miércoles, 2 de febrero de 2011

¿Qué debe entenderse por infinito?



COMENTARIO EXEGÉTICO N° 2, 
del primer capítulo de EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS.


 ©Giuseppe Isgró C.


2. ¿Qué debe entenderse por infinito?

-“Lo que no tiene ni principio, ni fin; lo ignoto. Todo lo que es desconocido es infinito”-.

En el sufismo, se le asignan las siguientes dos características a Dios, -el Creador Universal: La primera, denominada "Qidám", es decir: -“Él es lo anterior a lo anterior. Él no se hizo. Él siempre fue“-. La segunda, con el término "Baqá'", que significa: -“Él es Él después del después, Eterno; Él siempre será“-.

Dios, -el Creador Universal-, constituye uno de los mejores ejemplos de la características del término “infinito”, por su carácter atemporal y eterno, como lo expresa el “Quidam”: -”Él no se hizo”; simplemente era, es y será en el eterno presente.

La primera vertiente del término “infinito” se relaciona con el tiempo: por su condición de eterno presente el tiempo es eterno, por lo cual, constituye el segundo mejor ejemplo de “infinito”.

Dios, es, también, infinito en el potencial de sus atributos. Esta segunda característica del término “infinito” se relaciona con el espacio. El espacio cósmico es infinito, caso contrario, -¿qué habría más allá del límite? Si hubiese un límite dejaría de ser infinito.

Dentro de la respuesta dada por los Espíritus al maestro Allan Kardec, se expresa: -“lo ignoto. Todo lo que es desconocido es infinito”-.

Esta parte de la respuesta, realmente, tiene dos vertientes: la primera, de carácter infinito; la segunda, expresa un límite o condición finita. Es decir, en realidad lo ignoto, lo que se ignora, es infinitamente ilimitado, no tiene fin; eternamente encontraremos un más allá. Empero, en lo referente a: -“Todo lo que es desconocido es infinito”-, puede señalarse que en la suma de todo, en el Todo o en un área determinada, no en su número, sino en su potencial o posibilidades, lo desconocido es infinito, pero, en términos relativos, no todo lo desconocido es infinito. Por ejemplo: si a todas las galaxias existentes, aunque su número sea desconocido para nosotros, les agregáramos una más, dejará de ser infinito y así ocurrirá con todas las cosas en cuanto se refiera a su cantidad, cualidades y características. Pero, en cuanto al potencial y variantes de sus manifestaciones y aplicaciones, en todos los ámbitos, conservará su carácter infinito e ilimitado. Sin embargo, encontrándose el Universo en constante expansión, lo que aún siendo limitado, en un momento dado, se encuentra en constante crecimiento, lo cual ratifica que todo potencial es de carácter infinito.

3. ¿Podría decirse que Dios sea lo Infinito?

A esta pregunta, el maestro Allan Kardec obtiene la siguiente respuesta: -“Sería una definición incompleta por la limitación del lenguaje humano, insuficiente para expresar las cosas que son superiores a vuestra inteligencia”-.

A lo cual, el maestro Allan Kardec, complementa con el siguiente comentario: -“Dios es infinito en sus perfecciones; empero, el infinito es una abstracción. Decir, por lo tanto, que Dios sea lo infinito, sería tomar el atributo por el sujeto, y definir una cosa ignota por medio de otra igualmente desconocida“-.

En el Sufismo encontramos la expresión: "Mukhalafatun lil-hawádith", la cual significa: -“Él es el Creador, sin contraer semejanza con lo creado“-.

Complementaremos este comentario, de momento, con lo expresado por Allan Kardec, en el libro Génesis, que denota como el maestro continuó perfeccionado la obra de la codificación de la Doctrina Universal, trascendiendo en variados sentidos o aspectos a El Libro de los Espíritus, fruto de su propio genio y extenso bagaje evolutivo.

Dice Allan Kardec: -“Dios es eterno, es decir, no tiene principio ni tendrá fin. Si hubiese tenido un principio, habría salido de la nada; ahora, la nada no existe y no puede producir nada; o bien, habría sido creado por otro ser preexistente, y entonces, sería este último quien sería Dios. Si se le atribuyese un principio o un fin, se podría, por lo tanto, concebir un ser existente ante de Él, o que contribuiría a que existiese después de Él, y así sucesivamente hasta el infinito“-.

-“Dios Es inmutable. Si estuviese sujeto a cambios, las leyes que rigen el universo no tendrían estabilidad alguna“-.

-“Dios es omnipotente: Si no poseyera la potencia suprema, se podría concebir un ser más poderoso todavía, y así sucesivamente hasta cuando se encontrase el ser que ningún otro podría superar en potencia: y sería este último Dios“-.

-“Dios es supremamente justo y bueno: La sabiduría providencial de las leyes divinas se revela en las más pequeñas cosas al igual que en las grandes: esta sabiduría no permite dudar ni de su justicia ni de su bondad.
El infinito de una cualidad excluye la posibilidad de la existencia de una cualidad contraria que la disminuiría o la anularía. Un ser infinitamente bueno no puede tener la mínima partícula de maldad, y el ser infinitamente malvado no puede tener la mínima partícula de bondad: de igual manera que un objeto no podría ser absolutamente negro si tuviese una pequeña mezcla de blanco, ni absolutamente blanco si tuviese una pequeña mezcla de negro.
Dios no podría ser, por lo tanto, bueno y malvado al mismo tiempo, por cuanto, en tal caso, no poseyendo en grado supremo ni la una ni la otra de estas cualidades, no sería Dios; todas las cosas serían abandonadas al capricho, y nada sería estable. Dios no podría ser, por lo tanto, que infinitamente bueno o, al contrario, infinitamente malvado. Ahora, dado que sus obras son testimonios de su sabiduría, de su bondad y de su precisión, es preciso concluir que, no pudiendo ser al mismo tiempo bueno y malvado sin dejar de ser Dios, debe ser infinitamente bueno.
La bondad suprema comporta la suprema justicia; por cuanto si Él actúa injustamente o con parcialidad en una sola circunstancia, en relación con una sola de sus criaturas, no sería supremamente justo, y de consecuencia no sería supremamente bueno“-.

-“Dios es infinitamente perfecto. Es imposible concebir a Dios sin el infinito de las perfecciones, sin lo cual no sería Dios, por cuanto se podría siempre concebir un ser que poseyera lo que le faltaría a Él. Para que ningún ser pueda superarlo, es necesario que Él sea infinito en todo.
Los atributos de Dios, siendo infinitos, no pueden ser aumentados ni disminuidos, de otra manera no serían infinitos y Dios no sería perfecto. Si se le quitara la más pequeña partícula de uno solo de sus atributos, no sería más Dios, ya que podría existir un ser más perfecto“-.

-“La ignorancia del principio del infinito de las perfecciones de Dios ha generado el politeismo, que es el culto di todos los pueblos primitivos; ellos han atribuido la divinidad a todas las potencias que parecían superiores a la humanidad; posteriormente, la razón los ha llevado a confundir en una sola estas potencias diversas. Después, a medida que los seres humanos han comprendido la esencia de los atributos divinos, han quitado de sus símbolos las creencias que constituían la negación“-.

-“Resumiendo, Dios no puede ser Dios sino con la condición de no ser superado en nada por otro ser; ya que, entonces, el ser que lo superase en una cosa cualquiera, sea aún por muy poco, sería el verdadero Dios; en consecuencia, Él debe ser infinito en cada cosa“-.

-“Dios, es, por lo tanto, la suprema y soberana inteligencia; es único, eterno, inmutable, inmaterial, omnipotente, supremamente justo y bueno, infinito en todas sus perfecciones; y no puede ser otro-”.

Con lo que antecede, el maestro Allan Kardec demuestra la potencialidad infinita de los atributos divinos en todas las variantes ilimitadas existentes en el eterno presente.

Empero, es preciso seguir meditando sobre estos aspectos esenciales e ir anotando las nuevas ideas que van surgiendo. Invitamos a nuestras amigas y amigos de LECTURAS DE EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS que efectúen sus comentarios. De igual manera, como ya lo están realizando algunos de los miembros del grupo, sugerimos efectuar en grupos la lectura de esta gran obra y comentarla. Pese a que muchos aspectos del libro son susceptibles de ser ampliados, por el tiempo transcurrido desde su publicación, consideramos que sigue siendo la obra fundamental para desarrollar el estudio de la DOCTRINA UNIVERSAL, por la perfección de su confección y la inmensa variedad de temas que enfoca que lo transforman en un programa de estudio completo de la DOCTRINA. Denota, también, la extensa cultura y formación intelectual del hermano Hipolite León Denizard Rivail.

Adelante.

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