PLURALIDAD DE
EXISTENCIAS
Capítulo VIII
El Libro de los
Espíritus
Allan Kardec
Versión castellana
y comentarios exegéticos:
Giuseppe Isgró C.
De la
Reencarnación. Justicia de la Reencarnación. Encarnación en los diversos
Mundos. Transmigración progresiva. Suerte de los niños después de la
desencarnación. Sexos entre los Espíritus. Parentela, Filiación. Semejanzas
físicas y morales. Ideas innatas.
DE LA
REENCARNACIÓN
166. En cuál modo el Espíritu que no ha
conseguido la perfección durante la vida corpórea, puede terminar de purificarse?
-“Asumiendo nuevas
existencias”-.
Cómo cumple el
Espíritu estas nuevas existencias? Quizá transformándose, pero quedando siempre
en el estado de Espíritu?
-”El Espíritu,
purificándose, es susceptible, sin duda,
de transformación; empero, para purificarse, precisa las pruebas de la
vida corpórea”-.
Entonces, el
Espíritu tiene más existencias corpórea?
-“Sí: nosotros
todos hemos tenido muchas existencias. Quienes dicen lo contrario, quieren
manteneros en la ignorancia, en la cual se encuentran ellos mismos”-.
De este principio
parece resultar que el Espíritu, después de haber abandonado un cuerpo, tome
otro: lo cual quiere decir que él se reencarna en otro cuerpo. Es así que debe
entenderse?
-“Precisamente”-.
167. Cuál es la finalidad de la reencarnación?
-“La expiación y
el mejoramiento progresivo de la humanidad; sin lo cual, dónde estaría la
justicia?”
COMENTARIO
EXEGÉTICO: En la vida, y en el universo, observamos como todo acontece por
ciclos alternos y repetitivos. Esto es fruto de la infinita sabiduría de la
Divinidad que lo ha determinado de esta manera.
La ley del cambio
rige todo. La Divinidad ha querido que nada, físicamente hablando, permanezca
para siempre. Ni siquiera todos los mundos del universos que hoy existen,
durarán para siempre. Un día, gradualmente, al cumplir su respectivo ciclo,
dejarán de existir, y gradualmente, irán siendo sustituidos por otros que, con
mucha antelación, se han ido formando durante lapsos muy largos. Sólo este
particular sería suficiente para cambiar la visión de la realidad existente.
Cómo decía
Cervantes, en el Quijote, la primavera sigue al verano; el verano al otoño; el
otoño al invierno y el invierno a la primavera, y ésta, nuevamente, al verano,
y así sucesivamente.
El Espíritu de
cada ser en los cuatro reinos naturales es eterno e inmortal. Emana a la
conciencia individual a partir de la Divinidad, sin separarse de la Divinidad,
y sin dejar de ser la Divinidad. Lo hace con los mismos atributos de la
Divinidad. Siendo una parte indivisa de la Divinidad, emana a la conciencia
individual, cada Espíritu en los cuatro reinos naturales, perfecto. Lo único
que le falta, es la experiencia, que irá adquiriendo en el eterno camino de
retorno del ser individual al Ser Universal, sin que jamás llegará a completar,
por cuanto siempre encontrará un más allá en experiencias y progreso.
La única
diferencia que existe entre los atributos de la Divinidad y los de cada uno de
los Espíritus de los cuatro reinos naturales, es que los de la Divinidad están
desarrollados en todas sus vertientes y variantes, en grado infinito. Mientras
que, los de los seres emanados a la conciencia individual, siendo exactamente
los mismos, potencialmente hablando, cada uno de los seres ignora que los posee
y no sabe como utilizarlos. Este aprendizaje lo irá adquiriendo en ese eterno
camino de retorno al cual se hacía referencia poco antes. En el mismo grado en
que, cada ser, va experimentando necesidades, deseos, anhelos, y se forja
objetivos de realización, paralelamente va expresando tanto la sabiduría de los
atributos divinos, o valores universales, que se expresan en su conciencia
mediante el lenguaje de los sentimientos análogos, como el poder creador
potencialmente infinito que posee. Mientras más elevado sea el grado de
necesidad o de exigencia que va afrontando, en ese mismo grado va expresando
tanto la sabiduría de los valores universales como su poder creador
potencialmente infinito.
La conciencia de
cada ser en los cuatro reinos naturales es una réplica exacta de la de la
Divinidad, y es el vehículo de comunicación entre la Divinidad y cada ser por
medio del lenguaje de los sentimientos de los valores universales o atributos
divinos. En la conciencia de la Divinidad, y en la de cada ser, se encuentra
impresa la Ley Cósmica, eterna e inmutable.
Como cada ser da
inicio a su camino del eterno retorno hacía la Divinidad sin experiencias, y
éstas las va adquiriendo en forma gradual, es natural que, mientras va
adquiriéndolas, incurra en errores. Ese eterno aprendizaje le va permitiendo el
conocimiento de las leyes naturales que conforman la ley cósmica, hasta ir
amoldando sus pensamientos, sentimientos, palabras y actos a la guía de los
parámetros de los valores universales, que constituyen el medio que la misma
Divinidad tiene para ejercer su rol de Gran Pedagogo, en la conciencia de cada
ser.
Cada ciclo de vida
física es una jornada de ese eterno camino de retorno y una estación de los
infinitos grados de experiencias que va adquiriendo, gradualmente, y por
méritos propios. Se diría que la misma Divinidad precisa adquirir la
experiencia, y la va adquiriendo por medio de cada uno de los seres mediante
los cuales ha emanado a la conciencia individual.
De manera que, las
inmutables leyes cósmicas constituyen la guía mediante la cual enmarcar esa
conducta que se expresa a partir de los pensamientos y sentimientos, en
palabras y actos. Cuando hablamos de expiación, no es más que un aprendizaje
vivo, o en vivo, del conocimiento de esas leyes naturales. Cada ciclo de vida
en la dimensión física, es una nueva oportunidad de adquirir experiencia en
determinados estados de conciencia, y estaciones, es decir, grados de
conciencia en cada uno de los atributos divinos, o valores universales. Esa es
la razón por la cual, frecuentemente, suele decirse, que el mejoramiento de la
humanidad es una cuestión de valores. Al adquirirse conciencia de los
parámetros de los valores universales que han de regir los pensamientos,
sentimientos, palabras y actos, cada ser comienza a vivir en armonía con la
naturaleza, y se va gestando ese mundo ideal con el cual cada quien sueña, como
una percepción intuitiva, o inspirativa, de ese destino universal que le está
deparado.
Hay un plan
universal para el universo; y para cada ser. Cada ser, en los cuatro reinos
naturales, es un instrumento de la Divinidad en la expansión de la Creación. La
ley del cambio, y la ley de la reencarnación, rigen esa eterna vida y
continuada mediante ciclos en la dimensión física..
Si hasta el mayor
planeta del universo, en la inmensidad de galaxias hoy existentes, se renovará
en nuevos ciclos, con la formación de un planeta sustituto que albergará a su
respectiva humanidad, o a las humanidades que confluyen de diversos mundos
anteriores, es un indicativo de que una sola es la ley cósmica que rige todo en
el universo. Esa ley de reencarnación y de cambio, rige toda la naturaleza. La
Divinidad ha estimado que nada debe permanecer estático.
Si la vida física
fuese de una duración eterna como la del Espíritu, podríamos imaginar que
algunos de los mayores tiranos de la antigüedad seguirían gobernando todavía.
Sólo por poner un ejemplo.
El placer y el
dolor, el dulce y el amargo, la satisfacción y la insatisfacción, la noche y el
día, las estaciones, los ciclos en todas sus formas, son medios para adquirir
discernimiento sobre la realidad, la verdad, que sirva de guía en la toma de
decisiones. Un tema para seguir meditando.
168. El número de las existencias corpóreas es
limitado, o, en cambio, el Espíritu se reencarna perpetuamente?
–“En cada nueva
existencia el Espíritu hace un paso adelante en la vía del progreso; cuando
después se ha despojado de todas sus imperfecciones, no tiene más necesidad de
las pruebas de la vida corpórea”-.
COMENTARIO
EXEGÉTICO: Esto debe entenderse como que, a un cierto momento, el Espíritu se
ha desarrollado en determinado grado y, habiéndose liberado de sus deudas
kármicas, que le sujetaban a ciertas pruebas y vinculaciones existenciales,
ahora se transforma en dueño de su destino, quedando libre para elegir sus
propios objetivos de progreso, según su vocación, puntos fuertes o menos
fuertes. Y de acuerdo al programa evolutivo del planeta tierra o de aquel en el
cual el Espíritu se encarne, en un momento dado. Esto en ningún momento debe
entenderse de que el Espíritu llegará a una etapa en que no precise más
reencarnar por haber alcanzado un tope en el progreso. Ese tope no existe en el
eterno presente. La reencarnación continuará ad infinitum, en este o en otros
mundos más avanzados, alcanzando, siempre, niveles más elevados de conciencia.
169. El número de las encarnaciones es igual
para todos los Espíritus?
-“No: quien
progresa más rápidamente, se ahorra nuevas pruebas. De todos modos, estas
encarnaciones sucesivas son siempre en gran número, ya que el progreso es
virtualmente infinito”.
170. En que se convierte el Espíritu después de
su última encarnación?
-“En Espíritu
sabio, por su pureza”-.
COMENTARIO
EXEGÉTICO: Ratificamos que, no existe una última reencarnación para el
Espíritu. Debe entenderse como la última encarnación de un determinado ciclo
evolutivo, después del cual dará inicio a otro de mayor nivel.
JUSTICIA DE LA
REENCARNACIÓN
171. Sobre qué se apoya el principio de la
reencarnación?
-“Sobre la
justicia de Dios y sobre la revelación, por cuanto nosotros os lo repetimos
continuamente: Un buen padre deja siempre abierta, a sus hijos, la posibilidad
al arrepentimiento. No os dice, quizá, la razón, que sería injusto privar para
siempre de la eterna felicidad a todos quienes no tuvieron la posibilidad de
mejorarse? Acaso no son hijos de Dios todos los seres? Sólo entre los egoístas
reina la iniquidad, los odios implacables y las penas sin remisión”-.
Todos los
Espíritus tienden a la perfección, y Dios les brinda a ellos el medio con las
pruebas de la vida corpórea; pero, su justicia quiere que ellos puedan cumplir,
en nuevas existencias, todo lo que no pudieron hacer o terminar en una primera
prueba.
No sería ni según
justicia, ni de acuerdo con la bondad de Dios el condenar en eterno a quienes
han podido encontrar obstáculos al propio mejoramiento, en contra de su
voluntad, y por causa del ambiente mismo, en el cual se encuentran ubicados. Si
la suerte del ser humano fuese irrevocablemente establecida después de la
desencarnación, Dios no habría pesado las acciones de todos los seres en la
misma balanza, y no les habría tratado con imparcialidad.
La doctrina de la
reencarnación, es decir, aquella que consiste en el admitir para el ser humano
más existencias sucesivas, es la única que responde a nuestro concepto de la
justicia de Dios en relación a los seres humanos de condiciones morales
inferiores; la sola que pueda explicarnos el porvenir, y afirmar nuestras
esperanzas, por cuanto nos ofrece el medio de expiar nuestros errores con
nuevas pruebas. La razón nos lo demuestra y los Espíritus nos lo enseñan.
El ser humano que
tiene la conciencia de su inferioridad, deriva de la doctrina de la
reencarnación los más consoladores presagios. Si cree en la justicia de Dios,
no puede esperar de devenir de repente y por la eternidad igual a quienes han
actuado mejor que él; empero, el pensamiento de que esta inferioridad no le
privará siempre del disfrute supremo y que podrá conquistarlo mediante nuevos
esfuerzos, le sostiene en las pruebas y reanima su coraje. Quién es aquel que,
al término de su peregrinaje terreno, no se lamenta de haber adquirido muy tarde
una experiencia, de la cual no puede extraer provecho? Ahora bien, esta tardía
experiencia no está perdida, por cuanto se aprovechará de ella en una nueva
existencia.
ENCARNACIONES EN
LOS DIVERSOS MUNDOS
172. Las diversas existencias corporales se
efectúan todas sobre la tierra?
-“No, sino en los
diversos mundos: la de aquí no es ni la primera ni la última, sino una de las
más materiales y lejanas de la
perfección”-.
173. El Espíritu pasa de un mundo al otro a cada
nueva existencia corpórea, o puede tener varias en el mismo globo?
-“Puede vivir
muchas veces sobre el mismo globo, si no ha progresado en grado suficiente,
hasta que merezca encarnarse en uno superior”-.
Por lo cual,
podemos comparecer más veces sobre la tierra?
-“Ciertamente”-.
Podemos regresar
después de haber vivido en otros mundos?
-“Sí: vosotros
pudisteis haber vivido ya en otros mundos y sobre la tierra”-.
COMENTARIO
EXEGÉTICO: En línea general, la mayor parte de los seres humanos encarnados en
el planeta tierra, a partir de determinado momento, ha quedado circunscrita a
él.
Esto, tanto como a
los diferentes integrantes de la humanidad primitiva, que ascendieron de mundos
anteriores de menor progreso, en los cuales culminaron sus etapas evolutivas,
como aquellos que, habiendo sido desterrados de mundos más adelantados, al
haberse constituido en los mismos en factores discordantes del progreso, por
quedarse rezagados, han sido colocados en este mundo como su “mundo”, en el
cual deberán seguir sus etapas de estudio y desarrollo, hasta ascender al nuevo
planeta destinado como la etapa siguiente. Ese planeta al que está destinada la
humanidad de la Tierra, sin duda, en estos momentos, se encuentra en formación,
tal como una enorme cantidad de planetas en formación que ha descubierto la
astronomía.
Esta etapa de
progreso en la Tierra puede durar, seguramente, millones de años, de acuerdo al
lapso fijado por el orden cósmico, o, por los regidores espirituales
inherentes.
Existen otros
seres que, por su adelanto, pueden realizar su trabajo, simultáneamente, en
diferentes mundos, encarnándose durante un tiempo en un planeta, donde asimilan
cierto grado de conocimientos, que luego vienen a impartir al planeta tierra, o
a otros mundos de igual o menor grado de progreso, y, aún, de mayor grado de
progreso que el de la Tierra, según el nivel de conciencia del Espíritu en
cuestión.
Esto sería
semejante a la trayectoria que realizan un cierto número de personas en los
diferentes continentes, en el planeta tierra.
174. Es, en verdad, necesario volver a vivir en
la tierra?
-“No; empero, si
no progresáis, podéis ir a otro mundo, que no es, ciertamente, mejor, sino que
puede ser, también, peor”
175. Tiene alguna ventaja quien regresa a vivir
en la tierra?
-“Ninguna ventaja
en particular, a menos que regrese con una misión”-.
No habría mayor
felicidad en permanecer en el estado de Espíritu?
-“No, no! Se
quedaría en estancamiento, mientras que es necesario progresar hacia Dios”-.
COMENTARIO
EXEGÉTICO: Toda nueva existencia, en el planeta de turno en que se vuelva a tomar
materia, siempre se efectúa con una o más misiones temporales, de acuerdo a la
propia suma existencial, y a los planes de estudio en el referido mundo, según
la época que corresponda en su desarrollo.
Evidentemente, la
práctica existencial del aprendizaje se realiza en el respectivo mundo al que
se encuentra, cada quien circunscrito, en un momento dado, o durante una larga
etapa, en incontables ciclos de vida, hasta que pase a una fase superior.
También, si se queda rezagado, podría ser trasladado a un mundo de inferior
progreso, donde imperan análogas tendencias o afinidades, tal como lo
vislumbró, claramente, Allan Kardec, en el libro Génesis, y Joaquín Trincado,
en diversas obras.
La expansión de la
Creación Universal se realiza en dos fases alternas: una teórica y otra
práctica. La teórica, vendría a ser el proceso de estudio efectuado en la
dimensión espiritual; empero, la práctica, es la que se realiza en la dimensión
física, en cualquier mundo en el que se sea asignado, de acuerdo al propio potencial
evolutivo, o estados de conciencias, desarrollados.
En el eterno
camino de retorno a casa, a la fuente universal, la Divinidad, en el que
siempre se encuentra un más allá, en expansión de la conciencia, sin límites,
es preciso reencarnar en forma ilimitada ya que jamás se encontrará término al
potencial infinito de percepción, comprensión y realización en los eternos
planes de la Divinidad, en la expansión universal de la Creación.
En esos planes
eternos, cada quien tiene una misión asignada, en cada fase de desarrollo de la
Gran Obra. Cada quien se ubica o reubica, constantemente, de acuerdo a su
vocación de servicio, a sus estados de conciencia, y a las estaciones -grados- temporales por las cuales va
pasando. El factor clave es la suma existencial, por cuyo saldo de vida la ley
de afinidad le coloca, a cada ser, gradualmente, en el nuevo orden cósmico que
le corresponde, ad infinitum, en la escala del progreso.
Los Espíritus
anhelosos de progresar sin pérdida de tiempo, jamás quieren estar pasivos; buscan
aprovechar al máximo para realizar su aporte al mundo, o a los diversos mundos
a los cuales se encuentran asignados, alternativamente, por etapas.
También es cierto
que, los Espíritus de elevada conciencia, jamás se precipitan, ni emprenden
acciones que no conduzcan a resultados certeros, o factibles, oportunamente.
Saben lo que quieren y en cuanto tiempo han realizarlo. Cada existencia la
diseñan con los claros objetivos y resultados esenciales, según las inquietudes
de los tiempos.
Es necesario
progresar hacia Dios, como lo dice la parte final de la respuesta, por cuanto
cada Espíritu, en los cuatro reinos naturales, desde el mismo instante que
emana a la conciencia individual, a partir de la Divinidad, sin separarse de la
Divinidad, y sin dejar de ser la Divinidad, emprende el camino de regreso a la
Divinidad, (el eterno retorno) el cual jamás completará, por ser infinito en
progreso, durante el cual irá adquiriendo la experiencia de los atributos
divinos de la Divinidad. Estos atributos divinos de la Divinidad, Ella los
tiene desarrollados en todas sus vertientes y variantes en grado infinito. Cada
ser los posee en estado de potencialidad infinita, en poder creador y en
sabiduría de los valores universales, que eternamente irá desarrollando en el
ya mencionado eterno camino de retorno del ser individual al Ser Universal.
Cada ser posee los
mismos atributos de la Divinidad, el mismo poder creador, la misma conciencia,
pero lo ignora. Lo va descubriendo por medio de la experiencia, a medida que va
afrontando situaciones por resolver o anhelos por realizar.
176. Los Espíritus, después de haber vivido en
otros mundos, pueden
encarnarse en éste, sin haberlo hecho jamás, antes?
-“Sí: de la misma
manera vosotros podéis encarnaros en otras partes. Todos los mundos son
solidarios: lo que no se realiza en uno puede efectuarse en otro”-.
Existen, por lo
tanto, seres humanos quienes han venido por primera vez sobre la tierra?
-“Muchos, y de
diversos grados”-.
Se puede
reconocer, por algún signo, si un Espíritu hace su primera aparición sobre la
tierra?
-“No, por cuanto
no serviría de nada”-.
COMENTARIO
EXEGÉTICO: La interrelación entre los diversos mundos del Universo, es similar
a la existente entre los diversos continentes, o países del planeta tierra.
Hay personas que
conviven en diversos países a la vez; o de uno emigran a otro, del cual hacen
su hogar, temporalmente, definitivo.
Otras, viajan a
otro país para cursar una carrera, o un curso, o post grado, y luego regresa a
su lugar de origen, para desarrollar el ejercicio de su profesión, y el
desarrollo de su vida.
Algunas más,
viajan para conocer, como vacaciones periódicas; una forma de enriquecimiento
cultural.
También, hay
quienes lo hacen como medio de trabajo temporal, para dar su aporte al progreso
de determinado país.
Aún más, existen
personas, al igual que los profesionales, o empresas internacionales, cuyo
radio de acción se desarrolla en diversos planetas, o galaxias,
simultáneamente, conformando un equipo numeroso de trabajo.
Sin embargo, en
cada nuevo mundo que se va formando, al inicio existen humanidades primitivas
que confluyen de diversos mundos anteriores, como un ascenso. Es lo que
conforman los diversos grupos de aborígenes, diferentes entre sí, como grupo
étnico, por su origen, experiencia, cultura, entre otros detalles, que se
constituyen en pioneros, en el planeta, forjando las condiciones necesarias,
para que, oportunamente, vayan llegando integrantes de diversos mundos más
elevados, Esa es la razón de las diferencias étnicas existentes entre ellos,
por su cultura, elevación de niveles de conciencia, experiencias,
conocimientos, lenguas, entre otros detalles.
Para algunos,
estos nuevos mundos, de la inmensa cantidad que se van formando, tal como la
Astronomía los ha ya identificado, corresponde un ascenso en su progreso, su
traslado a ellos, y estaba previamente programado que así ocurriese. Esto es lo
que sucederá un día, cuando la humanidad del planeta tierra, y otras
humanidades de mundos de análogo progreso, emigren al mundo que, con seguridad,
ahora mismo, se está formando y se estará formando durante cierto número de
millones de años.
Sin embargo,
simultáneamente, y en tiempo oportuno, de mundos más avanzados, son separados
grupos de retrógrados, que se han quedado rezagados y constituyen un obstáculo
al progreso, la ley de la justicia divina, los separa y los lleva a aquellos
mundos afines a sus niveles de conciencia, donde, de retrógradas, se
transforman en maestros, por su mayor nivel evolutivo. Esa es la razón por la
cual, en determinadas épocas, van surgiendo nuevas civilizaciones, con
características propias, y diferentes a otros grupos étnicos. Son los ángeles
"caídos" de los cuales en la memoria ancestral se guarda recuerdo.
Allan Kardec, en su libro "Génesis" es el primero en estudiar este
tema con la lucidez que le es característica, donde explica la manera
intuitiva, o inspirativa, como se fue acercando al tema, hasta desarrollarlo
con claridad meridiana.
La ciencia, y la
Parapsicología, en el siglo XX, han reacuñado el término Philias, con la
acepción siguiente: Arrastre de una vida a otra, de las aptitudes, estados de
conciencia, rasgos físicos, idiosincrasias, fobias, traumas, marcas de
nacimiento, carácter, entre otros, razón por la cual, emergen dichos grupos, en
un planeta determinando, conformando grupos étnicos emergentes que se
transforman en nuevas civilizaciones totalmente diferentes de los grupos
étnicos de los cuales han surgido. Es decir, de humanidades primitivas, surgen
civilizaciones avanzadas, con niveles culturales, y culturas, ajenas a los
aborígenes. Y uno se pregunta: De dónde surgieron dichas civilizaciones? Sí, se
puede responder, de la Atlántida y de Lemuria, o Mu, el continente perdido del
Pacifico, y eso es cierto. Pero, los habitantes de estos continentes, de dónde
vinieron? Aquí reside la explicación a los grandes enigmas de la historia, y la
Doctrina Universal -Espírita- da los aportes en grado suficiente para
desentrañarlos.
Esta es la razón
por la cual es preciso estudiar más a fondo la Doctrina Espírita, y
fundamentalmente, El libro de los Espíritus, y toda la extensa bibliografía de
los grandes espíritas de los siglos XIX, XX y lo que va del XXI, además de toda
las obras importantes de todas las corrientes de pensamiento, única manera de
descifrar la realidad posible que cada quien sea capar de realizar.
Allan Kardec,
aplicando las enseñanzas contenidas en El Libro de los Espíritus, a los grandes
enigmas de la historia, y de la vida, ha dado aportes, en muchos de ellos, como
un lúcido pionero, que constituyen una base sobre la cual, las nuevas
generaciones de estudiantes de la Doctrina Universal, puedan realizar nuevos
aportes para ensanchar la visión universal de la vida y del universo.
La Doctrina
Universal implica el estudio de todas las ciencias, de todas las filosofías, de
todas las artes y la práctica de todas las virtudes, práctica ésta sustentada
por la sabiduría de los valores universales. En el fondo, una cuestión de
valores: antes, ahora y siempre. Un tema para seguir meditando.
177. Para alcanzar la perfección y felicidad
suprema, último fin de todos los seres, debe el Espíritu pasar por todos los
mundos que existen en el universo?
-“No; por cuanto
hay muchos mundos del mismo grado, en los cuales el Espíritu no aprendería nada
nuevo”-.
Y, entonces, cómo
explicar la pluralidad de sus existencias en el mismo planeta?
-“Con la reflexión
de que él, cada vez se puede encontrar en condiciones diferentes, las cuales
constituyen para él tantas ocasiones para adquirir conocimientos”-.
178. Pueden los Espíritus reencarnar en un
planeta relativamente inferior a aquel sobre el cual han ya vivido?
-“Sí, cuando han
de cumplir una misión para contribuir al progreso de la humanidad que lo
habita; en cuyo caso aceptan con entusiasmo las tribulaciones de aquella
existencia, por cuanto le aportan el medio para progresar”-.
No sucede, de
igual manera, también por expiación, pudiendo Dios enviar Espíritus rebeldes a
mundos inferiores?
-“Los Espíritus
pueden quedar estacionados, pero no retroceder: su castigo consiste en no
progresar y en repetir las existencias mal empleadas en el medio más afín a su
propia naturaleza”-.
Cuáles Espíritus
deben repetir la misma existencia?
-“Aquellos que
incumplen sus objetivos y las pruebas que les son inherentes”-.
COMENTARIO
EXEGÉTICO: Esta pregunta se subdivide en tres vertientes:
La primera, en la
que el maestro Allan Kardec formula la pregunta: -“Pueden los Espíritus
reencarnar en un planeta relativamente inferior a aquel sobre el cual han ya
vivido?”
La respuesta
contempla un enfoque, el de que, un Espíritu, como misión de cooperación, puede
encarnar en un mundo de inferior progreso con el fin de contribuir a su avance.
Tenemos incontables ejemplos con seres muy evolucionados que han encarnado en
el planeta Tierra con el fin de contribuir a su desarrollo evolutivo. Las
enseñanzas que ellos han transmitido, sin duda alguna no es originaria del
planeta tierra. La han adquirido en mundos más evolucionados.
El segundo enfoque
de la respuesta, lo contempla en mismo Allan Kardec, en la siguiente pregunta:
-“No sucede, de igual manera, también por expiación, pudiendo Dios enviar
Espíritus rebeldes a mundos inferiores?”
Obtiene como
respuesta: -“Los Espíritus pueden quedar estacionados, pero no retroceder: su
castigo consiste en no progresar y en repetir las existencias mal empleadas en
el medio más afín a su propia naturaleza”-.
Efectivamente, los
Espíritus pueden quedar estacionados pero no retroceder en cuanto al nivel
evolutivo alcanzado. Aquí distinguiremos dos aspectos:
El primero: Pese a
que no retroceden evolutivamente, algunos Espíritus, por incurrir en actos
indebidos, en muchísimas ocasiones producen un estado de desmejoramiento en sus
condiciones existenciales, a nivel de la dimensión física de la vida, o de la
dimensión espiritual, como seres desencarnados. Pero, es el estado de las
cosas, las deudas kármicas que adquirió y que debe compensar, empero, no hay un
retroceso, y el restablecimiento del orden, de la armonía y del equilibrio,
significará un aprendizaje, y un avance en su estado de conciencia, y en el
desarrollo de sus habilidades para resolver situaciones. Desarrolla,
simultáneamente, sus aptitudes perceptivas – realizadoras que le ayudarán, en
lo sucesivo, no volver a incurrir en los mismos errores, o a corregirlos más
fácilmente, en caso de volver a hacerlo, asumiendo las responsabilidades
inherentes.
El segundo: En un
determinado mundo, en un momento dado en que su mayoría de habitantes ha
culminado las etapas de progreso previamente programadas, y previstas, pasando
a una fase superior, todos aquellos Espíritus que se quedaron rezagados, y no
superaron el grado de aprendizaje que le era inherente a esa etapa, quedan
fuera de lugar en ese mundo. Constituirían un factor perturbador al progreso de
la mayoría si esos grupos de retrógradas, (generalmente son de diferentes
niveles), por lo cual la ley cósmica los separa del grupo mayoritario. Es igual
a lo que ocurre en las escuelas o universidades. Aquellos que no aprueban el
grado, deberán repetir. Pero, esta repetición del curso, se realiza en mundos
acorde al nivel evolutivo en el que se quedaron rezagados, donde, al mismo
tiempo, por provenir de mundos más avanzados, de factores perturbadores del
progreso, se transforman en coadyuvantes en esas humanidades de menor progreso.
Esos grupos de
rezagados que emigran, por efecto de la ley cósmica, a otros mundos de inferior
nivel de progreso, es lo que se conoce como “los ángeles caídos” que la memoria
ancestral, en el planeta tierra, conserva como una reminiscencia de lo
ocurrido.
Colocamos a
continuación, la respuesta que hemos dado a una pregunta sobre el particular:
-Haremos
abstracción de cualquier referencia a grupo alguno, ya que la referencia a los
ángeles caídos pareciera ser más antigua, aún, que cualquier grupo naciente en
los últimos 2.000 años.
Allan Kardec es un
pionero, con el libro Génesis, en aportar una explicación sobre los ángeles
caídos. Sobre el nivel de los Espíritus, el Libro de los Espíritus es muy
explícito. Estimamos que al hablar de los ángeles caídos en general, se hará
clara cualquier analogía sobre un Espíritu en particular.
Dada la pluralidad
de mundos habitados, y la existencia de incontables mundos habitados de grados
variables de progreso, desde los más rudimentarios, pasando por muchos
semejantes al planeta tierra, a otros de progreso tan avanzado casi
inimaginable, es decir, mundos que nos llevan –virtualmente- una eternidad por
delante del progreso del planeta tierra, dada la eternidad preterida
preexistente, y al hecho de que el planeta tierra no es, precisamente, ni de
los de mayor tamaño, ni de los más antiguos entre los existentes en el
universo.
Los diferentes
mundos van avanzando en progreso, y a un cierto momento, una minoría queda
rezagada, a tal punto que mantenerle en dicho mundo, constituiría, esa minoría,
un estorbo a la actividad de la mayoría.
En ese momento,
por un mecanismo de la ley cósmica, esa minoría retrógrada es reubicada en diferentes
mundos, cada parte del grupo, en aquel ambiente más análogo a su nivel
evolutivo.
En esos mundos de
menor nivel de progreso, esos “ángeles caídos”, de constituir un estorbo al
progreso en su mundo de origen, en el nuevo ambiente pasan a ser maestros, ya
que su nivel de progreso es de grado más avanzado al del mundo en que ahora se
encuentran desterrados, -“caídos”-.
Esto explica que,
en épocas pasadas, en que, en el planeta tierra existían humanidades
primitivas, emergiesen nuevas civilizaciones con grupos étnicos más
desarrollados. De más belleza física, de inteligencia más despierta, que
aportaron innovaciones, e inventos, antes inexistentes. También, expresaron
ideas y conocimientos más avanzados, tecnología y métodos de trabajo más
sofisticados a los previamente existentes en esa región, así como una
arquitectura más sofisticada. Los hijos, de la noche a la mañana, en cada nueva
generación, comenzaron a manifestar una belleza física superior a la de los
padres, y sus rasgos de inteligencia, también.
La ciencia de la
Parapsicología, en el siglo XX, reacuñó el término “philias”, que antiguamente
significaba amistad, con la acepción de: “El arrastre de los rasgos físicos, de
las aptitudes, -o capacidad de comprender, de hacer y de dejar de hacer-, las fobias
y traumas, e idiosincrasias, de una existencia a otra”.
Esto explica, o
ayuda a explicar, los grandes enigma de la historia, y el por qué emergen
civilizaciones nuevas sin que, previamente pueda ubicarse rastro alguno en el
planeta, de las mismas.
Esas inmigraciones
espirituales arrastran consigo sus rasgos físicos desde sus mundos de origen,
su nivel evolutivo y aptitudes, idiosincrasia y otros elementos de su carácter,
La raza adámica
–grupo étnico adámico, o adamítico- es una demostración de esto; posteriormente
a cada inmigración de espíritus de diferentes mundos, con su respectiva
emersión de nueva civilización, con rasgos claramente definidos, y a los
movimientos migratorios dentro del planeta tierra, va produciendo los
diferentes cruces étnicos, con los resultados que todos conocen, a través de
los tiempos. Las conquistas de Alejandro Magno y a los cruces étnicos a que
sometía a sus soldados con las mujeres de los pueblos conquistados, a quienes
obligaba a casarse, en vez de tomarlas como esclavas, es un claro ejemplo de
dicho cruce étnico.
El libro Las Leyes
de Manú, -Manava Dharma Sastra-, de 3.800 años antes de nuestra era, que
conforma parte de esa literatura conocida como védica, y que se califica como
“las enseñanzas de los oidores a los pies del maestro”, es decir, a los pies de
un “Sensitivo”, tiene niveles de conocimientos sobre la ley de la reencarnación
y la ley del Karma, entre otros, muy avanzados para una etapa primitiva de la
humanidad, que, en definitiva, no puede ser un conocimiento originado en el
planeta tierra, sino percibido por diferentes medios que, dentro de la doctrina
Espírita, son conocidos. Esto, evidentemente, le comienza a dar un sentido, y
una explicación, a determinadas interrogantes que alguien pueda formularse al respecto.
Otros escritores
que hablan sobre el tema de las inmigraciones interplanetarias, o grupos de
desterrados, o ángeles caídos, son: Joaquín Trincado. El excelente escritor
mexicano Rodolfo Benavides, lo hace en diversas obras, como: Levantando La Cortina,
En la Noche de los Tiempos y en Rumbos Humanos. Benavides, es el autor de los
libros Dramáticas Profecías de la Gran Pirámide, y Cuando las Piedras Hablan,
los Hombres tiemblan, de excelente nivel y calidad. Existen otros autores
espíritas que hablan sobre el tema, de diferentes maneras, en cuanto a las
migraciones de un mundo a otros, aún desde la época de Allan Kardec, como
Victorien Sardou y Camille Flammarion.
En la última parte
de la pregunta, Allan Kardec, inquiere: -“Cuáles Espíritus deben repetir la
misma existencia?” La respuesta que obtiene, es:
-“Aquellos que
incumplen sus objetivos y las pruebas que les son inherentes”-.
Evidentemente,
todos aquellos objetivos existenciales que conforman un determinado plan de
vida, en una o en múltiples existencias, los resultados que quedan pendientes
de ser alcanzados, deberán formar parte de los nuevos planes del siguiente
ciclo de vida.
A un determinado
momento, al igual que ocurre en muchas escuelas, ya no se le da cabida a
algunos alumnos, quienes deberán cambiar de escuela, que le acoja, en el
ejemplo del que tratamos, serían escuelas-mundos.
Al igual que
algunos alumnos recalcitrantes podrían precisar cambiar más de una escuela, por
no aplicarse adecuadamente, o con disciplina, a los estudios, podrían, cierta
cantidad de Espíritus, precisar emigrar, en el momento, de llegar a ocurrir, a
mundos aún de inferior progreso, hasta que, en cuyos ambientes decidan
aplicarse al trabajo, al estudio y al progreso.
Es allí que
comenzarán a lamentar el tiempo perdido.
Acaso los lectores
no conocen a gran número de personas que quisieran vivir en mundos más avanzados
al de la tierra, en los cuales estarían libres de las vicisitudes inherentes a
éste?
No dejan de ser
reminiscencia de un conocimiento de mejores ambientes, al igual que cuando se
pasa de un país más desarrollado a otro de menor nivel de desarrollo.
Empero, ese anhelo
de un mundo mejor, del cual, sin duda, cada Espíritu guarda un recuerdo en su
archivo espiritual, en el alma, es preciso contribuir a crearlo, de manera que,
en este ciclo de vida, o en los venideros, al volver, encontremos las condiciones
óptimas de vida, y de desarrollo, que anhelamos.
Si queremos un
mundo mejor en el cual vivir, debemos contribuir a crearlo. Esa es la misión
inherente a cada ser en los cuatro reinos naturales. Es probable que los reinos
animal, vegetal y mineral estén cumpliendo en forma óptima su cometido.
-Y, el ser humano?
-Cuántos de los
que vivimos en el planeta Tierra, en un futuro, al imperar niveles de vida
optimizados, pudiésemos precisar otras escuelas, -otras moradas-, afines a las propias
condiciones evolutivas?
Y, cuántos,
podrían precisarlos de mayor progreso, por ser alumnos muy aventajados?
-Usted que cree?
Qué piensa de todas aquellas personas que se sienten extranjeros en el mundo
Tierra? Qué significa esa reminiscencia? Solo como objetivo de meditación.
179. Los seres que habitan en cada mundo, han
alcanzado todos el mismo grado de perfección?
-“No, ocurre lo
mismo que en la tierra: los hay de mayor y de menor progreso”-.
180. Al pasar de nuestro mundo a otro, el
Espíritu conserva la inteligencia que tenía en éste?
–“Sin duda; pero
es posible que él no tenga más los mismos medios para manifestarla: lo cual
depende de su nivel evolutivo y del estado del cuerpo que estará por tomar en
la nueva reencarnación”-. (Ver
“Influencia del organismo”).
181. Los seres que viven en los diversos mundos,
tienen cuerpo como nosotros?
-“Naturalmente,
por cuanto es necesario que, para actuar sobre la materia, el Espíritu sea
revestido de materia; pero, esta envoltura es más o menos densa según el grado
de pureza del Espíritu, lo cual constituye, precisamente, la diversidad de
mundos que debemos recorrer, ya que, existen muchas moradas en la casa del
Creador, y por lo tanto, muchos grados. Algunos lo saben, y por cuanto se
encuentran en la tierra, tienen conciencia de ello; otros no”-.
182. Podemos, nosotros, conocer el estado físico
y moral de los diversos mundos?
-“Nosotros,
Espíritus, solamente os podemos transmitir conocimientos de acuerdo al grado de
vuestra comprensión, lo cual quiere decir que no debemos revelar estas cosas a
todos, por cuanto no todos se encuentran en el nivel adecuado para entender
rectamente, lo que les turbaría”-.
A medida que el
Espíritu se va purificando, el cuerpo, que él anima, se acerca a la naturaleza
espiritual. La materia es menos densa; él deja de arrastrarse penosamente en el
suelo; las necesidades físicas se depuran, y los seres vivientes dejan de tener
las necesidades de destruirse para alimentarse. El Espíritu es más libre, y
tiene para las cosas lejanas determinadas facultades sensoriales que nos son
ignotas. Él ve con los ojos del cuerpo aquello que nosotros vemos con el
pensamiento.
La purificación de
los Espíritus se efectúa en sus encarnaciones con el perfeccionamiento moral,
que depura las pasiones y los instintos animales, y determina, sí, que el
egoísmo ceda el puesto al sentimiento fraternal. Por lo cual, en los mundos
superiores al nuestro no se conocen las guerras, reinando el amor y la
concordia, y todos piensan en hacer el bien a sus semejantes. La intuición que
tienen de su porvenir y la seguridad que derivan de una conciencia libre de
remordimientos, hacen, sí, que la desencarnación no sea para ello causa de
aprehensión alguna: la ven realizarse con confianza y como una simple
transformación.
La duración de la
vida en los diversos mundos es en proporción al grado de su excelencia física y
moral; lo cual es perfectamente lógico, Cuanto el cuerpo sea más depurado,
tanto más se encuentra libre de vicisitudes; cuanto más sea el Espíritu puro,
tanto más se encuentra libre de pasiones, gozando de serenidad e
imperturbabilidad. Y esto es, todavía, un beneficio de la Providencia, que
rinde más breves las ausencias de bienestar.
183. El ser debe pasar por la infancia en cada
encarnación, también en los demás mundos?
-“La infancia es
una etapa transitoria en todas partes, empero, no en todas partes es
inconsciente como entre vosotros”-.
184. La elección del mundo en el cual
reencarnarse, es una facultad del Espíritu?
-“No siempre;
empero, puede pedirla y obtenerla, si lo merece, por cuanto los varios mundos
son asequibles a los Espíritus de acuerdo a su grado de elevación evolutiva”-.
Si el Espíritu no
solicita nada, quien determina el mundo en que deberá reencarnarse?
-“Precisamente, el
grado de elevación”-.
185. El estado físico y moral de los seres
vivientes es siempre el mismo en cada planeta?
-“No, ya que,
también, los mundos obedecen a la ley del progreso. Todos, aún los más
esplendidos, han tenido principio, como la tierra, en un estado inferior. La
tierra pasará, a su vez, por tal transformación, y se convertirá en un paraíso
terrestre, cuando sus habitantes sean todos buenos”-.
De esta manera,
los grupos étnicos que pueblan la tierra, serán sustituidos por otros siempre
más perfectos, los cuales sucederán a los presentes, tal como ellos lo hicieron
con otros todavía más rudimentarios.
COMENTARIO
EXEGÉTICO: Nuevas inmigraciones espirituales, a medida que la tierra progresa,
en ese mismo nivel, vendrán al planeta Tierra, tanto como desterrados, como con
misiones en determinados niveles de conciencia. Empero, los maestros que ya han
venido en diferentes épocas pasadas, volverán una y otra vez a reencarnar para
cumplir su plan pedagógico a largo plazo.
186. Existen mundos en los cuales el Espíritu
cesa de vestir un cuerpo material y no tiene más envoltura que el periespíritu
–“o alma”?
-“Sí; y esto mismo
en los Espíritus puros deviene en tal grato etéreo que es para vosotros como si
no existiese”-.
No hay, por lo
tanto, límites precisos entre el estado de las últimas encarnaciones y aquel de
Espíritu puro?
-“En efectos,
estos límites no existen: la diferencia se va disipando poco a poco
insensiblemente, al igual que la noche, que se desvanece delante a los primeros
albores del día”-.
187. La sustancia del periespíritu, –alma-, es
la misma en todos los mundos?
-“No; ella es más
o menos etérea. En el pasar sobre los varios mundos, el Espíritu se reviste de
la materia adecuada de cada uno de ellos, lo cual ocurre con la velocidad del
relámpago”-.
188. Los Espíritus puros habitan en mundos
especiales, o se encuentran en el espacio universal sin estar ligados más a un
mundo que a otro?
-“Los Espíritus
puros habitan determinados mundos; empero, no se encuentran confinados como los
seres humanos en la tierra. Ellos pueden, mejor que los otros, encontrarse, por
así decirlo, en todas partes”-. (*)
(*) Según los
Espíritus, entre todos los planetas que componen nuestro sistema planetario, la
Tierra sería uno de aquellos cuyos habitantes se encuentran menos adelantados
tanto en lo moral como en el físico. Marte le sería, todavía, inferior y
Júpiter muy por encima en todos los aspectos. El Sol no sería un mundo habitado
por seres corpóreos, sino un lugar de reunión de Espíritus elevados, quienes,
desde allí, irradian con el pensamiento hacia los demás mundos, que ellos
dirigen mediante Espíritus subordinados, con los cuales comunican por
intermedio del fluido universal. En cuanto a la constitución física, nuestro
Sol, como todos los demás, podría ser que sea un foco de electricidad.
El volumen y la
lejanía del Sol no tendrían ninguna relación necesaria con el grado de progreso
de los mundos, por cuanto Venus sería más progresada que la Tierra, y Saturno
menos Júpiter.
Muchos Espíritus
de personas que han vivido sobre la tierra han dicho de haber reencarnado en
Júpiter, uno de los mundos más progresado de nuestro sistema; y esto causó
maravilla, por cuanto sobre la tierra no eran estimados en ese grado. Empero,
esta sorpresa causa estupor, cuando se considera, en primer lugar, que, algunos
Espíritus, quienes habitaban en aquel planeta, han podido ser enviados sobre la
tierra para cumplir una misión, la cual, a nuestros ojos, no se percibía la
totalidad de su valor; en segundo lugar, que entre su existencia terrestre y la
de Júpiter, han podido tener otras intermedias, en las cuales mejorarse desde
todos los puntos de vista; y por último, que en aquel mundo, como en el
nuestro, habrán diversos grados de desarrollo y entre estos grados puede haber
la distancia que, entre nosotros separa el salvaje del hombre civilizado. Por lo cual, vivir en Júpiter no significa
que alguien se encuentre en el nivel de los seres más avanzados que allí viven,
como otros no se encuentran a nivel de un docto Instituto, solo porque vive en
París.
También las
condiciones de longevidad no son en todas partes las mismas que en la tierra, y
la edad no tiene término de comparación. El Espíritu de una persona
desencarnada desde hace tiempo, respondiendo a una evocación, dijo de haber
reencarnado seis meses antes en un mundo para nosotros desconocido. Preguntado
sobre la edad que tenía allí, replicó: -“No puedo valuarla, por cuanto aquí no
medimos el tiempo como vosotros. El modo de existir no es más lo mismo, y el
desarrollo es mucho más rápido. Tanto es cierto que, aunque yo no esté allí
sino desde hace seis de vuestros meses, puedo decir de haber alcanzado una
inteligencia equivalente a la que poseía a los treinta años sobre la tierra”.
Muchas respuestas
análogas se han obtenido de otros Espíritus; encontramos en ellas
inverosimilitud. No vemos, nosotros, sobre la tierra gran número de animales
alcanzar normalmente su desarrollo en pocos meses? Por qué no podría ser, de la
misma manera, con el ser humano, en otras esferas? Es preciso observar que el
desarrollo que alcanza el ser humano a la edad de treinta años, no es, quizá,
una especie de infancia, en comparación con aquel que él debe alcanzar? No es
lógico creer de ser en todo los prototipos de la creación, y es un rebajar a
Dios el creer que Él no pueda hacer obra de mayor envergadura de la criatura
humana.
TRANSMIGRACIÓN
PROGRESIVA
189. Goza el Espíritu de la plenitud de sus
facultades desde su principio?
-“No, por cuanto,
también él, como el ser humano, tiene su infancia. Los Espíritus, en su origen,
tienen una existencia instintiva, y poca conciencia de sí y de sus propios
actos. Sólo poco a poco se desarrolla en ellos la inteligencia”-.
190. Cuál es el estado del Espíritu en su
primera encarnación?
-“Aquello que es
la infancia para la vida corpórea: la inteligencia empieza a despertarse, y se
prueba a vivir”-.
191. Los de los pueblos en condiciones
primitivas de vida son Espíritus en su estado de infancia?
-“De infancia
relativa; empero, están ya desarrollados, por cuanto poseen pasiones”-.
Es decir, las
pasiones son signos de desarrollo?
-“De desarrollo
sí, pero no de perfección: son signos de actividad de la conciencia del yo,
mientras que en el Espíritu primitivo la inteligencia y la vida se encuentran
en el estado de germen”-.
La vida del
Espíritu, en su conjunto, recorre las mismas fases que las del cuerpo; él pasa,
gradualmente, desde el estado de embrión al de infancia, y alcanza, después,
por una sucesión de períodos, al de adulto, es decir, la perfección, con tales
diferencias, que la vida espiritual no tiene vejez ni decrepitud; que él tuvo
un principio, pero no tendrá jamás un fin; que precisa un tiempo inmenso para
pasar de la infancia al desarrollo completo, y que su progreso se cumple no
solamente sobre una esfera, sino sobre muchas. De esta manera, la vida del
Espíritu se compone de una serie de existencias corpóreas, cada una de las
cuales representa una oportunidad de progreso, como cada existencia corpórea se
compone de una serie de días, en cada uno de los cuales el ser humano da un
paso adelante en experiencia y en instrucción. Empero, al igual que en la vida
de la persona pasan días sin fruto, en la del Espíritu pasan existencias
corpóreas sin resultado, por cuanto ella no supo aprovecharlas.
192. Se puede, con una conducta impecable en
esta vida terrena, alcanzar la cima de la escala y devenir un Espíritu puro sin
pasar por los grados intermedios?
-“No, por cuanto
todo lo que el ser humano, aquí, cree perfecto, se encuentra muy lejos de la
perfección: existen cualidades que él no conoce, y no podría comprender. Él no
podría ser más perfecto de cuanto permite su naturaleza terrestre; empero, de
esta perfección a la cual él debe llegar existe una gran diferencia. El niño,
por cuanto se desarrolle muy precozmente, debe pasar por la juventud antes de
alcanzar la edad madura; la persona cuya salud está ausente, por prodigiosos
que sean sus progresos en la curación, precisa pasar por la convalecencia antes
de recuperarla perfectamente. Además, el Espíritu debe progresar tanto en
ciencia como en moralidad, y, si no ha progresado sino en una de estas dos
áreas, precisa, para alcanzar al vértice de la escala, que progrese también en
la otra; todavía, cuanto más el ser humano progrese en esta vida, tanto más
breves y más felices serán las pruebas futuras”-.
Puede el ser
humano, por lo menos en esta vida, asegurarse una existencia futura con un
menor grado de insatisfacción y de tribulaciones?
-“Ciertamente;
puede disminuir el tiempo y las dificultades del camino. Sólo el infractor se
encuentra siempre en el mismo punto”-.
193. Puede el ser humano, en sus nuevas
existencias descender más debajo de que era?
-“Como ser humano,
por “condición social”, sí; como Espíritu,
no”-.
194. Puede el Espíritu, que fuera previamente
una persona de bien, in una sucesiva encarnación animar el cuerpo de un
*perverso?
-“No, por cuanto
no puede cambiar”
Puede el Espíritu
de un perverso convertirse en el de una persona de bien?
-“Sí, si él se
arrepiente, por cuanto esto sería una recompensa”-.
El camino de los
Espíritus es progresivo, jamás retrógrado; ellos se elevan gradualmente en la
jerarquía, empero, no descienden del grado que han alcanzado. En las diversas
existencias corpóreas pueden descender hacia abajo como seres humanos, pero no
como Espíritus. Es por esto que el Espíritu de un poderoso de la tierra podrá,
en un momento dado, animar el más humilde artesano, o viceversa, por cuanto las
condiciones sociales entre los seres humanos son, frecuentemente, en razón
inversa de la elevación de los sentimientos morales. Herodes era monarca;
Jesús, carpintero.
195. La posibilidad de mejorarse en otra
existencia, no podría inducir a alguien a perseverar en la vía inadecuada,
pensando que, siempre, podrá corregirse más tarde?
-“Quien piensa de
esta manera, no cree a nada, tomando en cuenta que la amenaza de un castigo
eterno no le frena mayormente, por cuanto su razón se rebela, y esta idea le
conduce a la plena incredulidad. Si para guiar a los seres humanos se hubiesen,
empleado, siempre, medios racionales, no existirían, ahora, tantos escépticos.
Un Espíritu imperfecto podría pensar cosas absurdas durante su vida corpórea;
empero, liberado de la materia, cambia de idea, por cuanto advierte, enseguida,
que se había engañado, y trae, en una nueva existencia, sólidos sentimientos
contrarios. De tal manera se cumple el progreso; y es aquí la razón por la cual
veis sobre la tierra una parte de los seres humanos más progresada de la otra;
aquellos tienen ya una experiencia, que éstos todavía no tienen, pero que,
ciertamente, conquistarán poco a poco. De vosotros, solamente, depende acelerar
vuestro progreso, o el retardarlo indefinidamente”-.
El ser humano que
se encuentra en condición poco favorable, desea, naturalmente, salir de ella lo
más rápidamente posible, Quien esté
firmemente persuadido de que las tribulaciones de esta vida son las
consecuencias de sus defectos, buscará de asegurarse una nueva existencia menos
penosa, y esta convicción lo apartará de la vía del mal más fácilmente que
aquella del fuego eterno, a la cual no cree.
196. Por cuánto los Espíritus no pueden mejorar
sin las tribulaciones de la vida corpórea, resultaría ésta una especie de
proceso depurativo o de purgatorio, por el cual deben pasar los seres del mundo
espiritual con la finalidad de alcanzar la perfección?
-“Exactamente; es
así. Ellos mejoran por medio de las pruebas, evitando el mal y practicando el
bien; solamente después de muchas encarnaciones y depuraciones sucesivas alcanzan, en un tiempo más o menos largo,
según sus propios esfuerzos, el objetivo al cual se centran”-.
Es, el cuerpo que,
para mejorarlo, actúa sobre el Espíritu, o es el Espíritu, que, para mejorarse,
actúa sobre el cuerpo?
-“El Espíritu es
todo; el cuerpo es un vestido, que se transforma, nuevamente, a su estado de
energía”-.
Símbolo material
de los diversos grados de purificación del Espíritu es el zumo de la vid. El
contiene el licor del espíritu o alcohol; pero éste, conteniendo grandes
cantidades de materias extrañas que le alteran la esencia, no alcanza la pureza
absoluta sino después de numerosas destilaciones en cada una de las cuales se
despoja de alguna impureza. El alambique es el cuerpo, en el cual debe entrar
para purificarse; las materias extrañeza son como el periespíritu, que se
purifica también él a medida que el Espíritu se acerca a la perfección.
SUERTE DE LOS
NIÑOS DESPUÉS DE LA DESENCARNACIÓN
197. El Espíritu de un niño desencarnado en
temprana edad, tiene el mismo valor que el de un adulto?
-“Tal vez mucho
más, por cuanto podría haber vivido mucho más largo tiempo, por lo cual tendría
mayor experiencia, especialmente si ha progresado”-.
Es decir, el
Espíritu de un niño puede ser de mayor progreso que el de su padre?
-“Frecuentemente:
no lo veis continuamente sobre la tierra?
198. El Espíritu de un niño que desencarne en
tierna edad, no habiendo podido cometer el mal, pertenece, a los grados
superiores?
-“Si no ha cometido
el mal, tampoco ha hecho el bien, y Dios no lo exime de las pruebas por las
cuales debe pasar. Si realmente fuese superior, no lo sería ya porque entre
vosotros era un niño, sino en virtud de que había progresado mucho ante de
reencarnarse”-.
199. Por qué vemos, tan frecuentemente, truncada
la vida en la infancia?
-“La poca duración
de la vida de un niño puede ser para el Espíritu encarnado en él el
cumplimiento de una anterior existencia interrumpida antes del término
establecido, y su desencarnación es, frecuentemente, una prueba o una expiación
para los progenitores”-.
Cuál suerte le
toca al Espíritu de un niño desencarnado en tierna edad?
-“Si desencarnó
por haber venido a menos en el objetivo emprendido, él recomienza una nueva
existencia”-.
Si el ser humano
no tuviese más que una sola existencia corpórea, y si, después de esta, su
futuro destino fuese establecido eternamente, cuál sería el mérito de la mitad
de la especie humana, que desencarna en la infancia, para gozar de una
felicidad sin fin? Y, con cuál derecho estaría exento de las condiciones
frecuentemente duras impuestas a la otra mitad? Un tal orden de cosas
contrastaría con la justicia de Dios. Con la reencarnación, en cambio, se
establece la igualdad; el porvenir, sin excepción, y sin favor para alguien,
pertenece a todos: quien llega último no puede inculpar más que a sí
mismo. El ser humano debe tener el
mérito de sus obras, por cuanto responde por ellas.
Y, por otra parte,
no es nada lógico el considerar la infancia como un estado normal de inocencia.
No vemos, quizá, los instintos más malvados dominar, tal vez, en los niños en
una edad, en la cual la educación no ha podido ejercitar influencia alguna? No
observamos a aquellos que traen en su naturaleza la astucia, la doblez, la
perfidia, e inclusive, la tendencia al robo y a los hechos de sangre, que
perduran no obstante el buen ejemplo que reciben? La ley civil los absuelve de
sus hechos reñidos con la justicia, disculpándoles aseverando que han actuado
sin discernimiento, y a buena razón, por cuanto actúan más instintivamente que
de propósito deliberado. Empero, de dónde pueden provenir entre niños de la
misma edad, frecuentemente educados en las mismas condiciones, y sujetos a las
mismas influencias? De dónde tal precoz perversidad si no de la bajeza del
Espíritu, ya que la educación no tiene inherencia? Los niños viciosos son
tales, porque su Espíritu ha progresado menos, y deriva de ello las consecuencias, no por las obras del niño,
sino por las de sus existencias anteriores. De esta manera, la ley es igual
para todos y la justicia de Dios alcanza a todos.
SEXO ENTRE LOS
ESPÍRITUS
200. Existe entre los Espíritus diversidad de
sexos?
-“No, en el modo
que entendéis vosotros, por cuanto los sexos dependen de los organismos.
También entre los Espíritus reinan amor y simpatía, pero fundados en la
semejanza de los sentimientos”-.
201. Entonces, el Espíritu que animó el cuerpo
de un hombre, puede en una nueva existencia animar el de una mujer y viceversa?
-“Sin duda, el
mismo Espíritu puede animar ahora el cuerpo de un hombre, o bien el de una
mujer”-.
202. El Espíritu errante prefiere encarnarse en
el cuerpo de un hombre o de una mujer?
-“Tal cosa poco
importa al Espíritu: eso depende de la prueba por la cual debe pasar”-.
COMENTARIO
EXEGÉTICO: En primeras instancias, no se trata de lo que a un Espíritu, en un
momento dado, le guste o prefiera, sino el objetivo que debe cumplir en la
nueva existencia que programa antes de encarnar, conjuntamente con todas las
personas involucradas, o bien por afinidad, o bien por deber de compensación, o
por acreencias, o deudas, kármicas.
Un Espíritu que
privara de la vida, en alguna de sus existencias anteriores, está obligado, por
la ley cósmica, y por el reclamo de los eventualmente afectados, a reponer la
vida, o las vidas, que debe. A tales efectos precisa nacer como mujer para
convertirse en madre de aquellos a quienes, antes, privara de la vida.
Luego, además,
entran en juego, el tipo de actividades o roles que desempeñará, que requiera
que el Espíritu adopte uno u otro sexo, en su nueva existencia. Básicamente, el
sexo tiene íntima relación con el rol que le toca desempeñar al Espíritu, en
una existencia en particular.
Durante muchos
ciclos de vida, algunos Espíritus pueden adoptar uno u otro sexo, por el cual
puedan sentirse más cómodos, y, evidentemente, desarrollar en mayor grado las
características femeninas, que las masculinas.
Empero, en
determinados momentos, ese rol puede variar por los objetivos que, el mismo
Espíritu, se anteponga como misión de vida, o que le imponga la ley cósmica,
para cumplir sus respectivos deberes de compensación, y a la vez progresar
desde esa otra faceta existencial, ya que los roles son diferentes.
Quienes han vivido
durante muchos ciclos de vida en un sexo determinado, al encarnar en el
opuesto, podrían manifestar desequilibrios y tendencias hacia el sexo
contrario. Esto es debido a que, habiéndose acostumbrado a pensar siendo de un
sexo determinado, durante muchas vidas, al cambiar de polaridad, en un nuevo
ciclo de vida, encarnado en un cuerpo diferente a la tendencia que trae,
seguirá pensando, y sintiendo, como si, aún fuera del sexo en que ha encarnado
numerosas veces.
Aquí reside la razón por la cual tantos seres
muestran las respectivas tendencias hacia el sexo opuesto, y es que, durante un
cierto número de vidas han encarnado en el sexo hacia el cual manifiestan
tendencias contra natura.
PARENTESCO E
FILIACIÓN
203. Los progenitores, trasmiten a los hijos una
parte de su Espíritu, o les dan, solamente, la vida física, a la cual, más
tarde le es agregada la vida moral?
-“Los progenitores
otorgan a los hijos únicamente la vida física, por cuanto el Espíritu es indivisible.
Un padre poco dotado puede tener hijos de ingenio y viceversa”-.
204. Por cuanto hemos tenido muchas existencias,
el parentesco debe remontarse más allá de la actual?
-“No puede ser de
manera diversa. La sucesión de las existencias corpóreas establecen, en cada
una, lazos que resalen a las anteriores: de lo cual, frecuentemente, se derivan
las causas de las simpatías que os ligan con personas que vosotros creéis que s
son extrañas”-.
205. A algunos puede parecer que la doctrina de
la reencarnación destruya los lazos de familia al hacerlos remontar más allá de
la existencia actual.
-“Los extiende,
pero no los destruye. Por cuanto el parentesco está fundado sobre afectos
anteriores, los vínculos que unen a los miembros de una misma familia, son, más
bien, más fuertes. Refuerza y multiplica los deberes de la fraternidad, por
cuanto vuestro vecino o quien os sirve en funciones domésticas, puede haber
sido un Espíritu con quien os unieran vínculos de parentesco sanguíneo”-.
Ese, todavía,
disminuye la importancia que, algunos, admiten a la propia descendencia, por
cuanto, uno puede haber tenido por padre un Espíritu, quien pudo pertenecer a
otra familia, o vivido en toda otra condición que la suya.
-“Es verdad: pero
esta importancia se apoya, únicamente, en el orgullo. Lo que, en gran parte,
los seres humanos honran en sus sentimientos, son los títulos, los grados, la
fortuna. Muchos se avergonzarían de haber tenido por familiar a un honesto
zapatero, mientras que, en cambio, se glorían de descender de un gentilhombre
disoluto. Empero, a pesar de lo que digan o hagan, no impedirán, a las cosas,
de ser lo que son, por cuanto Dios no ha regulado las leyes de la naturaleza
sobre su vanidad”-.
206. Al no haber filiación entre los Espíritus
de los descendientes de una misma familia, significa que el culto de los
antepasados sea algo vano y ridículo?
-“No, por cuanto
es natural se honre de pertenecer a una familia, en la cual se han encarnado
Espíritus superiores. Si bien los Espíritus no proceden los unos de los otros,
no por esto sienten menor afecto hacia quienes les liga el parentesco
sanguíneo, cuya raíz reside en la simpatía o en vínculos anteriores. Recordad,
empero, que los Espíritus de vuestros progenitores no se tienen por honrados
por el culto que les rendid con motivo de orgullo. Su mérito no se refleja
sobre vosotros salvo que os empleáis en seguir su ejemplo; en este único caso
vuestro recuerdo puede resultarle no solamente grato, sino proficuo.
SEMEJANZAS FÍSICAS
Y MORALES
207. Los progenitores transmite, frecuentemente,
a sus hijos, un parecido físico. Transmite, ellos, también una semejanza moral?
-“No, por cuanto
tienen Espíritus diferentes. El cuerpo procede del cuerpo, pero el Espíritu no
procede del Espíritu. Entre los descendientes de las singulares grupos étnicos
no existe más que consanguinidad”-.
De dónde provienen
las semejanzas morales, que, algunas veces, existen entre progenitores e hijos?
-“En el hecho de
ser Espíritus afines atraídos los unos a los otros por la similitud de
tendencias”-.
208. El Espíritus de los progenitores tiene
influencia sobre el de los hijos después de su nacimiento?
-“Sí, es enorme.
Como ya hemos dicho, los Espíritus deben, recíprocamente, ayudarse a progresar.
O, más bien: los Espíritus de los progenitores tienen por misión la de
desarrollar el de sus hijos por medio de la educación: quien falta a este
propósito se rinde culpable de las consecuencias”-.
209. Por qué, algunas veces, progenitores buenos
y virtuosos dan la vida a hijos de naturaleza perversa? En otros términos: Por
qué, las buenas cualidades de los progenitores no atraen, siempre, por
simpatía, buenos Espíritus para encarnarse como sus hijos?
-“Un Espíritu malo
puede solicitar de encarnarse cerca de progenitores buenos con la esperanza que
sus consejos lo separen de la vía inconveniente; frecuentemente, Dios lo
concede”-.
COMENTARIO
EXEGÉTICO: Es una respuesta interesante, y a la cual pocas veces se hace
referencia cuando se explica la composición de la familia. Generalmente, se
menciona a que la integran Espíritus afines que encarnan en la misma familia
con el fin de prestarse apoyo mutuamente. Igualmente, se afirma que, por efecto
de la ley de justicia y la de compensación, la ley de afinidad integra en el
mismo núcleo familiar a todos aquellos seres que, de una u otra manera, deben
limar asperezas, o compensarse deudas kármicas de determinadas índoles. En
estos casos, los lazos de la carne, y del parentesco, en la dimensión física,
permiten compensarse recíprocamente, fomentar lazos de afinidad, e,
implícitamente, recabar el aprendizaje necesario para vivir en armónica
cooperación, disfrutando de la interrelación afectiva que se ha desarrollado, a
partir de entonces, en una o más existencias.
Se sabe, por las
comunicaciones recibidas de diversos entes espirituales, y en diferentes partes
del planeta, que, en numerosas oportunidades, el Espíritu afectado por las
acciones indebidas de ciertos seres, una vez en la dimensión espiritual, asume
la misión de ayudar a quienes le perjudicaron, para que puedan enmendarse y, de
esta manera, seguir por la vía del bien. Esto, muchas veces, lo logran durante
un gran número de existencias, lo cual implica una elevada cuota de sacrificio,
pero, sobre todo, de amor. El amor todo lo puede.
También, por
supuesto, ocurre, seguramente más de lo que se piensa, que determinados
Espíritus, al igual que lo hace un estudiante cuando elige el maestro, o
Instituto con quien, o donde quiere estudiar, solicita al Espíritu elegido la
oportunidad de entrar en su núcleo familiar, o de trabajo. Esto tiene múltiples
funciones: apoyarse mutuamente y de aprendizaje, tal como ocurre con cualquier
aprendiz que solicita ingresar en un determinado Taller artesanal.
Evidentemente,
este tipo de cooperación puede darse en
cualquier nivel de la Escala del infinito progreso, ya que, a niveles muy
elevados, alguien de menor grado, aunque represente, a su vez, un nivel
importante de desarrollo, en esas esferas, un grado inferior equivale,
igualmente, a esas polaridades opuestas, entre el bien y el mal, que se
observan en la realidad social. El Espíritu de un nivel de conciencia
perceptiva, comprensiva y realizadora de grado inferior solicita la oportunidad
de encarnar con la familia del grado inmediato superior, a los fines de
aprendizaje y superación moral integral. A su vez, éste ser que ha sido
beneficiado con la oportunidad inherente, hará, a su vez, lo pertinente para
colaborar con aquellos seres que le siguen en la escala inmediatamente
inferior. Es la cadena de la solidaridad universal en acción efectiva de
cooperación.
Sin duda, allí
entra en juego la habilidad del maestro para templar al Espíritu del que ha
solicitado su apoyo, para seguir con mayor efectividad por la senda de las
virtudes.
Aquí se hace
relevante destacar que la misión del ser, en los cuatro reinos naturales, es el
estudio de todas las ciencias, de todas las filosofías, de todas las artes y la
práctica de todas las virtudes. Al estar preparado para la siguiente fase,
aparecen a la vista, los seres con los cuales habrá que formar parte, o
familia, para los fines pertinentes. Es la eterna polaridad de un estado de
conciencia a otro más elevado.
Es preciso
recordar, también, que los amigos forman parte integral de nuestra familia, por
los lazos de afinidad y afecto, respeto y amistad, que prevalecen en las
interrelaciones, fruto de incontables ciclos de vidas compartidas dando y
recibiendo apoyo recíproco en el desarrollo de una obra común. Si miramos con
detenimiento, más allá de las apariencias, esa obra común salta a la vista, y
es posible contemplarla.
El objetivo eterno
de cada ser, en los cuatro reinos naturales, es el de adquirir conciencia de la
Divinidad que mora en sí mismo. Que la misma constituye la Divinidad Universal
sin haberse separado de sí, y sin haber dejado de ser Ella misma. Luego,
percibir que la propia conciencia es una réplica exacta de la de la Divinidad,
y de que los atributos divinos que les son inherentes, -valores universales-
que la Divinidad tiene desarrollados en todas sus vertientes y variantes, en
grado infinito, son los que eternamente desarrollará, sin límites algunos,
también en todas sus vertientes y variantes, en ese eterno retorno del ser
individual al Ser Universal.
En ese eterno
retorno, al igual que el río al recorrer su curso hacia el mar, baña la tierra
para alimentarla y volverla más fértil, coadyuvando al sostenimiento de la vida
en sus múltiples facetas, el Espíritu contribuye a la expansión de la Creación
Universal, de acuerdo a los planes del Gran Arquitecto Universal y a los planes
que la Divinidad ha diseñado para cada ser, en los cuatro reinos
naturales.
En la eternidad
expresada, y por expresarse, siempre, en tiempo presente, es natural suponer
que todos precisamos de todos para realizar los designios de la Divinidad, en
los cuales la Divinidad se ayuda a sí misma. No deja de ser un juego de Dios
con Dios mismo, por lo cual, no hay que extrañarse que Dios se ayude a sí mismo
bajo cualquier expresión de vida en la que se manifiesta.
Adquirir
conciencia de esta realidad, en sus ilimitadas variantes, permite descifrar, comprendiendo mejor, el
mecanismo de la vida y de la expansión universal de la Creación.
210. Pueden los progenitores, por la fuerza de
la voluntad y de la oración, atraer en el cuerpo del hijo por nacer, un
Espíritu bueno en vez de uno malo?
-“No, pero pueden
mejorar el Espíritu del hijo que han hecho nacer y que les es confiado. Es para
ellos un deber. Hijos malos constituyen pruebas para los padres”-.
211. De donde proviene la semejanza de carácter
que, frecuentemente, existe entre hermanos, especialmente entre gemelos?
–“Del hecho de ser
Espíritus afines; por el grado de semejanza de sus sentimientos, son felices de
encontrarse juntos”-.
212. En los gemelos, cuyos cuerpos se encuentran
unidos, quienes tienen órganos comunes, -como es el caso de los siameses-,
existen dos Espíritus?
-“Sí; pero por sus
semejanzas, parecieran que son uno solo a vuestros ojos”-.
213. Por cuanto los Espíritus se encarnan en los
gemelos por afinidad, de dónde proviene la aversión que algunas veces predomina
entre ellos?
-“No es regla
absoluta que en los gemelos hayan siempre Espíritus afines. Espíritus malos
pueden querer luchar juntos en el teatro de la vida”-.
214. Qué se debe pensar de las historias de
niños que se baten ya en el seno de la madre?
-“Constituyen
expresiones empleadas para expresar que su odio es de tal magnitud que resale más allá de su nacimiento. Cuándo
os habituaréis a tener en cuenta las figuras poéticas?”
215. De donde proviene el carácter especial que
distingue un pueblo de otro?
-“Los Espíritus
forman familias determinadas por la similitud de las tendencias más o menos
puras, según su elevación. Ahora, cada pueblo es una gran familia en la cual se
reúnen Espíritus afines, y la propensión a unirse de los miembros de estas
familias constituye el carácter distintivo. Creed vosotros que Espíritus buenos
y humanos prefieren encarnarse entre un pueblo bárbaro y feroz? No: los
Espíritus simpatizan con las masas, como simpatizan con los individuos. En ese
caso, ellos se encuentran en el ambiente que les es propio”-.
216. Manifiesta, el ser humano, expresiones del
carácter moral de sus existencias anteriores?
-“Si, puede
suceder; empero, él, mejorando, cambia. También la diversidad de condiciones
sociales tiene sobre esto una gran influencia: si de condición social relevante
se pasa a otra humilde, sus gustos cambiarán del todo, y costará reconocerlo.
Es cierto, pero, que, siendo el Espíritu siempre el mismo en las diversas
encarnaciones, sus manifestaciones, al pasar de una a la otra, pueden tener
ciertas analogías, modificadas solamente por las costumbres de su nueva
condición; pero, llega el día en el cual un notable mejoramiento le cambia del
todo el carácter, por cuanto de orgulloso y malvado, si se arrepintió, puede
transformarse en humilde e humano”-.
COMENTARIO
EXEGÉTICO: El Espíritu arrastra en sí, de una vida a otra, el bagaje de
experiencias que ha acumulado, en forma de aptitud para percibir, comprender,
hacer o dejar de hacer. Esta aptitud, se expresa, también, como carácter,
actitud, dignidad y virtudes, en general, en ambas polaridades.
Para un Espíritu
acostumbrado a sacar el mejor partido posible, en todas las circunstancias, es
indiferente el ambiente en que se reencarna. Aún en situaciones adversas, o
aparentemente adversas, sacará los mejores resultados factibles.
Su dignidad se
expresará en su carácter como tenacidad, cumplimiento del propio deber,
honradez, sentimiento del honor, responsabilidad y anhelo de cultivarse en
elevado grado. El nivel alcanzado hasta su última existencia se manifestará en
la nueva, en ambas polaridades. Ha cambiado el cuerpo, la vestimenta, o el rol
sexual. Ahora puede haber nacido en el sexo opuesto, de acuerdo con la nueva
misión que trae, pero, la personalidad expresada es la misma.
Si es un Espíritu
muy adelantado, su genio se manifestará en cualquier situación que afronte y
realizará su obra maestra, donde otros, de menor desarrollo evolutivo -de
conciencia-, en mejores condiciones, no sabrían que hacer con lo que tienen
entre las manos. Es una cuestión de visión, y ésta la aporta la aptitud
desarrollada por la experiencia inherente, en cada caso y es equivalente al
grado de conciencia alcanzado.
Esa es la razón
por la cual un humilde subalterno puede mandar y hacerse obedecer aún por los
de mayor nivel jerárquico, humanamente hablando. Esto porque, a nivel
espiritual, lo que se impone es el estado de conciencia alcanzado, que aporta
la visión equivalente, y aquí, el más predomina sobre el menos. Pero, ambos,
son eslabones cooperantes de la misma cadena de la fraternidad universal.
Evidentemente,
quien sabe ver, percibirá, siempre, el nivel de conciencia que expresa cada ser
con quien se entra en contacto, en los cuatro reinos naturales. Es un
reconocimiento casi instantáneo. Pero, el que, realmente tiene elevados estados
de conciencia, coopera en el desarrollo de quienes le siguen en la escala
evolutiva, pero, tiene la vista puesta en quienes les preceden en el camino,
tanto encarnados como desencarnados, sin importar las épocas en que han vivido
en el planeta, para aprender de ellos. Esa es la razón de su búsqueda constante
por el estudio de las obras de su ingenio, de los pensadores de todos los
tiempos y países.
A quien lo ha
hecho de esta manera en muchos ciclos de vida, en cada nuevo en que reencarne,
sabrá lo que debe hacer, ya que, esta aptitud desarrollada forma parte de su
propia naturaleza. Aunque en la nueva existencia empieza en las condiciones
menos favorables, su Espíritu domina el proceso creativo y de un desierto será
capaz de crear un oasis o una fértil zona de cultivos.
Evidentemente, los
roles cambian de una vida a otra, y podría asumirse uno nuevo en el cual el
Espíritu no tenga experiencias, pero sabrá aprender con facilidad, sin importar
el esfuerzo precisado, ya que su experiencia en otras áreas aflorará en
cualquier otra en que actúe en un momento dado.
Es lo que ocurre
con el método científico en la formación académica; no importa en que carrera
se forme; el dominio del proceso de investigación de una le sirve en todas, ya
que, al final se trata de trabajar con el qué, con el cómo, con el dónde, con
el quién, con el cuándo, con el cuánto y con el por qué debe hacerse.
Conocido el qué,
los demás elementos aflorarán por el cultivo del arte, o por intuición o
inspiración, o a través del ensayo y el error, hasta alcanzar el resultado
apetecido.
La misma vida, a
través del mecanismo de necesidades, anhelos o deseos, pondrá en movimiento sus
energías creadoras para realizar el plan que, cada ser, trae en cada ciclo
existencial, para su realización.
Por supuesto, cada
nuevo ciclo de vida, aportará transformaciones en la propia personalidad, y en
el carácter, generalmente, de menos en más, aunque puedan haber etapas de
aparente estancamiento, al igual que el árbol que se pasma, mientras sus raíces
buscan nuevas fuentes de nutrientes. Empero, al encontrarlas, alcanza una
frondosidad insospechada que asombra a todos cuanto le vieren en ambas
circunstancias.
Por último,
recordemos que, cada ser, en los cuatro reinos naturales, es la misma Divinidad
manifestada sin dejar de ser la Divinidad y sin haberse separado de la
Divinidad, y Ella cuidará de sí misma, por medio del lenguaje de los valores
universales expresados en la conciencia. Es que, la conciencia del Espíritu, en
los cuatro reinos naturales, es la réplica exacta de la conciencia de la
Divinidad. Al mismo tiempo, de acuerdo con las necesidades que el ser afronta,
se expresa, en grado equivalente, el poder potencialmente infinito que posee
para hacerle alcanzar la satisfacción de la misma, o superar cualquier
adversidad, o prueba de vida, para su aprendizaje, o realizar cualquier
objetivo de vida.
Conocimiento y
poder que la Divinidad posee desarrollado en grado infinito en todas las
vertientes y variantes, pero cada ser precisa desarrollar en el eterno retorno
del ser individual al Ser Universal, sin alcanzar jamás la totalidad, ya que
siempre encontrará un más allá en progreso, afortunadamente.
Empero, es el eterno trabajo que la Divinidad
realiza, por medio de la diversidad, para desarrollar su propio potencial
infinito, en la expansión de la Creación, donde nada permanece estático, ni
para siempre, sino que, a través del cambio incesante, realiza su propósito
cósmico.
217. El ser humano, en sus diversas
encarnaciones, manifiesta los rasgos físicos de sus existencias anteriores?
-“El nuevo cuerpo
no tiene con el de una existencia anterior ningún rapport. Empero, el Espíritu se refleja en el cuerpo,
y, si bien éste no sea más que materia, es modelado, por otra parte, sobre las
capacidades del Espíritu, que les imprime un cierto carácter, especialmente en
la cara. Se dice, generalmente, que los ojos son el espejo del Espíritu, es
decir, que el Espíritu se expresa más particularmente sobre la cara, lo cual es
cierto, por cuanto, una persona, aunque físicamente de poca belleza, tiene en
sí algo que gusta, cuando posee un Espíritu bueno, sabio, gentil, mientras que
existen caras bellísimas, que no poseen atractivo alguno, más bien inspiran
aversión. A primera vista, parecería que solamente los cuerpos hermosos
deberían ser los vehículos de los Espíritus mejores; empero, en realidad, cada
día se encuentran seres humanos de bien bajo aspectos de menor belleza física.
En conclusión: la paridad de gustos y tendencias puede dar a los cuerpos, no
una semejanza pronunciada, sino lo que se dice, normalmente, un aire de familia”-.
Por cuanto el
cuerpo, que reviste el Espíritu en una nueva encarnación, no tiene relación con
el de la existencia precedente, sería absurdo deducir una sucesión de
existencias de una semejanza fortuita. Todavía, las cualidades del Espíritu
modifican, frecuentemente, los órganos, que sirven a sus manifestaciones, e
imprimen, en el rostro, y en el conjunto de los modos, un carácter particular.
Por lo cual, debajo de los más humildes rasgos físicos se puede encontrar la
expresión de la grandeza y de la dignidad; mientras que, debajo del vestido del
gran señor se observa, alguna vez, la de la bajeza y la de la ignominia.
Ciertas personas, en el ambiente de su nueva existencia, toman las costumbres y
las maneras de la nueva sociedad con tanta naturalidad, que parece como si se
encontraran en su elemento; otras, en su polaridad opuesta, no obstante su
nacimiento y condición, se encuentran siempre como peces fuera del agua. Cómo
explicar estos hechos, sino como manifestaciones de lo que ha sido el Espíritu
en anteriores existencias?
IDEAS INNATAS
218. El Espíritu encarnado conserva, quizá,
alguna huella de las sensaciones tenidas y de las nociones conquistadas en
existencias anteriores?
-“Le queda una
vaga remembranza, es decir, lo que suele denominarse ideas innatas”-.
Entonces, la
teoría de las ideas innatas no es una quimera?
-“No. Las
cogniciones adquiridas en cada una de las existencias no se pierden. El
Espíritu, separado de la materia, las recuerda siempre. Durante la encarnación
puede olvidarlas en parte; pero, la intuición que le queda, ayuda su avance
evolutivo, sin el cual debería recomenzar siempre del inicio. A cada nueva
encarnación, el Espíritu toma su punto de partida desde aquel en el cual
quedara en la precedente”-.
-Por lo cual,
entre dos vidas, existe una gran conexión?
-“No siempre así
de grande como podréis creer, por cuanto, como fue observado, las condiciones
son, frecuentemente, muy diferentes, y, en el intervalo el Espíritu ha podido
progresar”-. (ver nº 216).
219. Cuál es el origen de las facultades
extraordinarias de quienes, que, sin precedente estudio, parece que tienen la
intuición de algunas partes del saber, como las lenguas, del cálculo y
similares?
–“La remembranza
del pasado, el progreso antecedente del Espíritu, del cual ellos mismos no
tienen conciencia. De dónde quisierais que provengan? El cuerpo cambia, pero el
Espíritu no, si bien muda el involucro exterior”-.
220. En el cambiar del cuerpo, se puede perder
alguna facultad intelectual? No tener más, por ejemplo, el gusto artístico?
–“Sí; si el
Espíritu ha desvirtuado esta facultad haciendo mal uso. Empero, por otra parte,
una facultad puede permanecer dormida durante una existencia, por cuanto el
Espíritu quiere ejercitar otra con la cual no tiene relación alguna; en tal
caso aquella queda en el estado latente para reaparecer más tarde”-.
221. Es, quizá, a un recuerdo retrospectivo que
el ser humano debe, aún en el estado primitivo, la noción instintiva de la
existencia de Dios y l presentimiento de la vida futura?
-“Sí: a la
remembranza de lo que ya sabía como Espíritu antes de haber encarnado; pero el
orgullo frecuentemente sofoca este sentimiento”-.
Son debidas a este
mismo recuerdo algunas creencias relativas a la doctrina espírita que
reencontramos en todos los pueblos?
-“La doctrina
espírita es antigua cuanto el mundo, y se reencuentra en todas partes: prueba
ésta de su verdad. El Espíritu encarnado, manifestando la intuición de su
estado de Espíritu, tiene la conciencia instintiva del mundo invisible; empero,
frecuentemente, la falsean los prejuicios, y la ignorancia le agrega la superstición”-.
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