Capítulo V
ESPÍRITUS
ESPÍRITUS
Autor: Allan
Kardec
Versión
castellana y comentarios exegéticos:
Giuseppe Isgró
Capítulo V de:
El Libro de Los Espíritus
Origen
y Naturaleza de los Espíritus. Mundo normal primitivo. Forma y Ubicuidad de los
Espíritus. Periespíritu. Diferentes órdenes de Espíritus. Escala Espiritual.
Evolución de los Espíritus. Ángeles y Demonios.
ORIGEN
Y NATURALEZA DE LOS ESPÍRITUS
1. Cómo
se pueden definir los Espíritus? (*)
-“Puede
decirse que los Espíritus son los seres inteligentes de la Creación. Ellos
pueblan el universo mas allá del mundo material”-.
2. Los
Espíritus son seres distintos de la Divinidad , o mas bien emanaciones o partes de
ella, y por lo tanto llamados hijos o criaturas de Dios?
-“Son
la obra de Dios así como una maquina es la obra del ser humano, que la hizo. Es
evidente que la maquina es la obra del hombre, pero ya no el ser humano.
Vosotros sabéis que, cuando el ser humano hace alguna cosa bella y útil, la
denomina su parto, su creación. Y bien, lo mismo puede decirse de Dios.
Nosotros somos criaturas o hijos de Él por ser su Obra”-.
3. Los
Espíritus han tenido un principio, o son ab
aeterno como Dios?
“Si los
Espíritus no hubiesen tenido un principio, serían iguales a Dios, mientras que
son creación suya sujetos a su
voluntad. Que Dios sea ab aeterno no
puede negarse; empero, cuando y como nos haya creado, no lo sabemos. Podéis
decir que no hemos tenido principio, si entendéis con esto que Dios siendo ab aeterno, ha debido siempre crear sin
interrupción; pero cuando y como cada uno de nosotros fue creado, os lo repito
una vez más, nadie lo sabe. Y esto, como decís, es un misterio”-.
4. Por
cuanto en el universo existen dos elementos generales, es decir, el inteligente
y el material, podría decirse que los Espíritus estén formados de aquel, como
los cuerpos inertes, de éste?
-“Evidentemente
los Espíritus son la individualización del principio inteligente, como los
cuerpos inertes la individualización del principio material; pero de esta
formación ignoramos el tiempo y el modo”-.
COMENTARIO EXEGÉTICO GIC: Ambos elementos son la expresión de la
misma esencia en sus diversas vertientes, al igual que la moneda tiene dos
caras, la energía dos polaridades, y, todo, en la naturaleza, es la
manifestación de la ley de la dualidad. Energía y materia son la misma cosa en
estados diferentes. Si hay materia es porque un Espíritu elemental vibró en una
frecuencia determinada y la condensó, por eso tenemos el elemento hierro, el
oro, la plata, el oxígeno, etcétera. El uno es el actor inteligente y el otro
la manifestación para fungir de vehículo en la dimensión física, como soporte de
“la vida orgánica e inorgánica”, en cada planeta.
Los Espíritus elementales, los de los vegetales y los de los
animales, junto con los de los humanos, conforman un todo que se expresa en
tres dimensiones:
I. La
Espiritual , como esencia de la
Divinidad.
II. La anímica, en el Alma Universal, en
donde la Divinidad
se individualiza, sin separarse del Todo y sin dejar de ser el Todo, en los en
los Espíritus de los cuatro reinos naturales: humano, animal, vegetal y
mineral.
III. Y, la dimensión física, o plataforma
estructurada por la manifestación de los Espíritus elementales de la
naturaleza, que condensan la materia a partir de la energía existente ab
aeterno, en todo el universo, pasando de un estado a otro, y viceversa, en
ciclos alternos y continuos.
Por lo cual, podríamos decir que existen las siguientes
vertientes:
A.
La Divinidad.
B.
Los
Espíritus individualizados en el Alma Universal a partir de la Divinidad , en los cuatro
reinos naturales; el Alma Universal que conforma la dimensión espiritual
propiamente dicha, y en la que se individualizan y actúan los Espíritus,
emancipados de la materia.
C.
La
Energía
Universal , que llena todo el universo.
D.
La
dimensión física, conformada por los mundos, las diversidades de la materia, y
los seres encarnados en los cuatros reinos naturales, (incluyendo el mineral),
que se encuentran en ellos, cuya composición física manifiestan los Espíritus
elementales de la naturaleza a partir de la energía.
Este es un tema para meditar y desarrollarlo de forma conjunta por
un gran número de estudiosos; lo cual requerirá algunos milenios de análisis,
antes de complementarlo, dada su profundidad, pero, vale la pena comenzar a
hacerlo ya. El maestro Allan Kardec dio el primer paso anteponiendo preguntas
inteligentes que denotan su profunda agudeza en la percepción de la realidad
universal; emulemos su ejemplo en la búsqueda de respuestas, asumiendo el
reto).
5. La
creación de los Espíritus es permanente, o no tuvo lugar mas que en los
orígenes de los tiempos?
-“Es
permanentes: Dios no ha cesado de crear”-.
6. Los
Espíritus se forman espontáneamente, o proceden los unos de los otros?
-“Dios los
crea, como todas las criaturas, con su voluntad; pero, repito, su origen es un
misterio”-.
COMENTARIO EXEGÉTICO GIC: Cómo emanan los seres, del Creador Universal?
En primer lugar, el Creador Universal estaría formado por dos partes
esenciales:
a)
El Espíritu
Universal, único, ENERGÍA comparable, si pudiésemos verle con la visión
espiritual, a un FUEGO CÓSMICO en constante movimiento, o, a una luz como un
fuego dorado, color equivalente al de la miel de abeja pura.
b)
El Alma
Universal: Podríamos definirle como el vehículo o cuerpo universal, del cual
emana cada Espíritu a la conciencia individual, en los cuatro reinos naturales,
de la siguiente manera:
·
Cada vez que
el Creador Universal desea otorgar vida individual a un nuevo ser, en los
cuatro reinos naturales, el Espíritu del Creador Universal se une a esa alma
individual que se encuentra inserta en el Alma Universal, -equivalente a una
célula creadora- adquiriendo, a partir de ese momento, vida individual, eterna
e inmortal, con todos los atributos divinos del Creador Universal, por cuanto
es el mismo Creador Universal encarnado en esa alma individual e
individualizado, sin separarse de la Totalidad del Ser Universal, siendo UNO con Él,
indisoluble, Él –mismo- diferenciado en una UNIDAD del Alma Universal. Es el
equivalente a la ENCARNACIÓN DIVINA ,
en todo el sentido de la palabra. Y cada Espíritu constituye una encarnación de
la Divinidad
en un alma individual que será su vehículo eterno individualizado y
diferenciado, con libre albedrío y autonomía, sujeto a los parámetros de las
leyes divinas, valores universales o atributos divinos.
·
Es un proceso
de ENCARNACIÓN DIVINA continúo y eterno, en forma gradual, de acuerdo a las
necesidades de la Creación
y la expansión universal.
·
Esa alma
individual en la cual se ha encarnado el Espíritu Universal,
individualizándose, es como una célula creadora en el cuerpo humano, comparable
a un espermatozoide etérico o espiritual, después de cuya unión de Dios con esa
célula, emana a la conciencia individual el NUEVO SER individualizado.
·
El lugar del
cual emana a la vida individualizada, esa alma individual, por la encarnación
de la Divinidad
como Espíritu personalizado, constituirá el espacio cósmico de cada ser en el
Ser Universal, con el cual estará indefectiblemente unido con un hilo fluídico
elástico, análogo al hilo de plata,
fluídico y elástico, que constituye el alma,-peri-espíritu-, que une el
Espíritu con el Cuerpo.
·
Gran número de
doctrinas y personajes lúcidos de diferentes épocas han expresado, en algún
grado, y en diversas formas, esta verdad,
sin entrar en detalles, lo que, en síntesis, se refleja en lo antes
expuesto; empero, la reseña que antecede permite formarse una idea clara de
cómo se lleva a cabo el proceso con exactitud.
·
Quedaría una
pregunta digna de meditación: El proceso de emanación a la conciencia
individual, de acuerdo a la reseña que antecede, se realiza paralelamente y en
forma diferencial, en cada uno de los seres de los cuatro reinos naturales, o
en un solo ser individualizado a partir del cual va evolucionando, a nivel
espiritual, -no físicamente- pasando de una especie a otra, de un reino a otro,
por etapas, hasta ocupar el nivel humano?
·
Nuestra
percepción personal indica un solo e idéntico proceso de la encarnación de la Divinidad en un ser
individual diferenciado.
·
Cada reino
natural posee Espíritu, alma y cuerpo, en un proceso idéntico.
·
Aquí caben dos
preguntas: 1) En los mundos muy avanzados, existen minerales, plantas y
animales? 2) Sus Espíritus son los mismos que formaron parte de aquellos mundos
primitivos e intermedios por los cuales pasaron las humanidades muy
evolucionadas?
·
Si estas preguntas tienen respuestas
afirmativas, es decir, que: los Espíritus de los minerales, de los vegetales y
de los animales que conforman los mundos muy evolucionados y que acompañan a
las humanidades que los pueblan, han evolucionado paralelamente, y les han
acompañados en el proceso evolutivo, hasta esta etapa superior, conservando su
respectivo rango de mineral, vegetal o animal,
entonces, la respuesta correcta a la pregunta formulada sobre el proceso
de la encarnación de la
Divinidad a nivel del alma individualizada, sería la de que, la Divinidad ,
siendo la misma, se encarna en cada reino natural individualizando el Espíritu
respectivo y diferenciado de cada especie.
·
Si el Espíritu
humano debiese pasar por los procesos de transformación evolutiva, a nivel
espiritual, por todas las variantes minerales, vegetales y animales, sería un
proceso demasiado largo. Por lo menos, a nivel del planeta tierra, y de los
mundos superiores en progreso al de nuestro planeta, el ser humano, desde su
primera existencia, en la tierra, siempre ha sido humano. Esto se deduce
claramente de la respuesta que obtiene, Allan Kardec, a la pregunta Nº 172 de
El Libro de los Espíritus. Este tema, apasionante de por sí, amerita mayores
análisis y meditaciones para dejarlo zanjado.
7. Es
exacto decir que los Espíritus son inmateriales?
-“Como definir
una cosa, si faltan los términos de comparación, y con un lenguaje
insuficiente? Sería como si un ciego de nacimiento quisiera definir la luz. El
vocablo inmaterial es inapropiado; la palabra incorpóreo sería más exacta, por
cuanto debéis comprender que el Espíritu, siendo una criatura, debe por lo
tanto ser alguna cosa: él es la quintaesencia de la materia, sin analogía con
aquella que vosotros entendéis por materia, y de tal manera etérea que escapa a
la percepción de vuestros sentidos”-.
Con frecuencia decimos que los Espíritus son inmateriales, porque
su esencia difiere de todo lo que nosotros conocemos bajo el nombre de materia.
Un pueblo ciego no tendría vocablos idóneos para referir la luz y sus efectos.
El ciego de nacimiento cree de tener todas las sensaciones con el oído, el
olfato, el gusto y el tacto y no comprende las ideas que requerirían el sentido
que le falta. Ahora nosotros, con respeto a la esencia de los seres
sobrehumanos, somos verdaderos ciegos, y no podemos definirla más que por medio
de la comparación siempre imperfecta, o a través de un esfuerzo de nuestra
imaginación.
8. Los
Espíritus están sujetos a la muerte? Comprendemos que el principio del cual
emanan es eterno; empero, preguntamos si su individualidad tiene un término, y
si, en un tiempo más o menos largo, el elemento del cual están formados, se
disuelve o regresa a la masa común, al igual que en los cuerpos materiales. Es
difícil comprender como una cosa que tuvo un principio pueda tener un fin.
-“Muchas son
las cosas que no comprendéis, por vuestra limitada inteligencia; pero esta no
es un buena razón para negarlas. El niño no comprende todo lo que puede su
padre, ni el ignorante en el mismo grado en que lo hace el docto. Nosotros os
decimos que la existencia de los Espíritus no tiene fin, y por ahora no podemos
decir más”-.
MUNDO NORMAL
PRIMITIVO
9. Los
Espíritus constituyen un mundo aparte diferente de aquel que vemos?
-“Sí, el mundo
de los Espíritus o de las Inteligencias incorpóreas”-.
10. Cuál
de los dos mundos, el espiritual o el corpóreo, es el principal en el orden de
las cosas?
-“El mundo
espiritual; porque ha preexistido, y sobrevive a todo”-.
11. Podría
el mundo corpóreo cesar de existir, o no haber existido nunca, sin alterar la
esencia del mundo espiritual?
-“Sí, por
cuanto son independientes el uno del otro; pero no por eso sus relaciones son
continúas, sin embargo, reaccionan continuamente el uno sobre el otro”-.
12. Los
Espíritus ocupan en el espacio una región determinada o circunscrita?
-“Los
Espíritus están por todas partes, y siendo infinitos, en número, pueblan los
espacios infinitos. Los hay, continuamente, alrededor de vosotros, quienes os
observan, actuando sobre vosotros sin que os percatéis de ello, por cuanto son
una de las potencias de la naturaleza, los instrumentos de los cuales se sirve
Dios para el cumplimiento de sus designios; pero, no todos van por todas
partes, por cuanto existen regiones determinadas para los Espíritus
inferiores”-.
FORMA Y
UBICUIDAD DE LOS ESPÍRITUS
13. Los
Espíritus tienen una forma determinada, limitada y constante?
–“A vuestros
ojos no; a los nuestros sí. Esta forma es, por así decir, una flama, un rayo,
una chispa etérea”-.
-Esta flama o
chispa tiene algún color?
-“Para
vosotros ella variaría de la sombra al brillo del rubí, según la menor o mayor
pureza del Espíritu. Con frecuencia se representan los genios con una flama o
una estela en la frente, alegoría que recuerda la naturaleza esencial de los
Espíritus. Esta flama se suele poner en la parte superior de la cabeza, por
cuanto ahí reside la sede de la inteligencia”-.
14. Los
Espíritus emplean algún tiempo en desplazarse por el espacio?
–“Sí, pero es
tan rápido y breve, como el pensamiento”-.
-El
pensamiento no es el Espíritu mismo que se desplaza de un lugar a otro?
-“Por cuanto
el pensamiento se reside en algún lugar, allí se encuentra, también, el
Espíritu, dado que quien piensa es el Espíritu: el pensamiento es un
atributo”-.
15. Siente,
el Espíritu, cuando se desplaza de un lugar a otro, que está recorriendo un
trayecto y atravesando los espacios, o
se transfiere instantáneamente a voluntad?
-“Según los
casos: el Espíritu, a voluntad, puede muy bien tener o no el sentimiento de la
distancia que recorre, es decir, depende, por un lado, de su voluntad, y, por
el otro, de su naturaleza más o menos purificada”-.
16. La
materia es un obstáculo a los Espíritus?
-“No, por
cuanto penetran todo: el aire, la tierra, las aguas y el mismo fuego, son para
ellos igualmente accesibles”-.
17. Los
Espíritus tienen el don de la ubicuidad? En otros términos: puede el mismo Espíritu
dividirse y estar en varios lugares a un mismo tiempo?
–“No; pero,
cada Espíritu es un centro, que irradia en diversas direcciones, por lo cual
pareciera que se encuentra en varios lugares al mismo tiempo. Ved, el sol es
uno, pero irradia todo alrededor y envía sus rayos muy lejos, sin dividirse en
varias partes”-.
-Irradian
todos los Espíritus con la misma potencia?
-“Es evidente
que no, por cuanto ésta depende del grado de su respectiva pureza”-.
Cada Espíritu es una unidad indivisible; pero puede extender su
pensamiento en diversas direcciones al mismo tiempo. En esto solo consiste la
facultad de la ubicuidad atribuida a los Espíritus. De esta manera es un cuerpo
luminoso que envía lejos sus rayos y puede ser visto desde todos los puntos del
horizonte; así un ser humano. Que, sin cambiar de sitio y sin dividirse, puede
transmitir órdenes, señales y movimientos en diversos lugares.
PERIESPÍRITU
18. El
Espíritu propiamente dicho está despojado de toda envoltura o se encuentra
envuelto en alguna sustancia?
-“Se encuentra
envuelto en una sustancia vaporosa para vosotros, y para nosotros, todavía,
rudimentaria, empero, aún bastante sutil, para que pueda elevarse en la
atmósfera y transferirse a donde le plazca”-.
Como el germen de un fruto se encuentra circundado por el periespermo, así el Espíritu propiamente dicho se encuentra
revestido por una envoltura, que por analogía puede denominarse periespíritu.
19. De
dónde toma el Espiritual envoltura semi-material?
-“Del fluido
universal de cada planeta. Por lo cual éste no es el mismo en todos los mundos:
en el pasar de un mundo a otro, el Espíritu cambia la envoltura como vosotros
cambiáis de vestido”-.
Entonces,
cuándo los Espíritus, que habitan en mundos superiores, vienen entre nosotros,
toman un periespíritu más material?
-“Por
supuesto, por cuanto, como ya os hemos dicho, deben revestir vuestra materia”-.
20. La
envoltura semi-material del Espíritu toma formas determinadas, y puede ser
visible?
-“Sí, a
voluntad de los Espíritus: es por esto que alguna vez os aparecen en los
sueños, o en la vigilia, y toman formas, además de visibles, palpables”-.
VARIOS ORDÉNES
DE ESPÍRITUS
21. Los
Espíritus son todos iguales, o existe entre ellos alguna jerarquía?
-“Los hay de
diferentes ordenes, de acuerdo al grado de perfección al cual han llegado”-.
22. Estos
ordenes o grado de perfección entre los Espíritus son en número determinado?
-“No, por
cuanto no le separa un confín preciso trazado a modo de barrera, por lo cual
estas divisiones se pueden alargar o restringir a voluntad. Todavía, considerando
los caracteres generales, estos ordenes se pueden reducir a tres. Aquellos del
primer orden han alcanzado la perfección, y son los Espíritus puros; aquellos
del segundo han llegado a la mitad de la escala, y tienen como móvil el deseo
del bien; aquellos del tercero se encuentran todavía abajo: Espíritus
imperfectos, tienen por carácter la ignorancia, el deseo del mal y todas las
malas pasiones, que retardan el avance evolutivo”-.
23. Los
Espíritus del segundo orden tienen solamente el deseo del bien, o también el
poder de hacerlo?
-“Este poder
lo adquieren según el grado de su perfeccionamiento, por cuanto algunos tienen
la ciencia, otros la sabiduría y la bondad, empero, todos deben, todavía, pasar
por otras pruebas”-.
24. Los
Espíritus del tercer orden son todos esencialmente malos?
-“No; algunos
no hacen ni bien ni mal, otros, en cambio, se complacen en el mal, y encuentran
satisfacción cuando encuentran el modo de hacerlo. Se agregan los Espíritus
ligeros, o duendes, más turbulentos que malos, quienes pecan más bien de
malicia que de maldad, y se complacen en mistificar, y causar pequeñas
contrariedades, de las cuales ellos se ríen”-.
ESCALA
ESPIRITA
25. OBSERVACIONES
PRELIMINARES: La clasificación de los Espíritus está fundada sobre el grado de
su progreso, sobre los privilegios que han adquirido, y sobre las
imperfecciones, de las cuales deben, todavía, liberarse. Esa, por otra parte,
no es absoluta: cada categoría presenta, sí, un carácter decisivo en el
conjunto, empero, de un grado a otro el tránsito es insensible, y en sus
límites la gradación desaparece como en los reinos de la naturaleza, al igual
que en los colores del arco iris, o bien, si se quiere, como en los diferentes
períodos de la vida del ser humano. Se puede, por lo cual, formar un mayor o
menor número de clases, según el modo en que se considera la cuestión. Ocurre
en esto como en todos los sistemas de clasificaciones científicas, que pueden
estar más o menos completos, más o menos racionales, más o menos cómodas para
el intelecto; pero, sean como fueren, no cambian para nada el fondo de la
ciencia. Por lo cual, los Espíritus, interrogados sobre el argumento, han
podido disentir sin error en el número de las categorías. Otros han querido
hacerse un arma de estas pretendidas discrepancia, sin reflexionar que ellos
non dan ninguna importancia a nada de lo que sea convencional; por cuanto, para
ellos el pensamiento es todo, dejando para nosotros la forma, la elección de
los términos, las clasificaciones, en una palabra, los sistemas.
Se atienda,
por otra parte, a recordar, siempre, que, entre los Espíritus, como entre los
seres humanos, los hay en elevado número ignorantes, por cuanto los hechos
demuestran que nada es más falso que el creer que todos los Espíritus, por ser
tales, deben saberlo todo. Cada clasificación requiere método, análisis y
perfecto conocimiento de cada cosa. Ahora bien, en la dimensión espiritual,
aquellos que tienen conocimientos limitados, son, al igual que en la física,
los ignorantes, inhábiles para realizar una interrelación, establecer un
sistema: no conociendo ellos clasificaciones, o comprendiéndolas solo
imperfectamente, reputan de primer orden a todos los Espíritus superiores a
ellos, sin poder evaluar las gradaciones de sapiencia, de energía y de
moralidad que le distinguen, como entre nosotros los salvajes se diferencian de
los seres civilizados. Empero, también, aquellos mismos que son capaces pueden
variar en los particulares según su percepción, por cuanto se trata de una
división, que nos es absoluta. Linneo, Jussien y Tournefort, han desarrollado,
cada uno, su propio método, y la botánica no ha cambiado por esto, por cuanto
no inventaron ni las plantas ni sus caracteres, en cambio, observaron sus
afinidades, y, en razón de éstas formaron los grupos o las clases. De la misma
manera hemos hecho nosotros: no hemos inventado ni los Espíritus, ni sus
cualidades; pero, los hemos observado y juzgado por sus palabras y actos, y
después clasificados por su afinidad, según los datos que ellos mismos han
proporcionado.
Los Espíritus
admiten, generalmente, tres categorías principales o grandes divisiones. En la
última, es decir, en el último peldaño de la escala, se encuentran los
Espíritus imperfectos, caracterizados por el predominio de la materia sobre el
espíritu y la propensión al mal.
Aquellos de l segunda, Espíritus buenos, tienen por carácter el
predominio del espíritu sobre la materia y el deseo del bien. La primera, en
fin, comprende los Espíritus puros, que han alcanzado el sumo grado de
perfección.
Esta división
nos parece perfectamente racional y con caracteres bien delineados por un
suficiente número de subdivisiones, y la hemos hecho con la ayuda de los
Espíritus mismos, cuyas benévolas instrucciones jamás nos han faltado.
Con este
cuadro será fácil determinar el orden y el grado de superioridad o de
inferioridad de los Espíritus, con los cuales comunicarse, y en consecuencia,
el grado de confianza y estima, que merecen. Es ésta, en cierto modo, la llave
de la ciencia espirita, por cuanto no sabrá jamás rendirse cuenta de las
anomalías, que presentan las comunicaciones con los Espíritus, quien no aprende
a conocer las disparidades intelectuales y morales. Es útil, por otra parte,
advertir, que no siempre los Espíritus pertenecen a la tal o cual otra clase,
por cuanto su progreso va cumpliéndose grado a grado, y con frecuencia más en
un sentido que en otro. Ellos, por lo tanto, pueden reunir en sí los caracteres
de más categorías, lo cual se puede, fácilmente, reconocer por su lenguaje y
por sus actos.
Ellos tienen
la intuición de Dios, pero no lo comprenden.
No son todos
esencialmente malos: en algunos existe más ligereza, incongruencia y malicia que verdadera maldad. Los unos no
hacen ni bien ni mal, empero, ya con solo no practicar el bien demuestran la
propia bajeza; los otros, en cambio, *disfrutan del mal, y gozan, cuando
encuentran el modo de hacerlo.
TERCER ORDEN: ESPÍRITUS IMPERFECTOS
26. CARACTERES
GENERALES. Los caracteres generales de estos Espíritus son: el predominio de la
materia sobre el espíritu, la propensión al mal, la ignorancia, el orgullo, el
egoísmo, y todas las malas pasiones, que resultan como consecuencia.
Pueden
acoplar la inteligencia con la perversidad o con la malicia; pero, cualquiera
que sea el desarrollo intelectual, sus ideas son poco elevadas, y más o menos
inferiores sus sentimientos.
Sus
cogniciones en torno a las cosas del mundo espiritual son limitadas, y lo poco
que saben, se confunde con las ideas y los prejuicios de la vida corpórea. En
consecuencia, no nos pueden dar más que nociones falsas e incompletas; empero,
el observador atento encuentra, frecuentemente, en sus comunicaciones, aunque
imperfectas, la confirmación de las verdades enseñadas por los Espíritus
superiores.
Su
carácter se revela en su lenguaje. Cada Espíritu en cuyas comunicaciones se
filtra un mal pensamiento debe ser clasificado en el tercer orden, y, por
consiguiente, cada pensamiento negativo que sugiera el mal, proviene de un
Espíritu perteneciente a este orden.
Ven la
felicidad de los buenos, y tal panorama es para ellos un continúo tormento, por
cuanto experimentan todas las angustias que pueden nacer de la envidia y del
celo.
Conservan
el recuerdo y la sensación de los sufrimientos de la vida corpórea, y esta
impresión resulta para ellos mucho más penosa de la realidad. Sufren,
realmente, tanto por los males que han realizado ellos mismos, como por
aquellos que han hecho realizar a otros, y, debido a que sufren largo tiempo,
llegan a creer que han de sufrir eternamente. Dios, para castigarlos, lo desea
así.
27.
CLASE DÉCIMA: Espíritus impuros. Los Espíritus impuros están inclinados al mal,
haciendo de ello el objeto de sus ocupaciones. Dan pérfidos consejos, esparcen
la discordia y la desconfianza, y se ponen cualquier mascara para engañar
mejor. Se atacan a los caracteres débiles y tales de ceder a sus sugestiones,
con el fin de perderlos, contentos, si pueden, al menos, retardarle el
progreso, haciéndole sucumbir en las pruebas a las cuales deber someterse.
En las
manifestaciones se reconocen por el lenguaje: la trivialidad y lo rudimentario
de las expresiones, en los Espíritus como en los seres humanos, son siempre
indicio de inferioridad moral, si no intelectual. Sus comunicaciones permiten
conocer la bajeza de las tendencias, y, si, también, desean inducir en error
afectando maneras sabias, no rigen, a la larga, sin dejar caer la mascara y
mostrarse cual son en realidad.
Algunos
pueblos han hecho de ellos divinidades maléficas; otros los llaman con nombres
de demonios, genios perversos, Espíritus del mal.
Durante su
encarnación, ellos están dedicados a todos los vicios que suelen generar las
pasiones viles y depravadas, como la sensualidad, la crueldad, el astucia, la
hipocresía, la codicia y la sórdida avaricia. Hacen el mal por el placer de
hacerlo, las más de las veces sin motivo, y, porque odian el bien, eligen casi
siempre sus victimas entre las personas honestas. Son verdaderos flagelos de la
humanidad, a cualquier grado social al cual pertenezcan, y la vestidura de la
civilización no le salva del oprobio y de la ignominia.
28.
CLASE NOVENA: Espíritus ligeros. Estos Espíritus son ignorantes, malignos,
caprichosos y embusteros. Se inmiscuyen en todo, y responden a todo, sin
importarle la verdad. Se complacen en contrariar, en procurar mezquinas
satisfacciones, en azuzar a litigios, en inducir maliciosamente al error con
engaño y actos de viveza. A esta clase pertenecen los Espíritus que el vulgo
llama duendes. Se encuentran bajo la dependencia de los Espíritus superiores,
de quienes se sirven con frecuencia, al igual que lo hacemos nosotros con los
subalternos.
En la
comunicación con los seres encarnados su lenguaje, algunas veces expresa
pensamientos humoroso y chistoso, pero, casi siempre sin profundidad: toman el
lado ridículo de las cosas, exponiéndolo con palabras satíricas y mordaces; con
frecuencia se esconden bajo falsos nombres, empero, más por malicia que por
maldad.
29.
CLASE OCTAVA: Espíritus pseudo-sabios.
Los Espíritus de esta categoría tienen, en verdad, conocimientos muy extensos,
empero, presumen de saber más de lo que realmente saben. Dado su progreso,
hablan con cierta gravedad, lo cual puede traer a cierto engaño en relación a
su sapiencia, la cual a lo sumo se reduce a un conjunto de prejuicios y de
ideas sistemáticas sobre la vida
terrestre, y en un conjunto de alguna verdad con los errores más
absurdos, entre los cuales afloran la presunción, el orgullo y la obstinación,
de las cuales no se han podido despojar.
30.
CLASE SÉPTIMA: Espíritus indiferentes.
Estos Espíritus no son ni suficientemente buenos para hacer el bien, ni tan
malos para hacer el mal: oscilan entre, en un dado momento hacia el bien y en
otro, hacía la polaridad opuesta. Permanecen a nivel de la vulgar humanidad
tanto por su moral como por su inteligencia, conservando el apego a las cosas
de este mundo, cuyos groseros placeres vividos añoran.
31.
CLASE SEXTA: Espíritus golpeadores y
perturbadores. Estos Espíritus no forman, propiamente hablando, una clase en sí
misma por sus cualidades personales, por cuanto de tal genero los hay en todas
las clases del tercer orden. Frecuentemente manifiestan su presencia con
efectos sensibles y físicos, como golpes, movimientos, desplazamientos
anormales de cuerpos sólidos, y otras señales análogas. Parece que, estando
apegados más que los demás a la materia, sean los agentes principales de las
vicisitudes elementares del planeta, operando sobre el aire, el agua, el fuego,
los cuerpos duros, y también en las vísceras de la tierra. Está claro que estos
fenómenos, cuando tienen un carácter intencional e inteligente, no son debido a
una causa fortuita o física. Todos los Espíritus pueden producir fenómenos
similares; pero, comúnmente los realizan los de nivel inferior, quienes son más
sensibles a las cosas materiales. De éstos se sirven los Espíritus elevados
cuando estiman que manifestaciones de ésta índole pueden aportar alguna
utilidad.
SECUNDO ORDEN:
Espíritus buenos
32. CARACTERES
GENERALES. Las características generales de los Espíritus buenos, son: el
predominio del espíritu sobre la materia y el deseo del bien. Sus cualidades y
poder para realizar el bien son una consecuencia directa de su grado de
perfeccionamiento: unos poseen la ciencia, los otros la sabiduría y la bondad.
Los de mayor progreso unen al saber las cualidades morales. Por cuanto aún no
se encuentran totalmente libres de las afecciones materiales, conservan más o
menos, según el propio grado, los efectos de la existencia corpórea, bien sea
en la forma del lenguaje, como en las costumbres, observándose, aún, restos de
alguna pasión. Si fuese de otra manera, serían perfectos.
Esta jerarquía
de Espíritus comprende bien a Dios y el infinito, y gozan ya la beatitud de los
buenos. Son felices en el bien que realizan y del mal que evitan que se
realice. El amor que los une es para ellos fuente de inefable felicidad, jamás
turbada ni por la envidia, ni por otros remordimientos, ni por alguna de las
malas pasiones que conforman el tormento de los Espíritus imperfectos: todos,
empero, deben soportar, aún, pruebas hasta que no hayan alcanzado la
perfección.
En el estado
de Espíritu suscitan pensamientos buenos y benévolos hacia el prójimo; no les
mueve ni el orgullo, ni el rencor, ni la envidia, ni los celos, y hacen el bien
por amor del bien.
A este orden
pertenecen los Espíritus que, comúnmente, se les denomina genios buenos, genios
protectores y Espíritus del bien. En los tiempos pasados, de superstición e
ignorancia, se hicieron de ellos un gran número de deidades benéficas.
Se pueden
dividir en cuatro los grupos principales:
33. CLASE
QUINTA: Espíritus benévolos. Predomina en ellos la bondad, y gozan prestando
servicios a los seres humanos y en protegerlos, empero, su saber es limitado:
su progreso es más de orden moral que intelectual.
34. CLASE
CUARTA: Espíritus doctos. Lo que distingue a estos Espíritus es la amplitud de
sus conocimientos. Se ocupan de cuestiones morales, empero, centran su interés
en la ciencia, para la cual están dotados en elevado grado, a la cual
consideran por el único lado de la verdadera utilidad, liberados de las
pasiones que caracterizan a los Espíritus de grados inferiores de perfección.
35. CLASE
TERCERA: Espíritus prudentes. Elevadísimas cualidades morales forman el
carácter distintivo de estos Espíritus. Sin tener conocimientos del todo
ilimitados, se encuentran dotados de una capacidad intelectual que le permite
formarse un sano juicio sobre los seres y las cosas.
36.
CLASE SEGUNDA: Espíritus superiores.
Estos Espíritus reúnen, conjuntamente, la ciencia, la sabiduría y la bondad. Su
lenguaje está lleno de benevolencia, reflejando, constantemente, dignidad y
elevación, alcanzando, con frecuencia, niveles de sublimidad. Su superioridad
les rinde aptos más que a los demás para aportarnos, dentro de los límites
asignados al humano saber, las más precisas nociones sobre las cosas del mundo
incorpóreo.
Se comunican
con buena disposición con aquellos que buscan desinteresadamente la verdad;
tienen el espíritu suficientemente libre de los lazos terrenos para
comprenderla; empero, se alejan de quienes se encuentran movidos por la sola
curiosidad, o limitados, por la influencia de la materia, de practicar el bien.
Cuando, por
excepción, encarnan en la tierra, es para cumplir una misión de progreso, ofreciendo,
entonces, el tipo de perfección a la cual puede aspirar, en la dimensión
física, la humanidad.
PRIMER ORDEN:
Espíritus puros
37. CARACTERÍSTICAS
GENERALES. Sobre estos Espíritus la materia no ejercita influencia alguna, y
tienen una absoluta superioridad intelectual y moral respecto a los Espíritus
de los demás órdenes.
38. Clase
primera y única. Los Espíritus de esta clase han recorrido todos los grados de
la escala espirita, y depuesto cada impureza de la materia. Por cuanto han
alcanzado el vértice de la perfección, de la cual pueden ser capaces los seres
humanos, no deben experimentar más prueban ni expiaciones. No estando más
sujetos a la reencarnación en cuerpos caducos, viven la vida eterna en el seno
de Dios. Disfrutan de una felicidad inalterable, por cuanto no están sometidos
más ni a las necesidades, ni a las vicisitudes de la vida material; pero, esta
felicidad no consiste en un ocio monótono desenvolviéndose en perpetua
contemplación. Son los mensajeros y ministros de Dios, de quien ejecutan las
órdenes para el mantenimiento de la armonía universal. Comandan a todos los
demás Espíritus, les ayudan a perfeccionarse y les asignan sus tareas. Asistir
a los seres humanos en sus afanes, estimularles a actuar bien y a expiar las
culpas que les mantienen alejados de la suprema felicidad, es para ellos la más
dulce de las ocupaciones. Algunas veces se le denomina con nombres de ángeles,
arcángeles o serafines.
COMENTARIO EXEGÉTICO GIC: Cuando se menciona que habiendo
alcanzado un determinado grado de progreso, los Espíritus no precisan pasar más
por pruebas ni expiaciones, y que vivirán, en eterno, en el seno de Dios, hay
que entender que, habiendo alcanzado el grado de Maestros de la Creación , a partir
entonces van a fungir de auténticos creadores en el desarrollo de nuevos
mundos, con libertad de creación, aunque siguiendo los planes trazados por el
Creador Universal. Es igual que la persona que se gradúa en la universidad y
que ha realizado los cursos de especializaciones y doctorado inherentes, que le
facultan a crear con cierto grado de independencia bajo la égida de su visión
cósmica. Sin dejar de ser un aprendiz eterno, el Espíritu pasa de la fase de
estudiante a la de maestro y creador independiente, dirigiendo determinada
parte de la gran obra. Pero, ya, se encuentra emancipado de esa fase evolutiva,
en la cual se encontraba depurando su ser de las impurezas que le inhibían
percibir la luz con plenitud y asumir la realización de una obra desde su
diseño hasta su ejecución final, y así ad infinitum. Antes era un ejecutante,
solamente; ahora: diseña, dirige y ejecuta, simultáneamente, y, algunas, veces,
en diversos mundos, paralelamente, en forma escalonada y continúa.
Los seres
humanos pueden ponerse en comunicación con ellos; empero, ciertamente, se
equivocaría quien pretendiese de tenerlos constantemente a su disposición.
EVOLUCIÓN DE
LOS ESPÍRITUS
39. Los
Espíritus son por su naturaleza buenos o malos, o, en cambio, se van mejorando
por su propia voluntad?
-“Son los
mismos Espíritus que se mejoran por sí mismos, y, mejorándose, pasan de un
orden al otro”-.
40. Los
Espíritus fueron creados una parte buenos y otra malos?
-“Dios ha
creado todos los Espíritus simples e ignorantes, es decir, sin ciencia alguna y
dio a cada uno un objetivo con la finalidad de iluminarle y hacer que sí
alcancen progresivamente la perfección por medio del conocimiento de la verdad,
que a Él siempre más le acerca. En el logro de esta perfección reside para
ellos la suprema y perfecta felicidad. Los Espíritus adquieren estos conocimientos
pasando por las pruebas que Dios les impone. Los unos las aceptan de buen grado
alcanzando con dedicación la meta; otros no las asumen que con desgano, por lo
cual, por propia culpa, quedan más largo tiempo alejados de la perfección y de
la felicidad prometida”-.
Podría decirse
que los Espíritus en su origen sean como los niños, ignorantes y sin
experiencia, y adquieren poco a poco los conocimientos que precisan,
recorriendo las varias fases de la vida?
-“La
comparación es exacta. El niño indómito queda ignorante e imperfecto, ya que,
cada uno progresa más o menos moralmente e intelectualmente, según su
docilidad; la diferencia consiste en que la vida del ser humano, como tal, en
la dimensión física, tiene un término, mientras que, la del Espíritu, se
extiende al infinito”-.
41. Existen
Espíritus que deben permanecer perpetuamente en los ordenes inferiores?
-“No; todos,
con el correr del tiempo, serán perfectos. Frecuentemente, su permanencia en
los ordenes inferiores dura largo tiempo, pero luego se transforman, por
cuanto, como hemos dicho antes, un padre justo y misericordioso no puede
mantener separados de sí, en eterno, a los propios hijos. Quisierais, por lo
tanto, que Dios, grande, bueno y justo como es fuese peor de lo que no sois
vosotros mismos?”-
42. Está
en la potestad de los Espíritus apresurar su progreso hacia la perfección?
-“Ciertamente
que sí: ellos la alcanzan más o menos rápido de acuerdo con sus deseos y de su
sumisión a la voluntad de Dios. El niño dócil, no se instruye, por cierto, más
solícitamente que el indómito?”
43. Los
Espíritus pueden degenerar?
-“No: mientras
van progresando, comprenden lo que les alejaba de la perfección. Cuando el
Espíritu ha cumplido una prueba, adquiere un aprendizaje y no lo olvida más.
Puede quedar estacionado, empero, no retrocede jamás”-.
44. No
habría podido Dios ahorrarle a los Espíritus las pruebas, a las cuales deben
someterse para alcanzar al grado supremo?
-“Si los
Espíritus hubiesen sido creados perfectos, no tendrían ningún derecho de gozar
los beneficios de la perfección. Dónde estaría el mérito sin la lucha? Por otra
parte, la desigualdad, que existe entre ellos, es necesaria a su personalidad;
por otra parte, el desempeño que ejecutan en estos diferentes grados se
encuentra en los designios de la
Providencia para la armonía del universo.
Por cuanto en la vida social, a todos los seres humanos le es dado
de alcanzar las funciones más elevadas, razonando de este modo cabría la
pregunta de por qué el soberano de un país no hace un general de cada uno de
sus soldados; por qué todos los empleados subalternos no vienen ascendidos en
superiores; por qué todos los alumnos no son, en forma inmediata, nombrados
maestros. Ahora bien, la diferencia entre la vida social y la vida espirita
reside en esto: la primera es limitada, por lo cual no permite siempre de
ascender todos los grados, mientras la segunda es infinita, y deja a todos la
posibilidad de llegar a los supremos grados.
45. Para
alcanzar la bondad los Espíritus deben pasar todos por la experiencia del mal?
-“No por la
experiencia del mal, pero sí por la de la ignorancia”-.
46. Por
qué algunos Espíritus han seguido la vía del bien, y otros, la del mal?
-“No tienen
ellos el libre albedrío? Dios ha creado a los Espíritus no malos, sino simples
e ignorantes, es decir, con iguales aptitudes para el bien y para el mal. Los
malos, los son por propia voluntad.
47. Por
qué, en los orígenes, cuando todavía no tienen consciencia de sí mismos, los
Espíritus pueden tener libertad de elección entre el bien y el mal? Existe, en
ellos, un principio, alguna tendencia, le les lleve a uno u otro?
-“El libre
albedrío se desenvuelve a medida que el Espíritu adquiere consciencia de sí
mismo. No existiría más libertad si la elección fuese solicitada por una causa
independientemente de la voluntad del Espíritu. La causa no está en él, sino
fuera de él, en las influencias a las cuales cede en virtud del libre querer.
Esta es la gran alegoría de la caída del ser humano y del pecado original: los
unos han cedido, los otros han resistido a la tentación”-.
De dónde les
vienen al Espíritu estas influencias externas?
-“De los
Espíritus imperfectos, quienes buscan de adueñarse de él y de dominarle, y se
alegran todas las veces que logran hacerle sucumbir. Esto es lo que han querido
representar con la figura de Satanás”-.
El Espíritu
está sujeto a esta influencia solo en sus orígenes?
-“No; esta
dura hasta que él no haya adquirido tal dominio de sí mismo, que disuada a los
malos Espíritus en su esperanza de lograrlo”-.
48. Por
qué ha permitido Dios a los Espíritus de poder seguir la vía del mal?
-“Cómo
osaríais vosotros de pedir cuentas a Dios de sus actos? Creeríais vosotros de
poder escrutar sus designios? Dios, sumamente sabio, deja a cada uno la
libertad de elegir, para que tenga el mérito de sus obras”-.
49. Por cuánto
algunos Espíritus siguen desde el principio la vía del bien absoluto, y otros
la del mal absoluto, existen grados intermedios entre estos dos extremos?
-“Ciertamente;
y éstos constituyen la mayor parte”-.
50. Los
Espíritus que han seguido la vía del mal, podrán alcanzar el mismo grado de
espiritualidad de los otros?
-“Si; pero las
eternidades serán para ellos más largas”-.
Con este plural las eternidades se expresa la idea que tienen los Espíritus
inferiores de la perpetuidad de los propios sufrimientos, por cuanto no le es
dado a ellos de ver el término, y porque esta idea se renueva en cada prueba en
la cual sucumben.
51. Los
Espíritus, llegados al grado supremo después de haber pasado por el camino del
mal, tienen menor mérito que los demás a los ojos de Dios?
-“Dios observa
tanto a los unos como a los otros con los mismos ojos, y los ama a todos con el
mismo amor. Unos se denominan malvados, solamente porque cayeron en culpa; en
el origen no eran más que Espíritus simples”-.
52. Los
Espíritus fueron creados todos iguales respecto a las facultades intelectuales?
-“Iguales;
empero, por cuanto desconocen de donde vienen, es preciso que el libre albedrío
siga su propio curso. Ellos progresan más o menos rápidamente en inteligencia
como en moralidad”-.
Los Espíritus, que recorren desde el principio la vía del bien, no
son ya perfectos por esto, ya que, si no tienen malas tendencias, deben,
todavía, adquirir la experiencia y las cogniciones necesarias a la obtención de
la perfección.
Podemos compararlos con los niños, quienes, aunque sean
naturalmente buenos, tienen necesidad de desenvolverse, de instruirse, pasando
por diversas transiciones desde la infancia a la edad madura.
Como hay seres humanos que son buenos, y otros que son malos desde
la infancia, de esta manera existen Espíritus que son buenos o malos desde el
inicio, pero, con la diferencia capital de que el niño tiene instintos ya
formados, mientras el Espíritu en su origen no es ni malo ni bueno: poseyendo
todas las tendencias, él, posteriormente, sigue una u otra dirección de acuerdo
a su libre albedrío.
ANGELES Y
DEMONIOS
53. Los
seres que nosotros llamamos ángeles, arcángeles, serafines, y similares, forman
una categoría especial de naturaleza diferente de los demás Espíritus?
-“No, son los
Espíritus puros, es decir, aquellos que alcanzaron lo máximo de la escala, y
reúnen en sí todas las perfecciones”-.
El vocablo ángel despierta, generalmente, la idea de la perfección
moral; empero, frecuentemente, se aplica, también, a todos los seres
extrahumanos, sean ellos buenos o malos. Por lo cual, se acostumbra decir:
ángel bueno, ángel malo, ángel de la luz y ángel de las tinieblas; en cuyo caso
la palabra ángel es sinónimo de Espíritu o genio. Nosotros, aquí, la tomamos en
su significado bueno.
54. Los
ángeles, entonces, han recorrido, ya, todos los grados?
-“Sí; los unos
por cuanto han aceptado su misión sin murmurar, han llegado a la perfección más
temprano; los demás, han empleado un tiempo más o menos largo”-.
55. Si la
opinión, según la cual algunos seres fueron creados perfectos y superiores a
todos los demás, es falaz, cómo es que ella se encuentra en la tradición de
casi todos los pueblos?
-“Por
cuanto vuestro mundo no es ab aeterno,
mucho antes de que él existiese otros Espíritus habían ya alcanzado el grado
supremo, los seres humano han llegado a creer que en él fueron creados”-.
56. Existen
demonios en el significado común de esta palabra?
-“Si
existiesen, serían obra de Dios, y, sería Dios justo y bueno si hubiese creado
seres destinados eternamente al mal e infelices? Demonios, cuando así los
queréis denominar, los hay, pero se encuentran en vuestro mundo inferior o en
otros semejantes, y son los hipócritas, que hacen de un Dios justo un Dios
malvado y vengativo, creyendo que las abominaciones que ellos cometen en su nombre
puedan serle a Él de su agrado”-.
La palabra demonio, implica la idea de Espíritu malo solamente en
su significado moderno, por cuanto el vocablo griego daimon,
del cual ha derivado, significa genio,
inteligencia; es así como los antiguos llamaban a los seres incorpóreos, buenos
o malos que fuesen, sin hacer distinción.
Los demonios, según el significado común de la palabra, se suponen
que seres esencialmente maléficos, los cuales pero, como todas las cosas, serían criaturas de
Dios. Ahora, Dios, que es supremamente justo y bueno, no puede haber creado
seres predestinados al mal por su misma naturaleza y condenados por toda la
eternidad. Y si después se quisiese afirmar que no son obra de Dios, serían ab aeterno como Él, y de esta manera habrían no una, sino muchas potencias
suprema.
La primera condición de cada doctrina es la de ser lógica: ahora,
la de los demonios carece de esta condición esencial. Que en las creencias de
los pueblos bárbaros figuren los demonios, se entiende, y se explica fácilmente,
por cuanto, no conociendo ellos los atributos de Dios, admiten también las
divinidades maléficas; empero, cualquiera que considere la bondad como un
atributo por excelencia de Dios, no será nunca tan ilógico de suponer que Él
haya podido crear seres consagrados al mal y predestinados a hacerlo
perpetuamente; por cuanto sería querer negar su bondad. Los sostenedores de la
creencia en los demonios se apoyan en las palabras de Jesús; no es cierto que
nosotros pondremos en duda la autoridad de su enseñanza, que, más bien,
quisiéramos verlo grabado en lo más íntimo, más que en la boca, de todos los
seres humanos; empero, están ellos seguros del significado que él le daba a la
palabra demonio? No sabemos, quizá, que su forma alegórica es uno de los
caracteres distintivo de su lenguaje? Se deberá, por lo tanto, tomar a la letra
todo cuanto se encierra en el Evangelio? Sirva, por ejemplo, solamente el
pasaje siguiente: -“Enseguida, después de estos días de aflicción el sol se
oscurecerá, y la luna no reflejará más luz, y las estrellas caerán del
firmamento, y las potencias del cielo serán removidas. En verdad os digo: la
presente generación no pasará antes de que estas cosas hayan ocurrido”-.
Referente a la creación y el movimiento de la tierra hemos visto
que la forma del testo bíblico es, frecuentemente, contradictorio. No puede
ocurrir lo mismo en algunas figuras empleadas por Jesús, quien debía hablar
adaptándose a los tiempos y a los lugares? Jesús no pudo decir falsedades; por
lo cual, si en sus palabras se encuentran cosas que parecieran ofender a la
razón, esto acontece porque nosotros no las comprendemos, o las interpretamos
erróneamente.
Los seres humanos han hecho en relación a los demonios lo mismo
que han hecho en respecto a los ángeles: como han creído en los seres perfectos ab
aeterno, han hecho lo mismo en relación a
los Espíritus inferiores creyéndolos eternamente malos.
El vocablo demonios debe, por lo tanto, considerarse como
sinónimos de Espíritus impuros, quienes, frecuentemente, no valen un punto más
de los seres fantásticos designados con este nombre; pero, con la diferencia de
que su estado es transitorio. Ellos son Espíritus imperfectos que se rebelan en
contra de las pruebas a ellos antepuestas, y por esto están condenados a
soportarlas más largamente: empero, a su vez, alcanzarán, también ellos, la
perfección, siempre y cuando tengan la voluntad. Por lo cual, se podría aceptar
el término demonio con esta restricción; pero, por cuanto ahora viene empleado
con este significado exclusivo, no faltaría de ser causa continua de error,
haciendo creer a la existencia de seres especiales, creados únicamente para ser
malos.
En cuanto a Satanás, es evidente que él es la personificación del
mal bajo la forma alegórica, por cuanto no se podría admitir un ser malvado en
lucha de tú a tú con Dios, cuya sola ocupación constituyese en la oposición a
sus designios. Por cuanto al ser humano le eran necesarias figuras que le
estimulasen la imaginación, él se ha representado a los seres incorpóreos bajo
una forma material, con atributos que permiten recordar las virtudes y los
defectos. De esta manera, los antiguos, queriendo personificar el tiempo, lo
representaron con la figura de un viejo con la guadaña y un reloj de arena, por
cuanto, representado bajo el aspecto de un joven hubiese sido absurdo; así
ocurre con las imagines alegórica de la fortuna, de la verdad, etcétera. De
esta manera, los modernos han representado los ángeles y los Espíritus puros,
como jovencitos radiantes con alas cándidas, símbolo de su pureza, y a Satanás
con los cuernos, las garras del león y
los demás atributos de la bestialidad, símbolos de sus bajas pasiones. Pero, el
vulgo, que tomas las cosas a la letra, ha visto en estos emblemas personajes reales,
como una vez había visto a Saturno en la alegoría del tiempo.
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(*) Aquí el
vocablo Espíritu se emplea para designar a los seres individuales
extracorpóreos, y no más el elemento inteligente universal.