Capítulo
XXI
EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS
Autor: Allan Kardec
Versión castellana y comentarios
exegéticos:
Giuseppe Isgró Cattafi
LEY
DEL CAMBIO,
O,
DE LA TRANSFORMACIÓN
Destrucción necesaria y Destrucción abusiva. Flagelos destructores.
Guerras. Vidas suprimidas. Pena de Desencarnación.
DESTRUCCIÓN NECESARIA
Y DESTRUCCIÓN ABUSIVA
1. La destrucción es una ley natural?
-“Es
preciso que todo se destruya para renacer o regenerarse, por cuanto lo que
vosotros denomináis destrucción, no es sino una transformación, que tiene por
objeto la renovación y el mejoramiento de los seres”-.
Entonces
el instinto de destrucción fue dado a los seres vivientes para fines
providenciales?
-”Las
criaturas de Dios son instrumentos que Él utiliza para conseguir sus objetivos.
Para alimentarse, los seres vivientes se destruyen entre ellos, lo que cumple
dos finalidades: el de mantener el equilibrio en la reproducción, que podría
alcanzar niveles por encima de lo adecuado, y el de utilizar los excesos de
involucros físicos, por cuanto la desencarnación destruye, únicamente, esta
parte accesoria del ser pensante, mientras la parte esencial, el principio
inteligente, es indestructible, y se desarrolla en las diversas
transformaciones por las que pasa”-.
2. Si la destrucción es necesaria para la regeneración de los seres,
por qué, entonces, la naturaleza vela sobre ellos con variados medios de
preservación y de conservación?
-“Con
el fin de que la destrucción no ocurra prematuramente. Cada destrucción
anticipada impide que el principio inteligente se desarrolle; esta es la razón
por la cual Dios ha dado a cada ser la necesidad de vivir y de reproducirse”-.
3. Si la desencarnación debe conducirnos a una vida mejor, que nos
libra de los males de esta, y, en consecuencias, es más deseable que temible,
-por qué rinde al ser humano excesivamente temeroso al respecto?
-“El
ser humano debe buscar de prolongar su vida para realizar su cometido, y por
este motivo le fue dado el instinto de conservación, que le sostiene en las
pruebas: sin éste, se abandonaría muy rápido al desaliento. Él rechaza la
desencarnación por cuanto una voz secreta le indica que aún puede hacer algo
para avanzar por el camino del progreso. Cuando un peligro le amenaza, es
advertido para que aproveche el tiempo que Dios le concede”-.
4. Por qué la naturaleza ha colocado al lado de los agentes
destructores varios medios de conservación?
-“Ha
colocado el remedio al lado del mal, para que, como ya hemos dicho, mantenga el
equilibrio y le sirva de contrapeso”-.
5. La necesidad de destrucción es idéntica en todos los mundos?
-“No:
eso corresponde a la mayor o menor materialidad, y cesa donde la moral y el
físico se encuentran en mayor grado de puridad. En los mundos superiores las
condiciones de existencia son totalmente diferentes”-.
6. La necesidad de destrucción existirá siempre entre los seres
humanos, en la tierra?
-“Disminuye
a medida que el Espíritu triunfa sobre la materia, por lo cual vosotros veis
que el horror por la destrucción crece con el desarrollo intelectual y moral”-.
7. En su estado presente, tiene, el ser humano, un derecho ilimitado
de destrucción sobre los animales?
-“Un
derecho regulado por la necesidad de proveer a su nutrición y seguridad; entre
derecho y abuso existe una gran diferencia”-.
8. Cómo juzgar la destrucción que supera los límites de la necesidad
y de la seguridad, como la cacería, por ejemplo, cuando no tiene por objeto más
que el placer de destruir sin ninguna necesidad?
-“Como
predominio de la bestialidad sobre la naturaleza espiritual. Cada destrucción
que excede los límites de lo necesario es una violación a la ley de Dios. Los
animales mismos no destruyen sino para sustentarse; pero el ser humano, si bien
está provisto del libre albedrío, destruye por capricho: y, por lo tanto,
rendirá cuenta del abuso de autoridad que le fue acordada, ya que, con eso, ha
cedido a los instintos bajos y perversos”-.
9. Los pueblos que se exceden en sus escrúpulos en torno a la
destrucción de los animales tienen algún mérito en particular?
-“Cada
exceso, aún de un sentimiento en sí loable, se convierte en defecto, y, por
otra parte, el mérito, aunque haya alguno, se encuentra balanceado por otra
clase de abusos: existe en ellos más temor supersticioso que verdadera
bondad”-.
FLAGELOS
DESTRUCTORES
10. Con qué finalidad Dios hace experimentar a la humanidad flagelos
destructores?
-“Para
hacerle progresar más rápidamente. No hemos ya dicho que la destrucción es
necesaria para la regeneración moral de los Espíritus, quienes, en cada nueva
existencia, crecen en perfección? Es preciso comprender el objetivo, para
apreciar los efectos. Vosotros los juzgáis en base a vuestros puntos de vista
personales, y les denomináis flagelos por el daño que os causan; pero estas
adversidades son, frecuentemente, necesarias, para alcanzar más rápidamente un
mejor orden de cosas, y se logre en pocos años lo que, de otra manera, habría
requerido muchos siglos”-. (Ver Nº 744).
11. No podía utilizar, Dios, para el mejoramiento de la humanidad
otros medios, en vez de los flagelos destructores?
-“Sí,
y los utiliza todos los días, por cuanto ha dado, a todos, los medios de
progresar con la noción del bien y del mal. Pero, el ser humano no se aprovecha
de ello, siendo necesario penalizarle en su orgullo, haciéndole sentir su
debilidad”-.
Pero,
con estos flagelos el virtuoso desencarna al igual que el malvado: es esto
justo?
-“Durante
esta vida, el ser humano refiere todo a su cuerpo; pero después de la
desencarnación no piensa más así. La vida del cuerpo es poca cosa; un siglo de
vuestro mundo es un relámpago en la eternidad: por lo cual, los dolores, como
decís vosotros, de días, y también de meses, que se van rápidos como el arco
iris, constituyen enseñanzas que os serán útiles en el porvenir. Los Espíritus
constituyen el mundo real, preexistente y sobreviviente a todo. (Ver Nº 85):
ellos son una emanación de Dios, los objetos de su atención; sus cuerpos son los
instrumentos con los cuales aparecen en el mundo. En las grandes calamidades,
que diezman los seres humanos, les ocurre a éstos como a un ejército, que,
durante la guerra, ven sus vestimentas rotas o perdidas. Al general, empero,
les interesan más sus soldados que sus prendas”-.
Pero,
los afectados por aquellos flagelos cesan, por esto, de ser víctimas?
-“Si
considerarais la vida por lo que es, y cuan poca cosa sea delante del infinito,
les daríais poquísima importancia. Aquellas víctimas encontrarán, en otra
existencia, adecuada compensación a sus adversidades, siempre y cuando hayan
sabido soportarlas sin murmurar”-.
Que la desencarnación ocurra por un flagelo o por una causa
ordinaria, nadie le escapa cuando llega la hora de la partida; la única diferencia
reside en que, con los desastres, un mayor número de Espíritus parte de la
tierra al mismo tiempo. Si pudiésemos elevarnos con el pensamiento hasta
abarcar la humanidad y abrazarla toda entera, aquellos flagelos tan terribles
no nos parecerían más que tempestades en el destino del mundo.
12. Los flagelos destructores sirven también del lado físico,
aportando alguna utilidad, a pesar del daño que ocasionan?
-“Sí;
suelen cambiar el estado de una región; empero, el bien resultante es
comprendido, generalmente, por las generaciones sucesivas”-.
13. Los flagelos, no serían, al mismo tiempo, para el ser humano,
pruebas morales, al afrontar las más severas necesidades?
–“Son
pruebas, que le ofrecen la oportunidad de desarrollar su inteligencia, de
ejercitar su paciencia y su acatamiento a la voluntad de Dios, así como de
mostrar sus sentimientos de abnegación, de desinterés y de amor al prójimo,
siempre y cuando no esté dominado por el egoísmo”-.
14. Le es dado, al ser humano, conjurar los flagelos que le oprimen?
-“Sí,
en parte, por cuanto muchos flagelos son los que constituyen los efectos de su
imprevisión, y cuando él progresa en conocimiento y en experiencia, puede
prevenirlos, siempre y cuando sepa buscar las causas. Pero, entre los males que
afligen a la humanidad, los hay generales, que se encuentran en los decretos de
la Providencia, cuyas consecuencias, en mayor o menor grado, afectan a todos: a
estos, el ser humano no puede oponer más que la resignación a la voluntad de
Dios.
Entre los flagelos destructores naturales e independientes del ser
humano los más graves son: la peste, la carestía y las inundaciones, las
intemperies fatales a la producción del suelo. Pero, el ser humano, no ha
encontrado en la ciencia, en las obras de ingeniería, en el perfeccionamiento
de la agricultura, en las canalizaciones de las aguas y en las irrigaciones, en
el estudio de las condiciones higiénicas, los medios de impedir, o por lo
menos, de atenuar muchas calamidades? Ciertas regiones, ya desoladas por
epidemias terribles, no se encuentran, ahora, preservadas? Qué no hará, por lo
tanto, el ser humano por su bienestar material, cuando sabrá poner en obra
todas las fuerzas de su inteligencia y asociar al cuidado de su personal
conservación el sentimiento de verdadera bondad por sus semejantes? (Ver Nº
707).
GUERRAS
15. Cuál es la causa que induce al ser humano a la guerra?
-“El
predominio de la naturaleza animal sobre la espiritual y el desahogo de las
pasiones. En la barbarie, los pueblos no conocen más que el derecho del más
fuerte; por lo tanto, para ellos, la guerra es una condición ordinaria. Pero,
en la medida que el ser humano progresa, ella es menos frecuente, por cuanto él
evita las causas, y, cuando se hace indispensable, sabe temperar los horrores
con un sentimiento de humanidad”-.
16. Llegará el día en el cual la guerra cesará de desolar nuestro
planeta?
-“Sí,
cuando los seres humanos comprendan la justicia y practiquen la ley de Dios:
entonces todos los pueblos serán hermanos”-.
17. Cuál propósito se propuso la Providencia en el rendir necesaria la
guerra?
-“La
libertad y el progreso”-.
Si
la guerra tiene por fin conseguir la libertad, como es que ella mira, y logra,
frecuentemente, reforzar la dominación?
-“Dominación
momentánea, para cansar los pueblos y hacerlos cambiar más rápidamente”-.
18. Cuáles son las consecuencias que deberá asumir quien suscita la
guerra en su propio beneficio?
-“Él,
como verdadero culpable, precisará un gran número de existencias para expiar
todas las vidas que por causa de su ambición han sido truncadas, de las cuales
responderá, en su totalidad”-.
VIDAS SUPRIMIDAS
19. El homicidio es un delito a los ojos de Dios?
-“Sí,
es un delito grave, por cuanto quien quita la vida a su semejante, interrumpe
una existencia de expiación o de prueba”-.
20. El homicida tiene siempre el mismo grado de culpabilidad?
-“Dios
es justo y juzga más la intención que el hecho”-.
21. Excusa Dios el homicidio en caso de legítima defensa?
-“Solamente
la necesidad absoluta lo puede excusar; pero si uno puede salvar su vida sin
atentar a la del agresor, debe hacerlo”-.
22. Debe, el ser humano, rendir cuenta de las vidas que suprime en
caso de guerra?
-“No,
si es obligado por fuerza mayor; pero es siempre culpable quien se comporta
cruelmente, mientras que, en cambio, tiene mérito quien expresa un determinado
grado de humanidad”-.
23. Quién es más culpable delante de Dios: el parricida o el
infanticida?
-“Los
dos en igual grado, ya que, cada homicidio, es un delito”-.
24. Por qué, en algunos pueblos
adelantados intelectualmente, el infanticidio se encuentra entre las costumbres
y usos, consagrado en la legislación?
-“El
desarrollo intelectual no va aparejado, necesariamente, con el bien. Un
Espíritu, aunque superior en inteligencia, puede haberse anclado en el mal;
entonces, posee amplios conocimientos por su dilatada experiencia, pero precisa
mejorarse moralmente”-.
CRUELDAD
25. Se puede atribuir el sentimiento de crueldad al instinto de
destrucción?
-“Es
el instinto de destrucción en su expresión de mayor maldad, ya que, si fuese
necesaria la destrucción, no se precisa la crueldad. Esta es, siempre, el
efecto de una naturaleza perversa”-.
26. Por qué la crueldad es el carácter dominante entre los pueblos
primitivos?
-“Porque,
en los pueblos primitivos, como vosotros les llamáis, la materia predomina
sobre el Espíritu. Ellos se abandonan a los instintos de las bestias, y no
teniendo otras necesidades que las de la vida del cuerpo, piensan únicamente a
su propia conservación personal; esto, en general, les rinde crueles. Por otra
parte, los pueblos cuyo desarrollo intelectual es imperfectísimo, se encuentran
bajo el yugo de Espíritus simpáticos de análogas condiciones, hasta que otros
de mayor nivel de progreso no intervengan para destruir, o menguar, dicha
influencia”-.
27. La crueldad no es indicio de ausencia del sentido moral?
-“De
su escaso desarrollo, pero no de carencia del mismo, por cuanto existe como
principio en todos los seres humanos, a quienes cambia, gradualmente, en seres
bondadosos y humanitarios. Existe, por lo tanto, también en el primitivo, al
igual que el principio del perfume se encuentra en germen de la flor antes de
que ésta se abra”-.
Todas las facultades se encuentran en el ser humano en estado
potencial o latente, y se desenvuelven según que las circunstancias ambientales
sean más o menos favorables. El desarrollo excesivo de unas podría,
temporalmente, inhibir el de otras. La sobreexcitación de los instintos
materiales sofoca, en algún grado, el sentido moral, al igual que el desarrollo
de éste atenúa, gradualmente, las facultades puramente animales.
28. Cómo puede ocurrir que en medio a la más evolucionada sociedad se
encuentren, aún, seres tan crueles como los primitivos?
-“Lo
mismo que en un árbol cargado de buenos frutos se encuentran abortos. Son, si
lo queréis, primitivos, que de la civilización no tienen más que la máscara;
son lobos dispersos entre corderos. Espíritus de un orden inferior y atrasados
pueden encarnarse entre seres humanos civilizados con la esperanza de progresar
más rápidamente: pero, si la prueba es muy exigente, prevalece el nivel evolutivo
y sucumben”-.
29. La sociedad de los seres humanos anclados en el bien, existirá en
cuanto sea purgada de los seres maléficos?
-“La
humanidad progresa: estos seres dominados por el instinto del mal, que se
encuentran fuera de lugar entre los seres humanos virtuosos, poco a poco irán
desapareciendo, al igual que después del proceso respectivo, el grano es
separado de la paja. Empero, desaparecerán para renacer más tarde; y entonces,
dotados de mayor experiencia, distinguirán mejor el bien y el mal. Observad las
plantas y los animales que el ser humano ha logrado perfeccionar con el arte.
Como en ellos las nuevas cualidades no se desarrollan más que de grado en
grado, y su desarrollo no se realiza sino después de varias generaciones, de la
misma manera el Espíritu no se mejora y purifica sino en una serie más o menos
larga de existencias”-.
DUELO
30. Puede considerarse el duelo como un caso de legítima defensa?
-“No:
es un homicidio; una costumbre absurda digna de pueblos bárbaros. Con la
civilización más adelantada y una conciencia moral más depurada, el ser humano
reconocerá que el duelo es delictuoso y ridículo al igual que los combates que
en épocas pasadas se llamaban juicios de Dios”-.
31. El duelo podría ser considerado como una desencarnación voluntaria
por parte de aquel, que, conociendo la propia inferioridad, se encuentra casi
seguro de que sucumbirá?
-“Es
tal”-.
Y
cuándo las probabilidades son iguales, es una desencarnación voluntaria o un
homicidio?
-“Lo
uno y lo otro”-. En todos los casos, aún cuando las probabilidades son iguales,
el duelista es culpable, antes, porque atenta con frialdad y ánimo deliberado a
la vida de un semejante; y después, porque expone la propia inútilmente”-.
32. Tiene algún peso lo que en duelos se denomina cuestión de honor?
-“Vanidad
y orgullo: dos plagas de la humanidad”-.
Pero,
no se dan casos en los cuales el honor se encuentra lesionado verdaderamente y
rehusarse constituiría una cobardía?
-“Esto
depende de las costumbres y usos; cada país y cada siglo ha tenido al respecto
un concepto diferente. Cuando los seres humanos sean mejores y de mayor
progreso moral, comprenderán que la verdadera cuestión de honor, como decís, se
encuentra por encima de las pasiones humanas, y que, quitando una vida, o
dejando que os la quiten, no se repara ninguna ofensa”-.
La verdadera grandeza de ánimo y el auténtico honor se encuentra
en el reconocerse culpables, si uno tiene la culpa; en el perdonar, si tiene
razón, y en todo caso, en depreciar los insultos que no le pueden alcanzar.
PENAS
DE DESENCARNACIÓN
33. Desaparecerá, algún día, la pena de desencarnación de la
legislación humana?
-“Sin
duda alguna, y su abolición marcará un progreso para la humanidad. Debido a que
ésta estará más iluminada, de la pena de desencarnación no quedará sobre la tierra
más que un recuerdo poco grato, y los seres humanos no tendrán más la necesidad
de ser juzgados por los seres humanos. Pero, nos referimos a una época que se
encuentra, aún, muy lejana en el tiempo”-.
El progreso social hoy en día no es el que será, ciertamente, en
un futuro mejor; pero sería injusto hacia la moderna sociedad, quien, en las
restricciones aportadas a la pena capital en los pueblos más cultos y en la
naturaleza de los delitos, a la cual se le limita la aplicación, no viese un
progreso. Si comparamos las garantías de justicia, en estos pueblos, con las
que circunda al acusado, y la humanidad con la que se le trata aún cuando es
reconocido culpable, con lo que se practicaba en tiempos no muy lejanos, no se
puede desconocer el camino progresivo, en el cual, ya, se procede.
34. La ley de conservación
concede al ser humano el derecho de preservar la propia vida: no es este
derecho el que él ejercita extirpando de la sociedad a un miembro peligroso?
-“Y
a vuestra tutela del peligro, no tenéis otros medios que el de la pena capital?
Al reo se precisa abrirle, no cerrarle, la puerta del arrepentimiento”-.
35. Si la pena capital puede ser erradicada en lo sucesivo, de la
sociedad civil, no ha sido, sin embargo, una necesidad en tiempos pasados?
-“Necesidad
jamás. El ser humano cree siempre necesaria una cosa, cuando no sabe proceder
de otra manera; pero, después, a medida que progresa, comprende mejor lo justo
y lo injusto, y repudia los excesos, que en los tiempos de barbarie se cumplían
en nombre de la justicia”-.
36. La limitación de los casos en los cuales se aplica la pena
capital, es un indicio de progreso en la civilización?
-“Podéis
dudarlo? No se subleva vuestro Espíritu al leer los relatos de las carnicerías
humanas que en tiempos pasados se llevaban a cabo en nombre de la justicia, y
frecuentemente, en honor de la Divinidad? No os produce escalofríos con
solamente pensar a las torturas, a las cuales venía sometido el reo, y,
también, el solo acusado, para arrancarle con los estragos del dolor, la confesión
de un delito que, con frecuencia, no había cometido? Y bien, si hubieseis
vivido en aquellos tiempos, habríais encontrado la cosa muy natural, y quizá, si
hubieseis sido jueces, habríais hecho lo mismo que los de aquel tiempo
hacían. De esta manera, lo que parecía
justo en un tiempo, parece bárbaro en otro. Las leyes divinas, únicamente, son
eternas; las humanas cambian con el progreso, y cambiarán, todavía, hasta que
no armonicen con las divinas”-.
37. Jesús ha dicho: quien con espada hiere, con espada desencarnará.
Estas palabras, no sancionan, quizá, la pena del talión? Y la pena capital
impuesta al homicida no es la aplicación de esta misma pena?
–“Prestad
atención! Andad con cuidado en este como en otras palabras suyas. Pena del
talión es la justicia de Dios; Él, solamente, puede aplicarla. Vosotros todos
la asumid cada momento, por cuanto sois penalizados según esta ley, en esta
vida, o en otra. Quien ha hecho sufrir a sus semejantes, le llegará un día en
que habrá de sufrir aquellos mismos dolores: es aquí el sentido de las palabras
de Jesús. Pero, él os ha dicho, también: Perdonad a vuestros enemigos. Y os ha
enseñado a orar a Dios para que os perdone vuestras culpas como vosotros la
habéis perdonado a otros”-.
38. Es la pena de desencarnación infligida en nombre de Dios?
-“Es
un delito que equivale a un homicidio. Quien, sustituyendo a Dios en la
justicia, inflige la pena capital, demuestra comprender muy poco a la
Divinidad, y de tener mucho que expiar. Rendirá estrictas cuentas de ello”-.