ALLAN KARDEC
MENSAJE DE BIENVENIDA:
Damos la bienvenida a las amigas y amigos que, en forma
conjunta, comenzamos esta meditación sobre EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS.
Leí este interesante libro a la edad de quince años, por
iniciativa propia. A lo que siguió la lectura de las demás obras del maestro.
Ya a esa temprana edad, me pareció una obra extraordinaria. Me extrañó mucho
ver que entre la gente que conocía nadie la había leído.
Con los años, la he releído varias veces, siempre con el mismo
interés.
Al releerlo, hace un par años, con mayor madurez, me percaté
de que sigue siendo la obra fundamental para estudiar la DOCTRINA UNIVERSAL.
Al comenzar a traducirla desde el italiano, y revisarla parte
por parte, he percibido con mayor profundidad, aún, el valor de esta obra.
Quizá deberían promoverse grupos de lecturas de EL LIBRO DE
LOS ESPÍRITUS para ser realizados en cada ciudad del mundo, en una cooperación
ilimitada, libre y por iniciativa personal de cada quien. Es decir, cada
persona que participa en las lecturas, podría, por decisión propia, forjarse el
propósito de iniciar un nuevo grupo de lecturas, independiente, como el mejor
camino para profundizar en la Doctrina.
Al leer un capítulo semanal, varias veces, y meditar sobre el
mismo, investigando aquellos puntos que lo precisen, escribiendo los
comentarios que registren las ideas que van surgiendo en la mente, se entrará
en posesión de un método activo de aprendizaje verdaderamente estimulante y
creativo. Luego, al impartir como enseñanza el conocimiento asimilado, el mismo
se afianza como acervo cultural y se enriquece al compartirlo y recibir, a
cambio, el aporte de todas aquellas personas con quienes se realiza el
intercambio. Es dando como se recibe. Es enseñando como se aprende.
Estamos a punto de emprender, juntos, una maravillosa aventura
espiritual, pero una aventura con criterio firme y con un propósito claro que
dará sentido a la propia vida. Fruto de esta experiencia, cada persona podría
escribir un ensayo o varios.
Invitamos a nuestras amigas y amigos a que registren las ideas
que les vayan surgiendo en la mente y las compartan con el grupo, -si desean
hacerlo, por supuesto- como un aporte para todos los integrantes iniciales y
los que vayan sumándose, poco a poco.
Lo ideal sería escribir, gradualmente, un artículo sobre cada
capítulo que semanalmente enviáremos, de EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS, como un
ejercicio espiritual-filosófico. No tiene importancia que sea extenso o unas
simples líneas, sino asumirlo como una práctica de perfeccionamiento
espiritual.
Tenemos la certeza de que resultará gratificante para todos.
Un saludo fraternal,
Giuseeppe Isgró
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