sábado, 24 de marzo de 2012

LA PSICOLOGÍA, LA PARAPSCIOLOGÍA Y LA CIENCIA ESPÍRITA





ENSAYO DE JUVENTUD 8

LA PSICOLOGÍA, LA PARAPSICOLOGÍA
Y LA CIENCIA ESPÍRITA.

©GIUSEPPE ISGRÓ C. 

                          Puerto La Cruz, Venezuela, 27 de febrero de 1970.



Desde lejanos siglos, de manera oculta o reservada; con un despertar general o popular durante el siglo XIX y con un desarrollo acrecentado durante las últimas décadas, las ciencias psíquicas han ocupado de manera sobresaliente a todas aquellas personas que de una u otra forma se sienten atraídas hacia el conocimiento total del ser.

En los medios científicos y en la vulgarización de las ciencias psíquicas, encontramos que Charles Richet propone en 1905, y con el nombre de Metapsíquica, una serie de investigaciones en el campo psíquico. Ese mismo término ha sido popularizado por Jules Bois, siendo en los últimos años muy difundido en los idiomas latinos.

En los países de habla inglesa y en Alemania, estas mismas investigaciones se han extendido con el nombre de Parapsicología. El término fue propuesto por Max Desoír, en junio de 1889. Posteriormente, Joseph Banks Rhine y su equipo, de la Universidad de Duke, a partir de 1930, le darían gran prestigio mundial.

En la actualidad, ambos términos se consideran sinónimos, aunque existen preferencias por uno u otro término. El objeto de estudio de ambos es el mismo que el del Ocultismo, aunque existan diferencias en cuanto a los métodos y a la finalidad.

Ese objeto fundamental lo podemos dividir en dos partes:

Primero: -“Desbrozar críticamente la inmensa gama de alegados fenómenos y retener sólo aquellos que hayan sido exhaustiva y rigurosamente comprobados”.

Segundo: -“Procurar una explicación sobre la base de una función psíquica existente en el ser humano”-.

Por otro lado, conviene señalar que la Psicología Clásica, en el curso de su desarrollo, ha pasado por etapas críticas, propias de una ciencia de su naturaleza, que viene luchando por ser reconocida como tal en un mundo sumergido en una óptica material, es decir, de percepción netamente objetiva.

De esas etapas, podemos hacer tres divisiones:

1. Desde el comienzo, el objeto de la Psicología fue el de estudiar el alma. Este mismo objeto va a dar origen al término Psicología, de las palabras griegas: Psije o Psique, equivalentes a alma; y logos, que significa tratado, por lo cual, Psicología, etimológicamente tiene por objeto el estudio del alma.

o Durante esta primera etapa, la Psicología tiene carácter de filosofía racional, utilizando como método, el reflexivo, es decir: la lógica inductiva y deductiva.

o Este período se suele ubicar entre los siglos V y XVI de nuestra era.

2. En esta segunda etapa, tanto el objeto como el método son sustituidos, transformándose en una nueva modalidad de Psicología. Dejará de centrarse en el alma, para hacerlo con la mente y la conciencia.

o Adopta el método introspectivo. Se denomina a este período como “Psicología pre-científica”.

3. Ciertas condiciones socio-científicas, de fines del siglo XIX y comienzo del XX, destacando por una parte la Corriente Positivista, representada por el sociólogo Augusto Comte, y por otra parte, las exigencias de diferentes ramas científicas como son la fisiología, la química, la física, etcétera, quienes van a ejercer una influencia poderosa en la psicología, que determinan una transformación total de la misma, naciendo de esta manera la Psicología científica contemporánea. La Psicología científica se va a ocupar exclusivamente de estudiar la conducta del ser humano. De la misma, se derivan varias corrientes distintas y numerosos psicólogos fortalecen con nuevos aportes a esta ciencia, siendo uno de los principales Watson.

Empero, al ocuparse la Psicología contemporánea solamente de la mente humana y utilizando el método extrospectivo, pasó a estudiar solamente una parte del complejo psíquico, la parte objetiva, dejando excluida, de manera casi total, las manifestaciones superiores de la psiquis humana.

De tal manera, remontando el antiguo objeto de la Psicología, es decir, el estudio del “Alma” o Psique, y adoptando nuevos métodos experimentales, va a nacer una disciplina psíquica moderna, que va a estudiar todas aquellas manifestaciones que la psicología separó de sí. Esta nueva disciplina es la Parapsicología, la cual se ha encargado de la divulgación total o parcial de facultades que anteriormente se ocupaba el ocultismo, por supuesto, con las debidas adaptaciones a las condiciones actuales.

Dentro de estas manifestaciones psíquicas superiores, estudiadas por las ciencias psíquicas y por la naciente Parapsicología, se pueden citar las siguientes:

a) En sentido estricto:

I. La telepatía.
II. La clarividencia.
III. La precognición.
IV. La psicoquinesia.
V. La reencarnación.

b) En sentido lato o amplio:
I. La clari-audición, o facultad auditiva.
II. Desdoblamiento o proyección espiritual.
III. Psicometría.
IV. Materializaciones de entes espirituales.
V. Raps, poltergeist.
VI. Sueños premonitorios.
VII. Intuiciones o “corazonadas”.
VIII. Aportes de objetos físicos y Asportes.
IX. Desplazamientos de objetos.
X. Levitación de objetos o personas.
XI. Y una extensa variantes de fenómenos de carácter psiquico.

Por otra parte, es importante señalar el nacimiento público, en el siglo XIX, de la Escuela Espirita, primeramente en Estados Unidos, con los fenómenos del Dr. Larkin y los de las hnas. Fox., posteriormente, con la Codificación Espíita, de Allan Kardec, en 1857; posteriormente, con las investigaciones realizadas en Inglaterra, que dan por resultado la fundación de la Sociedad para la Investigación Psíquica (Society for Psichical Reserch, SPR), el 20 de febrero de 1882 por iniciativa de Sir William Barret y otros renombrados científicos. En 1885, a raíz de una gira por Estados Unidos de Sir William Barret, se funda en aquel país, la Sociedad Americana para la Investigación Psíquica, de la que formó parte el insigne William James, entre otros.

Con el tiempo, la Escuela Espirita ha albergado en su seno a los más importantes pensadores, científicos, filósofos, artistas, escritores e intelectuales del siglo XIX y del XX, -y de la actualidad.

Además de los ya mencionados, dan lustre al Espiritismo personalidades como: Victor Hugo, Sir Oliver Lodge, F. W. H. Myers, William Crookes, el Juez Edmond, Camilo Flamarión, Ernesto Bozzano, León Denis, Gabriel Delanne, Stainton Moses, Victorien Sardou, Amalia Domingo Soler, Arthur Conan Doyle, Gustavo Geley, Rocco Santoliquido, Hereward Carrington, Gaston de Bonis, Giorgio di Simone, Ugo D´ettore, y una gran constelación más de grandes personalidades, quienes descubrieron nuevos horizontes en la investigación del conocimiento del hombre, de las leyes que les rigen y de su misión.

En el siglo XX, la Escuela Espirita fue fortalecida con los aportes del filósofo Joaquín Trincado, cuya obra ofrece elementos dignos de estudio y otros, además de los ya mencionados.

En esta breve reseña, es posible observar la constante preocupación del hombre para conocer al hombre, lo cual ha sido posible gracias a los esfuerzos de cada época y de hombres insignes, cuyas constante actividad siempre fue coronada por grandes éxitos, iluminando los horizontes del futuro y de la gran misión del hombre.

Es preciso destacar que la Ciencia Espirita está más viva que nunca a nivel mundial. Lo hemos podido observar con las actividades que realizan, por ejemplo, en España, la Asociación Andaluza de Espiritismo, y otras organizaciones españolas, europeas y americanas, que cada vez aglutina a mayor número de profesionales e intelectuales de todo el mundo, por cuanto encuentran en su Doctrina Universal el alimento que la inteligencia humana, acorde con los tiempos que corren, precisa y requiere; además, le ofrece un campo ilimitado de estudio y experimentación en un Universo cuyo límite es el que cada quien, voluntariamente, quiere imponerse.

La Parapsicología, en el siglo XX realizó grandes logro y le otorgó categoría científica a gran variedad de facultades espirituales y sus respectivas manifestaciones de orden intelectual o físico. Contribuyó, además, a darle categoría científica a las investigaciones relativas a la Reencarnación, cuyos alcances en un futuro próximo servirán aún en mayor grado en descifran grandes enigmas de la humanidad y de la historia.

Estos grandes investigadores abrieron un nuevo horizonte humano y aún con el riesgo de la propia reputación, dieron a la luz el fruto de sus investigaciones y logros imponiendo por el peso de los hechos un nuevo orden en la realidad y en la dimensión espiritual del ser humano.

La Parapsicología debe ser objeto de estudio de toda persona vinculada al estudio de un conocimiento más profundo del ser humano y su inmenso potencial psico-espiritual.

Está emergiendo una nueva generación de investigadores y pensadores integrales, que le dará un nuevo impulso al progreso humano para conducir a la humanidad hacia su nueva edad de oro. (Nota del 02-08-2009).

El ser humano precisa conocer todo, sin límites impuestos por nadie que tenga intereses particulares de mantener a la humanidad circunscrita en niveles de inconsciencia en los cuales resulte más fácilmente su manipulación, bien sea en el ámbito político, espiritual o de cualquier otra índole. Empero, es preciso aprender a hacer un uso efectivo del libre albedrío con que la naturaleza de las cosas dotó a cada ser de los cuatro reinos naturales, enmarcado dentro de los parámetros de los valores universales. Los seres de los reinos animal, vegetal y mineral, saben hacer un efectivo uso de su libre albedrío; el reino humano, aún precisa, en mejor nivel, aprender a hacerlo, como lo demuestran innumerables hechos, o actos.

La bibliografía, en todos los ámbitos del saber humano, es muy extensa; es preciso seleccionar obras esenciales para elaborar un plan de estudios a corto, mediano y largo plazo. El Libro de Los Espíritus, es ideal para empezar un plan de estudio. En el desarrollo de la temática que trata, se deberían consultar obras de todos aquellos autores que permitan ampliar los conocimientos vinculantes, y la visión inherente, sin dejar nada de lado. El investigador actual precisa conocerlo todo, y debe aprender a ver la realidad directamente donde se encuentra, por sí mismo, por su propia capacidad de observación, comprensión y realización, -también de intuición e inspiración-, única manera de erigirse en dirigente de su propio destino y autonomía personal. Ayuda, a tal objetivo, tener presente que, la verdad es lo único que hace libre a cualquier persona. Quien sea capaz de verla, en todo lo que afronta, será un ser libre, en armonía con los valores universales, y un practicante de todas las virtudes. (18/10/2014.



Este artículo, originalmente fue publicado en el Diario La Prensa, de Puerto La Cruz, Venezuela, el día viernes 27 de febrero de 1970, con el pseudónimo G. Tarota.

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