no es cosa palpable; pero, para nosotros sí lo es. Recordad, que nada es lo inexistente y lo inexistente no existe”-.
COMENTARIO EXEGÉTICO: El Espíritu es, como expresa la respuesta a la pregunta formulada en el epígrafe 23: -“El principio inteligente del universo”-.
La respuesta es más profunda y completa de lo que, a simple vista, parece. Define al Espíritu como: -“El principio inteligente del universo”-.
Desde antigua data se ha mencionado que todo es: Uno. Al referirse la pregunta a lo qué es el Espíritu, se refiere, en su respuesta, al Principio Inteligente del Universo. Un solo principio. Indiviso e indivisible. Que se manifiesta en todos los Espíritus de los cuatro reinos naturales, sin separarse de sí mismo, y sin dejar de ser Él mismo.
Es la inteligencia infinita del Universo, que se expresa en toda manifestación de vida, en cada ser de los cuatro reinos naturales, de acuerdo a las propias e inherentes necesidades del eterno presente, en el aquí y ahora.
Es la misma Divinidad que emana a la conciencia individual, en cada ser de los cuatro reinos naturales, sin separarse de sí misma y sin dejar de ser ella misma. Cada ser está dotado, por ende, de los mismos atributos de la Divinidad, y de su conciencia. Es decir, los atributos de cada Espíritu, en los cuatro reinos de la naturaleza, son los mismos que los de la Divinidad, y su conciencia, una réplica de la conciencia de la Divinidad.
Es la misma vida de la Divinidad que fluye en cada Espíritu de los cuatro reinos de la naturaleza: Humano, animal, vegetal y mineral.
En la Divinidad, los atributos divinos, o valores universales, se encuentran desarrollados en todas sus vertientes y variantes: -Estados de conciencia y estaciones, o grados-. En cada ser individual, emanado a la conciencia individual, en el Alma Universal, los atributos divinos se encuentran en estado potencial, en todas sus vertientes y variantes, que eternamente desarrollará en el eterno retorno del ser individual al Ser Universal. Se encuentra dotado, también, de un poder potencialmente infinito, que expresará según afronte necesidades o anhelos y deseos de realización personal, por medio de objetivos claramente definidos.
El Ser Universal es anhelo de ser; todos los Espíritus emanados a la conciencia individual, en los cuatro reinos naturales, son la expresión de ese anhelo de ser del Creador Universal, y de su voluntad divina.
El Espíritu está dotado, de vida eterna e inmortal. Siempre vivirá en el eterno ahora. Siempre ha existido, ya que es la misma Divinidad, solo que, cada ser, emana a la conciencia individual, en un momento dado, dando comienzo al proceso del eterno retorno, desde ese instante. Esa es la razón de que, quienes iniciaron antes el proceso del eterno retorno se encuentran en una fase más adelantada del camino. Empero, todos siguen, y seguirán el mismo camino, en la eterna expansión del Universo, de acuerdo a los planes trazados por el Gran Arquitecto del Universo.
En cada expresión de vida universal, se encuentra presente el Espíritu, además del cuerpo, y del elemento de enlace, que es el alma, o periespíritu.
La naturaleza del Espíritu es la misma naturaleza espiritual de la Divinidad: La esencia, energía en eterno movimiento, es la vida por excelencia, consciente de sí misma, e inteligente. Dotada, también, de libre albedrío, con autonomía enmarcada dentro de los valores universales, sustento de la ley cósmica impresa en la conciencia de cada Espíritu, o expresión de vida.
24.           Espíritu es sinónimo de inteligencia?
-“La inteligencia es un atributo esencial del espíritu; pero, tanto el uno como la otra, se confunden en un principio común, de modo que para vosotros son la misma cosa”-.
COMENTARIO EXEGÉTICO: La inteligencia es un atributo que posee el Espíritu, pero no es el Espíritu. Es una facultad del Espíritu, una APTITUD, o estado de conciencia, y una actitud, que le faculta para percibir y entender, hacer o dejar de hacer, sentir o dejar de sentir. En la medida en que el Espíritu evoluciona, y amplía sus estados de conciencia perceptiva, y realizadora, la inteligencia se aviva, y será capaz de penetrar en la comprensión de áreas y aspectos de conocimientos, con mayor amplitud y profundidad, en el entorno universal.
El conocimiento de la verdad universal conformado por los valores universales, permite, al Espíritu penetrar en una más extensa gama de estados de conciencias, y dentro de los mismos, alcanzar estaciones más elevadas, o grados perceptivos de la realidad, con sus inherentes grados de poder realizador, potencialmente infinito, pero expresado en el mismo nivel en que manifiesta necesidades insatisfechas y anhelos por realizar.
La inteligencia potencialmente infinita del Espíritu, en los cuatro reinos de la naturaleza, se ejercita, para su desarrollo, mediante el mecanismo de necesidades y los deseos y anhelos de realización, en una eterna polarización.
La rueda de la vida está constituida por los valores universales, o atributos divinos y dentro de ella la eterna polarización, trasmutando cada estado de conciencia en un nivel más elevado de percepción y realización.
Cada valor universal es uno de los incontables caminos existenciales que eternamente recorrerá cada Espíritu, pasando por grados de conciencia, o estaciones, que van del cero grado al infinito.
Es la espiral evolutiva de la conciencia, un camino circunferencial, que mientras más avanza, más se expande en capacidad perceptiva y poder realizador.
25.           El Espíritu es independiente de la materia, o es en cambio una propiedad de esa, como los colores son una propiedad de la luz, y el sonido una propiedad del aire?
-“El uno es distinto de la otra; empero, es necesaria la unión de ambos para dar una inteligencia a la materia”-.
Es, quizá, igualmente necesaria esta unión también para la manifestación del Espíritu?
-“Es necesaria para vosotros, ya que no estáis organizados para percibir el Espíritu libre de la materia: las limitaciones de vuestros sentidos no lo permite”-.
COMENTARIO EXEGÉTICO: Toda expresión de vida, en la dimensión física del planeta Tierra, y en cualquier mundo del universo, -siempre físicamente hablando-, está conformada, por lo menos, por tres entes claramente diferenciados, entre sí: El Espíritu, o ente inteligente; el Alma, o periespíritu, como elemento neutro de enlace entre el Espíritu y el cuerpo; y el cuerpo, vehículo que funge como elemento fundamental para la expresión física de la vida, en los cuatro reinos naturales.
Una es la ley cósmica que rige todo en la Creación Universal. Cada ser, en los cuatro reinos naturales, está conformado por Espíritu, Alma y cuerpo. Dejamos sentado este principio en forma clara, precisa y contundente, para corregir, definitivamente, cualquier equívoco al respecto. Hasta los animales, los vegetales y los minerales, están conformados por Espíritu, Alma y cuerpo; es decir, en toda expresión física, la fuente de la vida es el Espíritu.
El Espíritu, como se ha expresado reiteradamente, está conformado por la misma esencia de la Divinidad, sin separarse de la Divinidad y sin dejar de ser la Divinidad.
Igualmente, el Espíritu está dotado de todos los atributos divinos del Ser Universal, y del poder potencialmente infinito que le es inherente, que expresará sin límites de ninguna naturaleza, en la eterna polarización, en el eterno retorno del ser individual al Ser Universal.
Esto, algunas corrientes de pensamiento lo han denominado un proceso de involución-evolución. Es la teoría del eterno retorno. El viaje de regreso a la fuente, de la cual, en un momento dado, se ha emanado a la conciencia individual: No creado, sino emanado de la Divinidad, sin separarse de la divinidad que ha existido siempre, y sin dejar de ser la Divinidad.
Cada ser emana perfecto a la conciencia individual;  lo que evoluciona, en sí, es cada uno de los estados de conciencias relativos a los valores universales, o atributos divinos, pasando por todas las estaciones –o grados-, del cero al infinito, mediante cuyo proceso encuentra siempre un más allá en conocimiento de la verdad universal, de los valores universales, del uso del poder creador -potencialmente infinito- que le es inherente, y de los objetivos de cooperación en la realización de la Gran Obra, en la expansión de la Creación universal.
Todo este bagaje de realización cósmica se encuentra regido por los planes trazados por el Gran Arquitecto del Universo en la Ley Cósmica, cuyo soporte constituye cada uno de los valores universales.
Igualmente, en cada uno de los Espíritus de los cuatro reinos naturales se encuentra una réplica exacta de la Conciencia del Ser Universal, en la cual se expresa, por medio del lenguaje de los sentimientos relativos a los valores universales, la misma Divinidad, en una acción pedagógica constante, y perenne.
Al mismo tiempo, toda expresión de vida es la única vida que existe: la de la Divinidad. Por eso se habla que todo es UNO.
La Divinidad es voluntad y anhelo de ser a nivel universal, en la eterna expansión de la Creación, y cada ser que emana a la conciencia individual, en los cuatro reinos naturales, sin separarse de la Divinidad, y sin dejar de ser la Divinidad.
Cada ser es el instrumento de ese anhelo de realización y la voluntad de su expresión, en todas sus vertientes y variantes, desde un grado cero al infinito, encontrando, como ya fue dicho, siempre un más allá sin límites de ninguna naturaleza.
La Divinidad Universal jamás agotará el total del caudal de su potencial realizador, y de sabiduría de los valores universales impresa en la ley cósmica y en la conciencia de cada ser, o toda expresión de vida, en los cuatro reinos naturales conocidos, y en los eventuales otros por conocer.
Es importante destacar que el Espíritu interactúa, simultáneamente, en ambas dimensiones: Espiritual y física, en forma constante, aun cuando no tenga conciencia objetiva de ello.
El fenómeno, de interrelación entre ambas dimensiones, se realiza por medio de la facultad de desdoblamiento, o proyección espiritual.
Pero, lo que el Espíritu realiza en la dimensión espiritual no lo registran los sentidos físicos, razón por la cual no conserva un recuerdo claro en la conciencia objetiva.
Esto se explica por el viejo aforismo de que, lo que no pasa por los cinco sentidos no se encuentra en la conciencia, cuyo primer exponente fuera Aristóteles, y posteriormente, Francis Bacón. Empero, esto es, únicamente, una verdad a media, ya que, muchas de las realizaciones, o percepciones que el Espíritu realiza en esos breves intervalos, en la dimensión espiritual, aunque sean de escasos segundos, las recuerda como intuiciones, o ideas que les vienen a la mente sin saber de dónde las obtiene: Es decir, sabe sin saber cómo ni porque sabe. De esa interrelación con el mundo espiritual, obtiene, también, incontables inspiraciones, que no son más que la comunicación de contenidos mentales de entes encarnados, o desencarnados, comunicando pensamientos dentro del pensamiento, que aportan ideas que le conducirán, a cada quien, al desarrollo de las mismas, o de orientación, o guía, en la realización del propio trabajo. Homero es uno de los genios que describió con precisión esta interrelación entre ambas dimensiones, tanto en la Ilíada como en la Odisea. Es una faceta de la obra homérica que es preciso profundizar. Platón, en el diálogo Ion, también desarrolla este tema en forma admirable.
El Espíritu interactúa, como fue dicho, en ambas dimensiones: La Espiritual y la física, simultáneamente.
Sería beneficioso que los seres humanos se abocasen al estudio serio y profundo de las facultades del Espíritu, para optimizar esa interrelación. La primera obra que estudia a fondo, en la historia de la humanidad, y con conocimiento de causa, las facultades espirituales, es El Libro de las facultades espirituales, del ilustre maestro de Lyon, Allan Kardec.
Quilón, el Lacedemonio, en el siglo VI antes de nuestra era, inscribió su precepto, en Delfos: -“Hombre, conócete a ti mismo, que el estudio propio del hombre no es conocer a Dios, sino conocerse a sí mismo”. Mahoma, al inicio del siglo VII de nuestra era, acuño el aforismo: -“Conócete, y conocerás a Dios”.
Cada ser debe centrar su atención en conocer su propio ser en los tres entes que le conforman, con el fin de aprovechar al máximo su misión existencial en la expresión física de la vida.
Se tendrá ocasión, a lo largo de estos comentarios exegéticos, y del estudio de la obra que se comenta, de analizar a fondo, dentro de lo posible, cada uno de los entes que conforman cada ser, o expresión de vida, en sus tres elementos constitutivos: Espíritu, Alma y Cuerpo.
26.           Se puede concebir el espíritu sin la materia y la materia sin el Espíritu?
–“Sí, ciertamente, con el pensamiento”-.
COMENTARIO EXEGÉTICO: Ciertamente, el pensamiento es un atributo del Espíritu.
El Espíritu piensa en imágenes. Pensamientos e imágenes conforman ideogramas, o cuadros mentales, que permiten la percepción del conocimiento.
La matriz de este conocimiento es la idea,
Al tener la idea ya se posee la base y el fundamento para desarrollar, con mayor amplitud, el cuadro mental que conforma el conocimiento.
Las imágenes son percepciones del Espíritu, por observarlas, éste, directamente, del lugar mismo en que se encuentra el conocimiento, o el objeto de este. Esto ocurre bien sea que se encuentre en un lugar determinado, o en el propio archivo espiritual de la persona, o en el archivo espiritual –en el alma- de seres encarnados, o desencarnados, donde el Espíritu, en desdoblamiento, o proyección espiritual, lee esa información.
Dicha información, o contenido mental, lo transfiere a la conciencia objetiva, como intuición, en el acto de reincorporarse a la materia, o al propio cuerpo.
Si el Espíritu, en desdoblamiento, o proyección espiritual, es capaz de observar el objeto del conocimiento que percibe, también lo es para concebir, o percibir, al Espíritu exento de materia, en la dimensión espiritual.
Esa percepción del Espíritu, al margen de la materia, efectuada por el pensamiento, no es más que una observación efectuada directamente por el Espíritu, con la visión espiritual, y no con el sentido físico de la vista, y la capacidad de análisis por la lógica inductiva y deductiva.
Trasciende la visión física.
Al proyectarse el pensamiento al objeto que le ocupa la atención, y al centrar la atención en el mismo, expande la conciencia perceptiva, y observa directamente, ve con la visión del Espíritu, al Espíritu de otros seres, en la dimensión espiritual.
Al retrotraerse a la materia, en la conciencia objetiva, le concibe como una realidad.
La imagen de lo que vio la traduce en idea, ésta en pensamiento –o símbolo-, y el pensamiento de la idea, en el que medita, o reflexiona, se traduce en conocimiento.
Son concepciones de la realidad que se obtienen por intuición, -percepción del propio Espíritu proyectado- o por inspiración –comunicación de contenidos mentales por el pensamiento en el pensamiento, de un emisor a un receptor.
Se sabe sin conocer porque se sabe, en un momento dado. La concepción por conciencia perceptiva, es automática, efectuada sin el uso de la voluntad.
Es un dejarse ir hacia el objeto de los propios pensamientos, y estos se proyectan –junto con el Espíritu, de quien constituyen un atributo- percibiendo la realidad.
Se puede no solo concebir, sino ver objetivamente, la materia sin el Espíritu. Por ejemplo, el cuerpo de un ser cuyo Espíritu ha desencarnado.
Empero, sería ese un cuerpo inerte, ya que la causa de la vida se emancipó.
Pero, en sentido general, toda materia inerte, o cualquier tipo de materia, aparentemente inerte, está imbuida de un Espíritu elemental de la naturaleza, o de varios, cuando se conforman aleaciones.
Ver dentro de la materia, y más allá de ésta al Espíritu, es una percepción que transciende a los sentidos físicos.
Es más fácil verlo en un ser humano, que en los demás seres de los restantes reinos naturales: animal, vegetal y mineral.
Pero, en cada reino natural, cada cuerpo, y expresión de vida, y cada elemento, se encuentra conformado por tres entes básicos, y claramente definidos: Espíritu, Alma y cuerpo.
Aún en ese cuerpo del que se ha separado el Espíritu, percibir esa separación, precisa una concepción efectuada a nivel de los pensamientos.
A través de los pensamientos, proyectados en el espacio y en el tiempo, se percibe la realidad inherente. Esta trasciende a los propios pensamientos, que constituyen la fuente de los ideogramas que canalizan el conocimiento.
Esa es la razón por la cual se afirma, constantemente, que es preciso ver más allá de las apariencias para observar la realidad, en su esencia.
Por otra parte, para concluir, es preciso destacar que no es posible concebir la materia sin Espíritu, ya que, en los cuatro reinos naturales, toda materia, así como expresión de vida, está animada por su respectivo Espíritu. Es decir, viendo más allá de las apariencias, no existe materia sin Espíritu, en ninguno de los reinos naturales conocidos ni por conocer. 
27.           De tal modo, habrían dos elementos generales en el universo: la materia y el Espíritu?
-“Sí, y, por encima de ellos, Dios, Creador de cada cosa. Es aquí el principio de todo cuanto existe, la triade del universo. Empero, al elemento materia es preciso agregar el fluido universal, que constituye la parte intermedia entre el Espíritu y la materia propiamente dicha, la cual es muy densa para que el Espíritu pueda actuar directamente sobre ella. Este fluido, aunque, en cierto modo, haya que considerarlo como parte del elemento material, se diferencia por algunas propiedades especiales. Si este fluido fuese materia, no habría razón para no suponer como tal también al Espíritu. Se encuentra entre el Espíritu y la materia; es fluido, como la materia es materia, y, por las innumerables combinaciones con ésta, bajo la acción del Espíritu puede producir una infinita variedad de cosas, de las cuales vosotros solamente conocéis una pequeñísima parte. Este fluido universal o cósmico, o primitivo, o elemental, como el agente de quien se sirve el Espíritu, es el principio sin el cual la materia quedaría en estado de perpetua disolución, y no conquistaría jamás los caracteres que le dan la gravedad”-.
Este fluido sería, quizá, aquel que nosotros definimos con el nombre de electricidad?
-“Hemos dicho ya que puede producir innumerables combinaciones. Los agentes físicos que vosotros denomináis  fluido eléctrico y fluido magnético, son simples modificaciones del fluido cósmico, el cual, propiamente hablando, no es sino materia más noble, más sutil que la propiamente denominada así”-.
COMENTARIO EXEGÉTICO: Quizá sería más propicio decir: Espíritu, Alma -elemento de enlace- y Materia, -condensación de energía-.
El Espíritu, como emanación de la Divinidad, sin separarse de la Divinidad y sin dejar de ser la Divinidad, en cada expresión de vida, en los cuatro reinos naturales conocidos, y en los que, eventualmente, aún queden por descubrirse.
Podríamos imaginar tres dimensiones claramente definidas, o determinadas:
La primera, la de la Divinidad, separada por una tenue barrera, que no es otra cosa que una diferenciación vibratoria. Es decir, un nivel absoluto. Esa barrera podría imaginarse como una pared divisoria entre una dimensión y la que le sigue.
La segunda: El Alma Universal. En la que emana la Divinidad a la conciencia individual tantas veces como sea necesario en la eterna expansión de la Creación universal. Es el elemento de enlace entre la Divinidad y el ser emanado a la conciencia individual, en los cuatro reinos naturales. Además, es el hábitat, o  la dimensión espiritual en  que se desenvuelve el Espíritu, mientras se encuentre en estado de Espíritu. Es lo que se denomina fluido universal en la respuesta dada a la pregunta que comentamos. Es un departamento intermedio entre la dimensión de la Divinidad y la de la materia, que se analizará en el epígrafe siguiente. Hay una puerta de entrada de una dimensión a otra y es la del alma.
En la dimensión del Alma Universal existen una inmensa variante de Espíritus emanados a la conciencia individual, tantos como Espíritus existen en los cuatros reinos naturales, y con gradaciones de estados de conciencia que varían del cero grado al infinito, aunque jamás se agotará el infinito ascensional de la espiral evolutiva.
En el Alma Universal, cada Espíritu emanado a la conciencia individual, adquiere su propia alma individualizada. Es como decir, “su hogar personal” en el entorno cósmico, ubicado en el “lugar” en que adquirió conciencia individualizada. Constantemente se reubicará de acuerdo con sus estados, y grados, de conciencia, según su suma existencial, o densidad espiritual, regido por la ley de afinidad y las leyes que les son interrelacionadas: Amor, afinidad, justicia, igualdad y compensación, entre otras. Es como decir: -“Donde amas, allí está tu Espíritu y hábitat”. El grado de amor es el que ubica, o reubica, el hogar personal, en el eterno viaje de retorno a la fuente universal.
La tercera: La materia. Es condensación de la energía de acuerdo al grado vibratorio de los Espíritus elementales de la naturaleza. Esta dimensión es la que sirve de manifestación física a los demás reinos de la naturaleza: el humano, el animal y el vegetal.
Cada reino utiliza su propia e inherente combinación de la materia, de acuerdo al fin que le corresponde en el contexto de todas las cosas y a la naturaleza misma del Espíritu, en cada uno de estos reinos naturales.  
Por cada tipo de materia fundamental, específica, existe un Espíritu elemental, o la cooperación de un conjunto de ellos, simultáneamente, de acuerdo con las leyes de la física, de la química, y de la ley cósmica, en general.
28.           Por cuanto el Espíritu es, también él, alguna cosa, no sería más exacto y menos vago denominar a estos dos elementos generales materia inerte y materia inteligente?
-“Las palabras nos importan poco, a nosotros; precisad vuestro lenguaje de modo que os podáis entender. Vuestras disputas provienen casi siempre por estar en desacuerdo sobre el significado de los vocablos, por ser vuestra capacidad  insuficiente para expresar las cosas que dejan de entrar dentro de la percepción de vuestros sentidos”-.
 Un hecho evidente domina todas las hipótesis, el cual es que vemos, por una parte, la materia no inteligente; por la otra, un principio inteligente que no depende de la materia. Pero, cuáles son el origen y las conexiones de estas dos cosas, lo ignoramos. Si tenemos o no un origen común, o puntos de contacto necesarios; si la inteligencia existe de por sí, o es solamente una propiedad, un efecto; si ella, según la opinión de algunos, es una emanación de la Divinidad; lo desconocemos. Materia e inteligencia nos parecen diferentes, por lo cual las vemos como dos principios que constituyen el universo. Por encima, además, de cada cosa, vemos una inteligencia que domina todas las demás, las gobierna, y se distingue por sus atributos esenciales; a esta inteligencia suprema, la denominamos Dios.
COMENTARIO EXEGÉTICO: La materia y el Espíritu, constituyen partes de dos dimensiones diferentes: La física y la espiritual. Ya se ha estudiado como la materia es condensada a partir de la energía por el respectivo Espíritu elemental de la naturaleza. Por ejemplo: El hierro, la plata, el oro, el plomo, el estaño, entre otros elementos.
Viendo más allá de las apariencias, en la materia inerte existe un estado vibratorio constante, que es el del Espíritu que lo trae a la manifestación física, y lo mantiene en ese estado. Es una energía en constante movimiento. Al separarse el Espíritu de la materia, se efectúa un proceso de desintegración de la misma y la energía que la conformaba retorna al depósito universal. El Espíritu, a su vez, queda libre de la materia y automáticamente se encuentra en la dimensión espiritual, en la frecuencia vibratoria que le es inherente.
En cuanto a la materia inteligente, lo es, en los cuatro reinos naturales, por el atributo de la inteligencia que posee el Espíritu que la anima, en determinado ser de los cuatro reinos naturales.
Todo el maravilloso proceso inteligente que realiza la materia, en cualesquiera de sus formas: mineral, vegetal, animal y humana, se lleva a cabo por la programación espiritual que se encuentra en el alma, como elemento de enlace, entre el Espíritu y el cuerpo y por la dirección del Espíritu en calidad de conductor. La diferencia entre las manifestaciones inteligentes en cada ser de los cuatro reinos naturales, se deben a las variaciones en el desarrollo de las aptitudes del respectivo Espíritu.
Estas variaciones en el grado de expresión de la inteligencia, entre un ser y otro de la misma especie, se debe a la desigualdad en el nivel evolutivo, o estado de conciencia, del Espíritu en cuestión.
Cada Espíritu tiene su propia historia. Si ha evolucionado más, lo expresará en el mayor desarrollo de sus aptitudes. Por supuesto, esas aptitudes, que constituyen capacidades de ver, comprender, hacer o dejar de hacer, entre otras cosas, denotan, claramente, esa diferencia evolutiva.
En toda materia inteligente, lo que se expresa es la inteligencia del Espíritu que la anima.
A su vez, toda inteligencia individualizada, es el mismo atributo divino que posee el Ser Universal, o Divinidad. 
PROPIEDAD DE LA MATERIA:
29.           La ponderabilidad es atributo esencial de la materia?
-“De la materia tal como vosotros la entendéis, sí; empero, no de la materia considerada como fluido universal. La materia etérea y sutil, que forma este fluido, cualesquiera sea el principio de vuestra materia pesante, es para vosotros imponderable”-.
La gravedad es una propiedad relativa: si no hubiese la atracción de los mundos no habría peso, como no habría alto ni bajo.
COMENTARIO EXEGÉTICO: La ponderabilidad de la materia significa que tiene peso, es decir: se puede pesar. Es la propiedad de la materia que determina que todo cuerpo esté sujeto a las leyes de la gravitación.
El peso de un cuerpo equivale a la fuerza con que es atraído hacia el centro de la tierra.
A medida en que un cuerpo se desplaza desde el ecuador hacia los polos, su peso aumenta.
Igualmente, el peso de los cuerpos disminuye hasta anularse, al alejarse de la tierra y llegar a una zona denominada: No gravitacional.
Al mismo tiempo, le hace susceptible a la atracción recíproca con otros cuerpos.
Dado que existe una materia más depurada como la del alma, o periespíritu, que es, pese a todo, materia quintaesenciada, fluídica, evidentemente su ponderabilidad le hace susceptible de estar sujeta a otro tipo de fuerza gravitacional. Por ejemplo, utilizando al alma como vehículo, el Espíritu puede desplazarse a la velocidad del “pensamiento”. La depuración del alma puede permitir al Espíritu encarnado una mayor percepción de la dimensión espiritual. O, proyectarse a mundos más evolucionados donde impera un nivel de frecuencia vibratoria acorde con un alma más depurada.
Evidentemente, la depuración del alma va acorde con la del Espíritu, quien incide a que la misma se manifieste, también, en su cuerpo, como mayor belleza o suavidad en los rasgos físicos.
Esta depuración del alma, como materia quintaesenciada, equivale a la suma espiritual acumulada por el Espíritu en sus incontables existencias materiales, en el planeta tierra, y en incontables otros mundos en que haya vivido.
Esa suma existencial ubica, o reubica, al Espíritu, en el orden cósmico que le corresponde, en el contexto de todas las cosas, regido por la ley de afinidad.
En ese nivel, la fuerza de atracción, o de repulsión, que se opera a nivel del alma, y del Espíritu, se interrelaciona a partir de los pensamientos, sentimientos, emociones, vibraciones, aura espiritual, y sensibilidad espiritual-anímica, que le circunscribe a esferas mentales-espirituales determinadas.
Todo va parejo: depuración espiritual-anímica,  que incide en los pensamientos, sentimientos, deseos, palabras, actos y práctica de todas las virtudes.
Se va pasando, gradualmente, a esferas mentales donde imperan niveles más depurados de Espíritus, en sus respectivos vehículos anímicos, o peri-espirituales.
La ponderabilidad es la propiedad de la substancia que conforma los distintos cuerpos, en la naturaleza, que le hace susceptible de tener peso, densidad y solubilidad. Dichos cuerpos pueden encontrarse, en un momento dado, en estado sólido, líquido o gaseoso. Y, por supuesto, en una variedad de estados, aún por conocer.
Hasta los pensamientos son considerados cosas, los cuales se encuentran sujetos a la ley de atracción y de repulsión.
El Espíritu piensa en imágenes, y éstas están, igualmente, sujetas a la ley de atracción y repulsión.
Los sentimientos, también están sujetos a las mismas leyes de atracción y repulsión. Es la fuerza que les impele, en algún grado, un determinado tipo de materia, o simplemente, energía?
Ya se ha visto, en otra parte, como las vibraciones del Espíritu condensan la energía y manifiestan determinadas expresiones físicas a nivel de los Espíritus elementales de la naturaleza. Empero, la ley rige en los cuatro reinos naturales, en las dimensiones espiritual y física.
La ciencia ha determinado otras propiedades de las substancias que conforman los cuerpos, como son:
A)       Forma, color, sabor, olor, impenetrabilidad, inercia, indestructibilidad, divisibilidad, organolépticas (apreciadas por los sentidos físicos), por su impresión al tacto, sonido, y propiedades químicas, que determinan acciones sobre otras substancias como descomposiciones y combinaciones, entre otras.
B)       Otras propiedades son:

1)       Masa, volumen, longitud y capacidad.
2)       Peso específico, dureza, índice de refracción y coeficiente de solubilidad.
30.           -La materia consta de uno solo, o de más elementos?
-“El elemento primitivo es uno solo. Los cuerpos, que vosotros consideráis como sencillos, no son elementos verdaderos, sino modificaciones y transformaciones de la materia primitiva”-.
COMENTARIO EXEGÉTICO: La fuente energética universal es una sola. Se ha mencionado, en diversas ocasiones, como los Espíritus elementales de la naturaleza, a partir de la energía, y de acuerdo a su propia índole y frecuencia vibratoria, condensan la energía y la manifiestan en materia, en la extensa gama de elementos conocidos y por conocer.
De ahí en adelante, de acuerdo a la ley cósmica, y a las respectivas leyes de la física, de la química y de la biología, entre otras, se manifiestan todas las variantes de la materia, en todas las vertientes posibles, de acuerdo con los planes trazados por el Gran Arquitecto del Universo.
De la misma tierra cada especie vegetal extrae su respectivo fruto, o substancia. Esa tierra, aparentemente uniforme, estaba conformada por múltiples elementos y substancias. Hay una inteligencia rectora, en cada elemento y substancia, que realiza ese trabajo, evolucionando ad infinitum en el proceso.
La energía cósmica, siendo la misma y única, aparentemente, contiene la esencia de todas las variables posibles, sin límites de ninguna clase. Es el trabajo de cada Espíritu, en los cuatro reinos naturales, que realiza esa labor, cada quien en su respectiva esfera mental, en la infinita espiral evolutiva. Cada uno de los cuatro reinos sirve de soporte para todos los demás, tanto en la dimensión física como en la espiritual.
Esa energía cósmica, pese a ser la misma, no contiene en sí misma toda la infinita gama vibratoria?
De ser así, cada uno de los Espíritus elementales de la naturaleza, al vibrar en su respectiva frecuencia, no extraería, de la misma energía universal, la que más, o mejor, se adapta a su propia frecuencia vibratoria?
Cada Espíritu de los cuatro reinos naturales se encuentra ubicado, en la dimensión espiritual, en su propia frecuencia vibratoria; es a partir de ese nivel vibratorio, en la eterna e infinita escala vibratoria del universo, que cada Espíritu elemental condensa la energía y la manifiesta en la dimensión física de la vida, base y soporte para la manifestación de los otros tres reinos naturales. De igual manera, para todas las gamas de combinaciones físicas, químicas y biológicas.
En Radiestesia se sabe medir, con el instrumento pendular, el tono vibratorio de cada persona, animal, vegetal o elemento mineral, y ubicar, de esta manera, a cada quien, por su tono vibratorio, en el respectivo grado, en una circunferencia, entre el cero y los 360 grados. Con mayor detenimiento prospectivo, se ubicaría, también, a cada quien, en un círculo-nivel diferente, en la espiral evolutiva. 
Es a partir de ese tono vibratorio específico, de cada persona, animal, vegetal o sustancia determinada, que el radiestesista realiza su trabajo de prospección, con precisión matemática. 
Podríamos concluir que cada Espíritu elemental, al igual que los demás Espíritus en los restantes reinos naturales, emprenden un camino a partir del grado cero de manifestación perceptiva, comprensiva y realizadora de la conciencia, que se va expandiendo por medio de la experiencia que va adquiriendo por medio de la satisfacción de las necesidades y la realización de los deseos y de los objetivos existenciales. Empero, en el eterno camino de Retorno del ser individual, en los cuatro reinos naturales, al Ser Universal, cada Espíritu elemental va manifestando, a partir de la condensación de la energía, el respectivo elemento que le es inherente, en una materia más depurada, y sutil, (menos densa, hasta más trasparente, en algunos casos) tal como debe estar manifestada en los mundos inmensamente más evolucionados que el Planeta Tierra. 
Esto marcaría un proceso evolutivo, de ascenso en los estados y grados de conciencia, de cada Espíritu elemental, perfeccionando su trabajo de manifestación "elemental" en la dimensión física, siempre en un mejor nivel de depuración, y perfección.
Es decir, en un proceso evolutivo paralelo en los cuatro reinos de la naturaleza, en el cual cada reino se prepara para servir de soporte en el siguiente nivel, en la infinita escala de la polarización alquímica-espiritual del universo.
Es la infinita expansión de la Creación universal hacia mejores niveles de expresión de la Conciencia de la Divinidad en cada ser de los cuatro reinos de la naturaleza.  
Si se pudiese comparar el elemento hierro del planeta tierra con el de un mundo inmensamente más evolucionado, se observaría, seguramente, un estado de depuración, o cualidades inherentes al hierro más desarrolladas, para adecuarse a la realidad de aquel mundo. Esto indicaría que ese elemento hierro, al igual que los seres humanos de aquel mundo, también evolucionaron, adquiriendo mejores y más elevados niveles de conciencia, ya que todos los seres emanan a la conciencia individual, a partir de la Divinidad, en grado cero. Recordemos: En grado cero de manifestación, pero poseyendo en grado infinito, potencialmente hablando, todos los atributos divinos y poder creador de la Divinidad, que los va expresando, en grado equivalente, en la medida que afronta necesidades, o situaciones por resolver, deseos y objetivos por realizar. Si persiste en la acción, expresará el conocimiento necesario y el poder para resolver toda situación, en cada caso, aunque tenga que repetir la acción miles de veces, hasta que adquiera el dominio suficiente para hacerlo bien, por la experiencia y el desarrollo de la aptitud perceptiva, comprensiva y realizadora, en un determinado nivel, o estado de conciencia, para luego pasar al siguiente. Es la eterna polarización que se manifiesta en los cuatro reinos naturales.
En cada nuevo mundo en que esa extensa familia de Espíritus elementales participe, lo harán a partir del grado de progreso evolutivo alcanzado en el mundo anterior. En cada mundo, cada ser de los cuatro reinos naturales alcanza un determinado grado de progreso, o estado de conciencia. 
Si esto no fuera así, a qué serviría todo ese inmenso trabajo que despliega cada ser, en los otros tres reinos naturales?
31.        De donde provienen las diversas propiedades de la materia?
-“De las modificaciones, a las cuales las moléculas elementares están sujetas para su unión y en determinadas circunstancias”.
32.           Entonces, los sabores, los olores, los colores, el sonido, las cualidades benéficas y saludables de los cuerpos, -no serían más que modificaciones de una misma sustancia primitiva?
-“Sí, ciertamente, y no existen más que por la disposición de los órganos destinados a percibirlos”-.
Este principio está demostrado por el hecho de que no todos perciben en el mismo modo las cualidades de los cuerpos: uno encuentra una determinada cosa agradable a su gusto, otro la encuentra desagradable; algunos ven azul lo que otros ven rojo; lo que es veneno para unos es inocuo, e incluso saludable, para otros.
33.           La misma y única materia elemental se encuentra en condiciones de recibir todas las modificaciones y de adquirir todas las propiedades?
-“Sí, y es en este sentido que debéis interpretarnos, cuando decimos que el todo está en el todo (*).
El oxigeno, el hidrógeno, el nitrógeno, el carbono y todos los cuerpos que nosotros consideramos como simples, no son más que modificaciones de una misma sustancia primitiva. Pero, como es imposible llegar a ésta más que con el pensamiento,  estos cuerpos son para nosotros verdaderos elementos, y podemos, sin ningún prejuicio, considerarlos como tales hasta nuevas disposiciones.
Esta teoría, pareciera dar razón quienes opinan que en la materia solamente existen dos propiedades esenciales: la fuerza y el movimiento, y piensan que todas las otras propiedades son simples efectos secundarios, los cuales varían según la intensidad de aquella y la dirección de éste.
34.           Las moléculas tienen una forma determinada?
-“Sin duda tienen una forma; pero, vosotros no podéis percibirla”-.
Esta forma es constante, o variable?
-“Constante para las moléculas elementares  primitivas; variables para las moléculas secundarias, las cuales no son más que aglomeraciones de las primeras, por cuanto  lo que vosotros llamáis molécula, está todavía lejos  de ser una molécula elemental”.
ESPACIO UNIVERSAL
35.           El espacio universal es infinito, o limitado?
-“Infinito. Si tuviese límites, qué habría más allá? Bien sé, que esto confunde vuestra razón; pero, ella misma os dice que no puede ser de otra manera. Así es el infinito en cada cosa. No es de vuestro pequeño mundo comprenderlo”-.
Suponiendo un límite en el espacio, por cuanto lejano pueda concebirlo el pensamiento, la razón dice que más allá de este límite debe existir algo, y de esta manera de grado en grado hasta el infinito, por cuanto este algo, aunque fuese el vacío absoluto, sería siempre espacio.
36.           Existe el vacío absoluto en algún punto del espacio?
-“No. Lo que es vacío para vosotros, se encuentra ocupado por una materia que escapa a vuestros sentidos y a vuestros instrumentos”-.
___________________________________________________

(*) Este principio explica el fenómeno, conocido por todos los magnetizadores, de poder dar, con la voluntad, a cualquier sustancia, por ejemplo, al agua, propiedades muy diversas, con un gusto determinado, y también las cualidades activas de otras sustancias. Por cuanto no existe más que un solo elemento primitivo, y las propiedades de los diferentes cuerpos no son más de modificaciones de él, resultando que la sustancia más inocua tiene el mismo principio de la más nociva. Así el agua, que está formada de una parte de oxigeno y de dos de hidrógeno, se vuelve corrosiva, si se dobla la proporción del primero. Una análoga transformación puede producir la acción magnética dirigida por la voluntad.

Copyright Text